La selección uruguaya entrenó en el Complejo Celeste de cara al amistoso con Ecuador

Jueves 22 de febrero. El sol, que invade Montevideo y sus alrededores, se hace presente en el Complejo Celeste. En una de las canchas, la sintética, se encuentran las 25 jugadoras que Ariel Longo llamó para que se hagan cargo de la fecha FIFA de febrero. Es una instancia importante por lo que significa que la selección se reúna, teniendo en cuenta que la celeste no participó en las últimas competencias internacionales por temas de gestión y recursos.

Si hay algo que enseña el fútbol femenino, es a quedarse con lo bueno; en este caso es el aquí y ahora. Hubo activación y más tarde empezó el fútbol. En un costado, las arqueras Josefina Villanueva y Sofía Olivera trabajaban con Walter Gómez en una sintonía de concentración y alegría. “Las fotos de frente”, dice en tono de broma el referente de la arquera de UAI Urquiza de Argentina y la de Nacional.

Longo pivotea entre las jugadoras como si fuera una más. Indica gritando, fiel a su estilo. Es la primera vez que tiene en su equipo 18 jugadoras del exterior, y eso puede hacer el trabajo más fácil pero también dificultar. No le pasa lo mismo a Antonio Tchakidjian, el preparador físico. El profe le contó a la diaria que las jugadoras ya llegan preparadas porque vienen con mucho ritmo, además de que “han mejorado mucho con respecto a la última fecha FIFA, se nota que se toman muy en serio esto”. Para Tchakidjian, el progreso tiene que estar en la medida de la continuidad y la progresividad del entrenamiento, además de la acumulación de partidos”.

En ese sentido, el profesor contó que están repasando falencias físicas y demás, pero fundamentalmente trabajando en la comprensión de la jugada en conjunto, porque ellas se conocen de años, pero el hábito tiene que practicarse. “De todas maneras, en tres días no podés entrenar a nadie si no viene con una base, los conceptos y lo psicológico para retomar el trabajo”, explicó.

El plantel actual de la selección está a gran nivel: “Están en un momento de madurez en el que sería espectacular concretar la ida a un mundial. Las jugadoras que ya están, que tienen mucha experiencia, formación y demás, pueden sumarse a las jóvenes que vienen y hacer un equipo compacto de gran nivel”, agregó.

Esa sinergia entre las jugadoras más jóvenes y las más maduras es necesaria pero lleva trabajo. En todo grupo hay referentes, y en las selecciones eso es una fija. Pamela González está anclada a la casaca celeste desde 2014. Para la jugadora de Sevilla, “siempre es bueno volver a la selección” porque “una hace varios años que está afuera”. “Es bueno; además, jugar con la selección es una oportunidad de reconectar con la gente, los pocos días se aprovechan mucho, se disfrutan y se hacen intensos”, contó.

La capitana charrúa valoró lo importante que es que haya cada vez más futbolistas jugando afuera, porque esto hace que “el nivel individual suba”, aunque reconoció que, “por otra parte, no es tan bueno porque quiere decir que a nuestro fútbol local le quedan pasos que dar, no digo para llegar a ser profesionales, pero sí para tener una estructura más fuerte a nivel local”, analizó.

Esta vez la cita será doble. Este sábado a las 19.00 celestes y ecuatorianas jugarán el primero de los dos partidos en el estadio Charrúa. El martes el fútbol se trasladará al Saroldi y se jugará más temprano, a las 17.00.

Punto de unión

Para lo que Longo pretende que haga su combinado en esta ocasión –que sea más ofensivo–, es fundamental el mediocampo. Luciana Gómez, la volante ofensiva del Botafogo, ex Atlético Mineiro, es un cambio que está viviendo con “algo de miedo”, a pesar de que sabe que “una tiene que animarse”.

Gómez celebra el hecho de estar trabajando en la casa de la selección uruguaya: “Re contenta de que nos hayan dado el Complejo, en otras oportunidades nos han dado la Mutual; encontrarse con las compañeras, estar en casa y ponerse la celeste es un placer y un orgullo”, confesó.

Sobre las cualidades de la celeste, la mediocampista ofensiva considera que “Uruguay tiene tremendo potencial” pero que es algo que “lamentablemente están viendo los otros países y no Uruguay”, porque “todavía hay gente que no entiende el potencial que hay acá: por eso otros se llevan a las jugadoras. Esperamos que las que tengan más experiencia pongan su granito de arena para que siga creciendo”.

La futbolista del fogão también aprovechó para opinar sobre la importancia que tiene esta instancia para el fútbol femenino: “No podemos dejar de jugar las fechas FIFA, es sumamente importante para nosotras. En la liga local hay que intentar hacer más cosas, protestar más o lo que sea para que sea más seria y profesional”, finalizó.

Voces locales

Otra de las jugadoras que charlaron con la diaria durante el entrenamiento de este jueves fue Stephanie Tregartten, más conocida como Colo, una de las pocas que militan en la liga local, para la que “jugar en Peñarol es hermoso”, sobre todo porque es un objetivo cumplido luego de estar prácticamente toda su carrera en la Organización de Fútbol del Interior.

“Estoy contenta porque se están atreviendo a salir y cuando estamos todas juntas se nota”, comenzó diciendo, y, mientras valoró la presencia de los únicos dos medios que fueron a ver el entrenamiento de la selección, contó que está en un gran momento personal en lo que respecta al fútbol, para lo que la selección tiene mucho que ver: “Hace casi nueve años que vengo y he notado un cambio muy grande para bien, hemos avanzado muchísimo tanto futbolísticamente como en cosas que hemos conseguido, falta un poco pero vamos por buen camino. Son muchos sentimientos juntos; es algo muy lindo, encontrarte con compañeras a las que no ves desde hace tiempo en procesos muy cortos, disfrutamos mucho”, alegó.

Sobre lo que tiene que ver con los partidos ante Ecuador, la futbolista sostuvo que el grupo está muy bien y que se han dedicado a “estudiar al rival para ver cómo podemos encarar el partido”.

Además, sobre su desempeño personal, Tregartten contó que Longo le pide tranquilidad: “Yo soy muy dinámica, me pide un poco de tranquilidad, que piense un poco más los espacios, los movimientos, que sea yo, que es lo que más aporta”, finalizó.