Con un gol al final de cada tiempo, Racing venció en el Parque Osvaldo Roberto a Fénix 2-0. La anotación inicial en la última jugada del tiempo inicial fue hecha por Erik de los Santos y el segundo fue a los 40’ del complemento por parte de Agustín Alaniz. Con la victoria, el elenco de Sayago, que además está teniendo un gran presente en la Copa Sudamericana, ha llegado al quinto escalón de la tabla del Apertura con 15 puntos, y busca volver a perfilarse entre los primeros.
Clásica definición
Un clásico es un clásico, no porque un señor de saco y corbata lo decida así detrás de un escritorio, ni porque una especialista lo confirme como tal, ni siquiera porque el pasado inmediato corrobore ciertas características de la competencia entre esas dos instituciones que lo definan como tal. Un clásico puede tener sellado el expediente de todas las circunstancias señaladas, pero en realidad sólo lo es cuando sus cientos o miles de hinchas lo corroboran, y es preciso que sean los testigos de los dos cuadros los que avalen la teoría de que ese es su rival para completar un clásico. Son los hinchas los que construyen y dan seguimiento a esa revelación y definición.
Cuando yo era un muchachito que no me perdía un partido in situ en el mundo del fútbol del Parque Batlle y adyacencias, recuerdo unos encendidísimos partidos por el repechaje entre Racing y Fénix. Yo era un guacho enamorado del fútbol y ahí estaba, pero no recuerdo que los hinchas de Sayago o los de Capurro lo sintieran como un clásico. Un par de generaciones después los muchos o pocos hinchas de cada club saben y definen al otro como su rival clásico. Y chau, les hijes y toda la descendencia directa o por baranda que vengan de estos hinchas de hoy sabrán y harán extensión que un Racing-Fénix es un clásico y todos los demás serán seguidores de la hipótesis o negacionistas modelo Tiktok, fermez la bouche. Punto pelota: es clásico.
Todo visita
Empezó de muy buena manera el local, que debió afrontar el clásico sin su gente por sanción de la AUF. Tuvo el equipo de Racing una serie de conexiones de índole ofensiva que hicieron prever que podría abrir el marcador. De entrada nomás un tiro libre de Jonathan Urretaviscaya que dio dos veces en el mismo palo fue el avance de los 45’ iniciales.
Su propuesta fundamentalmente ofensiva mostró algunos argumentos que no siempre son esgrimidos en los campos de juego de Uruguay, como por ejemplo los remates de real larga distancia que en tres oportunidades el albiverde ensayó a través de remates del propio Urretaviscaya y de Emiliano Méndez.
Ahí fue que apareció el primer destaque del arquero paraguayo Pedro González, que voló de palo a palo y sacó esas pelotas de gol al córner.
El cardonense Eduardo Espinel dispuso una serie de cambios con relación al partido que había jugado en Asunción del Paraguay por la Sudamericana, y ello motivó una falta de asentamiento desde el punto de vista colectivo.
Después de varios intentos, en la última jugada del primer tiempo llegó el gol albiverde y fue un golazo, porque Urretaviscaya y Tomás Verón Luppi buscaron los huecos, sin pausa y sin prisa, y de un lado para el otro se fue moviendo la pelota hasta que le quedó por la izquierda como un centro pasado a Espinoza, que la cruzó de nuevo hacia la derecha, donde estaba De los Santos, que puso un bombazo impresionante para vencer al paraguayo González.
Otra cosa
En la segunda parte hubo una natural y esperada reacción de Fénix, que en el primer cuarto de hora salió con todas sus herramientas posibles a tratar de buscar el empate. Tuvo un par de oportunidades de remates a distancia en los que Rodrigo Odriozola respondió de muy buena manera en el arco racinguista.
Fue otro Fénix, con bastante más juego en el campo rival, pero, a pesar de todos los intentos, Racing lo mantuvo bajo control, arreglándoselas como pudo en los malos momentos.
Otra vez, como en Asunción, volvieron a entrar juntos en los de Sayago Agustín Alaniz y Juan Sebastián Rivero, y nuevamente generaron un grito de gol. Ahora fue en Montevideo y a los 40 minutos del segundo tiempo, cuando Racing hacía pie ante el asedio desordenado de los capurrenses; José Rulo Varela, uno de los futbolistas con mayor incidencia y menor reconocimiento entre los mediocampistas de Uruguay, sacó un pelotazo, un pase largo hasta el centro de la cancha, donde, con dos mínimas y excelsas maniobras, Juanse Rivero controló y puso en carrera a Alaniz, que en diagonal del centro a la derecha ganó la carrera, la posición y definió de derecha entre González y el caño para concretar el partido, que es un clásico.
Ganó Racing 2-0 y está bien.