El paso del tiempo le sacará brillo a esta etapa histórica del Liverpool Fútbol Club, que en el momento más grandioso de su vida sigue avanzando sin parar: al histórico título de campeón uruguayo 2023 ha sumado la Supercopa Uruguaya, y ahora dio un paso más en la Copa AUF Uruguay tras vencer y eliminar a Nacional en Belvedere.
El triunfo fue 2-1 con goles de Franco Romero en contra en el primer tiempo y Franco Nicola luego, después de que Ruben Bentancourt lo hubiese empatado de penal, pero, además de lo trascendente de la victoria y de avanzar en el campeonato para meterse entre los ocho mejores, lo que queda es la forma en que los campeones uruguayos de hace unos meses, con otros nombres, con otro técnico pero con la misma camiseta y el mismo espíritu de juego, lograron doblegar e imponerse a Nacional.
Liverpool mantuvo su estilo de juego, ensanchando el campo, jugando rápido y al pie, y sumando a Luciano Rodríguez, quien, se quede cuanto se quede, será un futbolista determinante en la competición local. Un triunfazo de un campeón.
Yendo de la cama al living
El partido en general fue muy bueno, pero fundamentalmente el primer tiempo no dio respiro, dando un mentís a los descalificadores de la competencia interna.
La primera buena fue a favor de Liverpool cuando Lucho Rodríguez, como puntero derecho, caracoleó sobre la pelota, se sacó a dos futbolistas de encima y mandó un centro que conectó Thiago Vecino, anticipándose a la defensa pero sin poder acertar al arco. Un minuto después, una exquisita asistencia de Mauricio Pereyra para el cruce en el área de Gonzalo Carneiro permitió al delantero completar su diagonal y definir de pierna derecha para que el salteño Sebastián Lentinelly hiciera una excepcional tapada, salvando el arco de Liverpool.
Era de un lado para el otro, porque a la vuelta de la atajada de Lentinelly otra maravillosa jugada de Luciano que, pegado contra la raya derecha, haciendo de Negro Cubilla o Venancio Ramos, logró con movimientos de cintura y engaños de sus piernas dejar atrás a tres de sus marcadores -y casi descaderar a uno de ellos- para meter una pelota en paralelo a la línea que pudo salvar el panameño Luis Mejía, arrojándose hacia adelante.
A los 16 minutos llegó el primer gol del partido, y fue de Liverpool (en contra de Nacional). Un error de procedimiento de Leandro Lozano que, queriendo impulsar con el pecho una pelota hacia Mejía, permitió que a mitad de camino llegara Vecino, que con la punta de su pie izquierdo logró pasar la pelota por encima del golero, y cuando la iba a empujar al arco apareció Romero, que de cabeza quiso tirar la pelota afuera pero, sin embargo, esta dio en el caño y entró, convirtiéndose en la apertura del marcador.
Nacional lo pudo empatar casi enseguida, pero la defensa y la solidaridad de Liverpool evitaron el 1-1. Los de Emiliano Alfaro no cejaron en su esfuerzo de abrir la cancha, de llevar el juego de lado a lado y volver a desequilibrar, pero, entre ataque de un lado y ataque de otro, se fueron a los denostados vestuarios de Belvedere con la adrenalina de un duelo interesantísimo.
Jerarquía en construcción
Nacional apareció con cambio para el complemento, tratando de hacer más sólido su ataque, y se vio el debut del argentino Gastón González. A los 8 de la segunda parte Santiago Motta pitó un penal discutido por los futbolistas de Liverpool: el golpe de Alex Vázquez sobre Francisco Ginella existió y, por tanto, al ser en el área, fue penal. Lo pateó Carneiro y atajó Lentinelly, pero los futbolistas de Liverpool invadieron y el VAR lo denunció. La segunda ejecución fue de Bentancourt y esta vez, aunque el arquero salteño se volvió a tirar bien, la pelota fue a las redes y fue el empate.
Casi inmediatamente después el elenco tricolor quedó con un futbolista menos por la expulsión de Lozano por doble amarilla. Llegando a la media hora del complemento, Liverpool volvió a ponerse en ventaja a través de una situación que se repitió con relación al penal de Nacional. Esta vez fue un tiro libre desde la izquierda que el paraguayo Miguel Samudio había ejecutado con premura, pero el árbitro lo hizo patear de nuevo. En el segundo remate del guaraní, templado y en curva, tal cual su característica de buena pegada, apareció Nicola en el primer palo para cabecear abajo y vencer a Mejía.
Desde ahí Liverpool, con uno más, se hizo fuerte y se mantuvo con certeza en el escalón de la victoria y la superioridad, mientras Nacional buscó de todas las formas que pudo un empate que siempre se vio lejano. Gran triunfo negriazul, que de alguna manera da un tiquiñazo en la oreja a los oráculos del mundo binario que desde hace tiempo estaban especulando con el clásico del lunes.