En un partidazo bajo agua y por momentos en el agua, Liverpool venció como visitante a Wanderers por 3-2 y sumó su segundo triunfo consecutivo en el Apertura.
Matías Ocampo, Hebert Vergara y Jean Pierre Rosso hicieron los golazos de Liverpool, y los dos goles de Wanderers, que hacía un tiempo no lograba anotar en el Parque Viera fueron en contra, el primero de Enzo Martínez a remate de Tabaré Uruguay Viudez, y el segundo de Ignacio Rodríguez cuando había pateado Ferreira; si ya se hubiese abolido el gol en contra como hace años ya lo propusimos desde estas páginas, los goles hubiesen sido anotados por los wanderistas, pero eso es secundario.
Liverpool sumó su segunda victoria a las que suma los cuatro empates que lo han rezagado en la tabla, pero ahora ya está en 10 puntos. Wanderers cayó por tercera vez en línea y ahora suma cinco derrotas que tiran para abajo a pesar de su victoria, la del arranque del Tony Pacheco como técnico, y dos empates.
¿Va a seguir lloviendo?
Sí, finalmente el partido se juega en el Parque Viera. Hay más gente que la que uno podría pensar por las condiciones climáticas y por el corrimiento de 24 horas de su realización.
La cancha está pesada, linda pero pesada. A los minutos queda claro que hay mucha agua, los futbolistas no tienen guardabarros, y entonces sus camisetas, sus pantalones, sus medias, empiezan a quedar salpicadas por la acción de sus carreras que generan un movimiento como de hawaianas en la arena que lleva en sus avances gotitas de agua y barro a su indumentaria.
El partido arranca lindo porque a pesar de que tal vez Liverpool no tenga a sus titulares de manera absoluta y juega con un equipo muy renovado, Wanderers, al influjo de Tony Pacheco, pretende formular un juego asociado y atrevido.
“Liverpool juega bien”, musité para mí mismo bajo la pertinaz lluvia del Viera, finita pero que ya empezaba a calar los huesos. Sin embargo, la apreciación con disfrute del partido hacía olvidar el agua, la que venía arriba, la que estaba en la cancha, la que embarraba a los futbolistas, y, a pesar de todo, el fútbol, la exposición de esos 22 tipos, generaba una sensación de atracción.
Fue en ese momento, o unas gotas después, cuando llegó el golazo con el que Liverpool abrió el marcador antes de llegar a los 40 minutos del primer tiempo. Fue golazo por la concepción de la jugada que, antes de la definición de Matías Ocampo, pasó por ocho pases entre distintos jugadores, y en distintas partes del campo, para cuidar la pelota y buscar el momento propicio de meter la puñalada. Las últimas instancias del gol llegaron por la izquierda y el pase final fue hacia Ocampo, que se barrió de oportunidad para tratar de meter el zurdazo que cruzó todo el arco y se metió contra el caño de Silveira a pesar del intento de cierre de Kevin Rolón.
Más agua, más goles
Ya en el segundo tiempo, con la misma lluvia, con las mismas ganas, Enzo Martínez cortó una pelota en su área; la acción de quite lo llevó contra la línea, y desde ahí metió una pelota a media agua para Hebert Vergara, que empezó una loca carrera hacia el arco contrario, primero pegadito a la raya, después metiendo la diagonal, y como nadie le iba saliendo, llegó casi frente al arquero, y allí decidió definir como el Ñato Ghiggia en Maracaná 74 años atrás: entre el palo y el golero. Golazo. A los 7 del segundo tiempo Liverpool ganaba 2 a 0.
Y a los 15 llegó el tercero de Liverpool, y el tercero, debo agregar, tercero por golazo, fue de Jean Pierre Rosso, que tras un tiro libre cruzado de lado a lado ingresó por derecha y sacó un latigazo impresionante que se incrustó en el ángulo de Silveira.
Al ratito llegó el gol de Wanderers. Había estado a punto de descontar, pero una enorme intervención de Guruceaga mandó la pelota al córner, pero a la vuelta de ese tiro de esquina la globa le quedó a Tabaré viudez, que cruzó un remate de derecha, que, tras pegar en Enzo Martínez, se incrustó en el arco liverpulense.
En ese momento, en el equipo visitante ya habían ingresado todos los futbolistas que habitualmente integran el equipo titular, entre ellos la Perla Luciano Rodríguez.
Wanderers empezó a atacar y a redoblar sus ataques y en el minuto 89 otro gol en contra, esta vez de Ignacio Rodríguez ante remate de Nicolás Ferreira, puso el partido 3 a 2 cuando quedaban los 5 minutos que el árbitro había planteado para reponer.
Gastón Guruceaga estuvo estupendo en el arco de Liverpool y mantuvo la merecida victoria del equipo de Emiliano Alfaro.