Después de un ciclo de diez entrenamientos en San Sebastián y dos partidos internacionales amistosos, en Bilbao ante la selección de Euskadi, y en Lens, Francia, ante Costa de Marfil, la selección uruguaya dirigida por Marcelo Bielsa culminó su proceso de trabajo, el último en estas condiciones de disponibilidad de futbolistas y tiempo previo a la formación del plantel definitivo que participará en la Copa América 2024 que se habrá de desarrollar en Estados Unidos.

Después de la Copa América, ya seguramente con un plantel afianzado si se compite de acuerdo a las mínimas expectativas, o en tránsito a otras participaciones si las actuaciones en la Copa América no colman la expectativa de lo proyectado por Bielsa, y también un poco por la afición uruguaya, el seleccionado celeste continuará con otra trascendente competición, la de las Eliminatorias para el Mundial de Estados Unidos, México y Canadá 2026.

Antes de la Copa América Uruguay jugará únicamente un partido preparatorio y será en territorio estadounidense ante México, el 5 de junio en el estadio Empower Field de Denver, y una semana después se deberá elevar la lista definitiva de futbolistas que participarán en la Copa que se llevará a cabo entre el 20 de junio al 14 de julio. Antes, el 5 de mayo, se debe presentar la primera lista, y el 12 de junio la definitiva con 23 futbolistas entre los que debe haber tres goleros.

Jorge Giordano, director de Selecciones Nacionales de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), ya señaló que no habría partido de despedida en territorio uruguayo porque ello implicaría que los futbolistas que actúan en Europa deberían hacer 38.000 kilómetros si vienen a Uruguay y después van a Estados Unidos por lo que evidentemente es casi seguro que no habrá tampoco en nuestro país una preparación completa antes de la competencia.

Puntos a evaluar

Evidentemente este proceso de preparación a futuro, de acopio de información y sensaciones individuales y colectivas, de conocimiento en el trato y en la respuesta futbolística de algunos jugadores, sólo puede ser evaluado por Bielsa y su cuerpo técnico, y no corresponde que el entorno inmediato del fútbol uruguayo, deportistas, dirigentes, prensa especializada y aficionados en general, determinen el resultado o la validez de la experiencia. Menos aún podemos esbozar opiniones o ensayar juicios calificando la experiencia como negativa o de poco aporte, cuando quienes lo han pergeñado y desarrollado son personas de absoluta idoneidad en el rol que desarrollan.

Podemos, tal vez como simples aficionados con buen conocimiento de fútbol, analizar el desarrollo de los dos partidos de los futbolistas que participaron y hasta de los principios técnicos y tácticos elegidos y aplicados, pero parecen aportes secundarios dentro de una planificación general que utilizó este tiempo y estos partidos como entrenamientos y como pruebas para la ideas y la posible ejecución tanto individual como colectivamente.

Seguramente la idea de Bielsa y su equipo era la de chequear y conocer rendimientos y comportamientos de una serie de futbolistas que aún no se han afianzado dentro del vigente proceso de selección.

Lo de los futbolistas no lo podemos saber, primero porque sólo vimos minutos de juego, un tiempo o hasta un partido de quienes hasta ahora no habían repetido presencias con la celeste de Bielsa, como el caso de los por primera vez citados a la mayor Nicolás Fonseca, Nicolás Marichal e Ignacio Laquintana, los que habían estado pero no habían tenido la oportunidad como Luciano y Randall Rodríguez, y los que apenas habían tenido unos pocos minutos como Lucas Olaza, Federico Viñas y Rodrigo Zalazar; seguramente no habrán sido los minutos en cancha, sino algo más complejo que implica entrenamientos, receptividad, comportamiento, esfuerzo y por fin sus aptitudes técnicas, las que determinarán si serán considerados para estar entre los 23 de la Copa América.

Hay también una enorme cantidad de los 27 que estuvieron en esta citación que corren, por capacidad, momento futbolístico y antecedentes inmediatos en la selección,con buenas posibilidades de ponerse la celeste en junio. Ronald Araujo, Sebastián Cáceres, Nahitan Nández, Mathías Olivera, Matías Viña, Manuel Ugarte, Federico Valverde, Matías Vecino, Rodrigo Bentancur, Nicolás de la Cruz, Giorgian de Arrascaeta, Facundo Pellistri, Agustín Canobbio, y los ausentes por lesión Darwin Núñez, Maximiliano Araujo y Sergio Rochet; es muy posible que estén casi seguros de una nómina a la que le faltarían dos goleros, y seis futbolistas que se deberían repartir en las tres línea aunque el mediocampo aparezca lo suficientemente poblado.

Táctica y estrategia

Los dos partidos tomados como unidad de competencia pueden ser tomados como una mala experiencia en cuanto a que se empató uno y se perdió el otro, pero no fue un mal examen para esta selección, que tiene escasas posibilidades de preparación para la competencia.

Como decíamos en partidos de entrenamiento, tal vez no sea lo más importante la cantidad de ataques o de defensas, la forma en que se neutraliza o se desborda el coyuntural rival, y sí importa la forma y los contenidos posibles que intenta desarrollar un colectivo que no tiene más entrenamientos que estos encuentros cada unos meses. En ese sentido, es bueno ver cómo se intenta dar lugar a una matriz de juego aplomada con buena técnica, ordenada y con espontaneidad a la vez, además con un sistema colectivo que permite contener -o intentarlo- a los rivales.

En ambos encuentros a las oncenas elegidas por Bielsa no les salió ni la mitad de lo que proyectaron y tal vez entrenaron como estrategia, pero tuvo una paciente actitud de intentar jugar. Hizo circular la pelota, puso muchísimo empeño y concentración en la presión permanente sobre la pelota e intentó decenas de toques en corto alternados con algún cruce largo, que no terminaron en nada porque casi siempre falló la antepenúltima jugada. Pero eran entrenamientos, a la vez que partidos, aprontes para otra competencia sin tiempos de preparación.

Sólo con lo visto en pedazos de partidos quedó la sensación de que Fonseca y Luciano Rodríguez seguramente podrán acelerar su proceso con la celeste, que Franco Israel tiene las cualidades técnicas para desde el arco realizar el juego propuesto por el rosarino, y que Viñas es hasta ahora el más parecido a los centrodelanteros que pueden jugar de espaldas al arco y ser un azote en el área.

Son sólo percepciones encuadradas en un análisis ajeno a las circunstancias, y a las valoraciones reales de quienes proyectaron y procesaron este proceso de trabajo privado pero que sin embargo es tan del interés de lo público que a veces terminamos confundiéndolo.