Una tan sorprendente como espectacular victoria consiguió Fénix en el Gran Parque Central al derrotar a Nacional por 4-1, conseguir su primera victoria del campeonato y quitarles el invicto a los tricolores, y muy posiblemente también posibilidades de poder dar la pelea final por el Apertura.
Fénix tuvo un acertadísimo primer tiempo en el que sorpresivamente apabulló a Nacional y convirtió cuatro goles, dos de Dudú, otro de Mauro Cachi, y el último de penal de Maximiliano Juambeltz, y a pesar de los cambios de Nacional para el complemento, del descuento temprano de Antonio Galeano, y de algunos momentos de tensión sobre su arco, pudo administrar bien la diferencia y tuvo posibilidades de agrandar el resultado.
Esta bien que el equipo con el que entró Nacional no sólo no se parecía al titular sino que tuvo serios inconvenientes para acoplarse colectivamente, que tuvo una muy pobre presentación, pero más cierto aún es que Fénix pudo sacudirse la tristeza después de 11 partidos y apenas cuatro empates y jugar muy bien, acertadísimo en ofensiva y muy aplicado en la defensa. Ese tiempo inicial resolvió todo, después, por más que Nacional cambió en todo sentido hizo ese gol y pudo haber hecho un par más, no había forma de dar vuelta el resultado.
Nadie lo podía creer. Lo inverosímil de las 20.20 en el Gran Parque Central o frente a cualquier pantalla que estuviese emitiendo el partido por la duodécima fecha del torneo Apertura entre Fénix y Nacional era que los de Capurro, últimos y sin siquiera un triunfo en todo el campeonato, sin haber convertido más de un gol por juego en ninguno de los 11 partidos anteriores, le estaban ganando a Nacional por 3-0.
“¡Es joda!”, le decía uno a otro cuando iba recibiendo la noticia del gol tras gol de los capurrenses.
Porque fue una sorpresa atrás de la otra en apenas 18 minutos.
Fue sorpresa el primer gol de Dudú cuando sólo iban siete minutos y la gente con la ilusión tricolor se quiso refugiar en la posibilidad de que el VAR lo invalidara.
Fue sorpresa el segundo gol de Dudú apenas pocos minutos después entrando por izquierda, esta vez cuando en el primero de los goles había definido vibrante, seco y trepidante desde la derecha.
Y sorpresa fue el tercero a los 18 cuando Mauro Cachi sacó un zurdazo infernal, cruzado de derecha a izquierda, que dejó a Mejía y a sus diez compañeros viendo cómo la pelota se incrustaba en las redes.
Si existiera un estudio de las búsquedas de Google o algún otro motor, seguramente entre las 20.00 y 20.15 en Uruguay la palabra Dudú sería tendencia entre las interrogantes para saber quién era esa figurita.
“Eduardo Kempf Schwade, comúnmente conocido como Dudú, es un futbolista brasileño que juega como lateral izquierdo en el CA Fénix”, dice la Wikipedia (traducida del inglés), y ahí lo recordé como filoso lateral en el Capurro, pero nunca como este punta infernal que enloqueció a la última línea tricolor.
¡No me lo vas a creer!
Y a la media hora de juego el cuarto: 4-0. El nuevo gol de Fénix llegó a través de un remate penal muy bien ejecutado por Maximiliano Juambeltz después de una inútil mano-brazo, y, obviamente sin querer, de Juan Izquierdo tras otro gran remate de Dudú y una buena atajada de Mejía.
Seguramente, en el reporte de los minutos finales del primer tiempo, tras las asambleas espontáneas de los tricolores en el campo tras el tercer y cuarto gol, debería aparecer también que bien podrían haber marchado a los vestuarios del Gran Parque Central 5-0, porque tras un nuevo error defensivo de la última línea tricolor, con absoluta flaqueza colectiva e individual, a excepción de Diego Polenta, un centro pase gol de Agustín Chopitea no pudo ser concretado increíblemente a centímetros de la línea de gol por Juambeltz, a quien la pelota le pegó en las dos piernas y se fue afuera.
Sin vuelta
Recoba generó variantes en el equipo. Era de esperar que en el entretiempo se cambiaran planes, jugadores y se propusiera otro tipo de respuesta. A los siete minutos, el paraguayo Antonio Galeano a la salida de un córner que había sido generado por una maravillosa atajada de González ante Carneiro cabeceó de muy buena manera y puso el 1-4.
El Gran Parque Central entró en calor, la gente empujaba con sus voces, con sus brazos, los futbolistas copaban el campo contrario y hacían del área capurrense un pinball, pero el arquero paraguayo Pedro González estuvo brillante, la defensa se fajó, y Nacional no dio pie en bola y así se fue atenuando la tormenta, hasta que hubo un momento en que todos los deportistas y los espectadores sabíamos que Fénix ganaría su primer partido, que Nacional perdería su primer partido y que pocos olvidarían aquella noche en que Fénix pisó a Nacional en el Gran Parque Central.