En una tarde-noche lluviosa en el Campeón del Siglo, Peñarol superó 2-0 a Danubio con los tantos de Diego Sosa a los 35’ y Franco González en los descuentos, y así obtuvo los puntos necesarios para seguir en lo más alto del Torneo Apertura, allí donde el aurinegro mira desde arriba con un invicto contundente con el que ahora supera por dos puntos a Progreso, su principal perseguidor.
Son diversos los puntos altos que se pueden destacar en el rendimiento del equipo de Diego Aguirre. Una de las virtudes tiene que ver con el buen rendimiento de los suplentes, que si bien no están a la par de los futbolistas que la Fiera utiliza de manera fija, han sabido responder en la mayoría de los partidos en los que el entrenador necesitó rotar.
Otra de las cualidades de los mirasoles está en la diversidad del gol: hace varios encuentros que Leo Fernández no convierte, pero Peñarol no es dependiente de ninguna de sus fichas: supo meter goles Leo Sequeira y ahora que está lesionado, Maxi Silvera tomó las riendas de la artillería. Incluso Matheus Babi, que ha sido errático en los minutos que el DT le ofreció, tiene un gol con el carbonero. En la noche dominguera fue Diego Sosa el que sintió por primera vez lo que es convertir con la rayada y Franco Cepillo González, lo que es volver al tanto; hizo su primer gol de 2024.
El juego
13.000 personas adquirieron sus entradas para ver a Peñarol frente a Danubio en la casa mirasol, pero bastante menor fue la cantidad de asistentes, algo esperable teniendo en cuenta el clima que vistió Montevideo este domingo otoñal. El carbonero logró un triunfo merecido porque fue más que su contrincante, aunque le costó bastante reflejar eso en el marcador. El aurinegro comenzó mejor, pero recién a los 34 minutos llegó el primer gol.
La lluvia comenzaba a caer en la cancha aurinegra cuando Maxi Silvera se la dejó a Leo Fernández, que se la terminó entregando a Mauro Goicoechea. Más tarde, llegó Cabrera por derecha, ganándole a Fracchia y mandando un centro de cabeza a Maxi Silvera, que se lo perdió frente al arco.
Peñarol seguía creciendo en rendimiento y el partido se jugaba en una sola mitad, porque la franja estaba entreverada y no podía salir de la zona de creación, lo único que mostraba eran buenas intenciones.
El partido se quebró luego de la media hora de juego, con una jugada que empezó por derecha con el centro de Cabrera, la pelota quedó en la defensa danubiana y fue Leo Fernández el que volvió a enviarla al área para que Diego Sosa convirtiera su primer gol con la casaca de Peñarol. Y aparecieron otras emociones en el campo, festejos y alegría dentro y fuera de la cancha.
Los locales continuaron dominando el partido, aunque no lograban demasiada contundencia en la línea final.
Más tarde, en una contra del local, la pelota rebotó en Lewis y le quedó a Mayada, que remató mal y entonces Goicoechea no tuvo inconvenientes para taparla. Seguían las aproximaciones y la sensación era de que otro gol estaba al caer, a esa altura del juego, el manya lo merecía. Pero demoró más de la cuenta.
Para el final del partido, cuando el palo había evitado que el local aumentara la ventaja en el marcador, llegó la justicia. En una jugada en la que conectaron bien Matheus Babi y Lucas Hernández, el Cepillo González recibió el balón y supo cómo moverse dentro del área para sacar un remate cruzado que le dio su primer gol de la temporada, un lindo gol para sellar el triunfo.
Peñarol no fue contundente, pero supo lastimar en el momento justo, aprovechando la superioridad expuesta ante un rival que no pudo dar pelea. Ganó de forma meritoria y se quedó con los tres puntos que lo mantienen como líder invicto.