Defensor y Puerto Cabello oscilaron el juego pero no la intensidad, en el partido disputado en el estadio Centenario de Montevideo. El equipo venezolano, un equipo jóven, una empresa de fútbol, corría con ventaja por haber ganado 3-2 de local en Venezuela.
El equipo de Martín Varini buscó todo el rato el gol que le diera respiro, pero este llegaría recién sobre el final del primer tiempo. Defensor tuvo nuevamente en Facundo Bernal la exuberancia, esa cuota física o de calidad que destaca del resto y le brinda al equipo ese plus que, a veces, marca un partido, un campeonato o una historia entera.
Bernal, a su vez, contó con Fernando Elizari, que tuvo una de las primeras intenciones desde afuera del área con un remate que rebotó en su compañero Anderson Duarte, que corrigió la trayectoria y casi tuvo el primero. Duarte estuvo activo, en sociedad con Octavio Rivero en la delantera violeta.
Por su parte, el equipo venezolano de la ciudad portuaria disputó un partido duro. Jugó con las cartas sobre la mesa y soportó los embates del equipo local, al mismo tiempo que buscó con Miku Fedor y con Richard Celis, que comenzó a fastidiarse con el paso del tiempo hasta que fue sustituido. Más aún cuando Defensor encontró, tras un centro de Nicolás Ojito Rodríguez, la definición en los pies de Brian Mansilla. El futbolista que llegó a préstamo buscando protagonismo convirtió el gol por el que tanto trabajó Defensor en el primer tiempo y que fue muy festejado por el banco y por su gente.
El gol puso al violeta igualado con Puerto Cabello en el resultado global. El buen equipo de Noel Sanvicente no pudo soportar la presión ejercida por el conjunto dirigido por Varini, sostenido desde el fondo por su capitán Guillermo de los Santos. Defensor tenía el ticket para los penales con la diferencia, pero siguió en el mismo tren de meter para quedarse con la clasificación en los 90. Nacional esperaba agazapado por su rival en la próxima fase.
Varini probó con Sebastián Guerrero por Duarte para acompañar a Rivero; Sanvicente hizo lo propio con su banco de suplentes. Ninguno quería los penales, pero el paso del tiempo les fue pegando distinto. En Puerto Cabello el arquero fue fundamental, lo que le permitió, faltando siete minutos, tener la más clara del partido, y coquetear con el empate y la clasificación. El encuentro se definió mediante tiros desde el punto penal.
Abrió Federico Bravo con gran definición. El primer penal violeta lo pateó Octavio Rivero, que había convertido en la ida. Volvió a convertir el olimareño. Todo fue muy festejado en el banco de los de Varini, donde reinó la emoción. El penal de Covea fue a parar al Hospital de Clínicas y el de Fernando Elizari también. Elizari había sido figura durante los 90 minutos, pero se perdió la oportunidad de pasar adelante en la serie.
Christian Moreno, uno de los centrales venezolanos, pateó esquinado, lejos del alcance de Kevin Dawson. Guille de los Santos, capitán de los violetas, falló su chance en manos de Giancarlo Schiavone, de gran partido. El holandés Stevy Okitokandjo engañó al arquero y dejó sin margen a Defensor, que hizo los deberes con Nicolás Rodríguez. Pero Carlos Cermeño convirtió su penal y clasificó al equipo portuario a la siguiente fase. Enfrentará a Nacional en la fase 2 buscando entrar a la fase de grupos de la Copa Libertadores de América.