Como en el tenis: match point. Aguada tendrá tres oportunidades de coronarse -nuevamente- en el Antel Arena. Peñarol quedó sin margen de error y obligado a ganar todo lo que queda para levantar la copa.
Avanza la serie y crece el nerviosismo. El camino que empezó en octubre está en la recta final. Por tal motivo, el inicio del partido fue repleto de pérdidas impropias que denotaban nerviosismo en las manos que pasaban el balón.
Otra vez Aguada destrabó el aro cuando Víctor Rudd se encargó de generar ventajas. Como base el estadounidense dotó de fluidez al equipo. Donald Sims, preciso como siempre, y Federico Pereiras colocando un par de bombas vitales. El cotejo pasó de flojito a modo NBA en cuestión de minutos. Por Peñarol, Emiliano Serres tiró del carro con repertorio completo: triples, rompimientos hacia el aro y cortes por línea final para aprovechar descargas cortas. El socio fue Shaquille Johnson, que desde el 1x1 también sumó. Aun así, el rojiverde jugó colectivamente mejor y cerró el cuarto inicial 25-21.
En los movimientos de integración de quintetos, los entrenadores probaron cosas absolutamente disímiles. Marcelo Signorelli propuso jugar con cinco chicos, mientras que Germán Cortizas apostó por meter a sus dos internos más influyentes: Agustín Zuvich y Luis Santos. El dueño de casa leyó mejor la ventaja que tenía en la pintura, a Peñarol le costó el rebote en aro propio y adelante se quedó sin gol. El reingreso de Eloy Vargas dio otra presencia y Salvador Zanotta fue astuto para acercarle puntos en su zona de influencia. El cierre fue a puro bombazo, a Sims le dieron dos licencias al no cambiar en las cortinas directas y la mandó a guardar por duplicado, mientras que Santiago Vidal hizo explotar el gimnasio aguatero con el último triple del primer tiempo, que se cerró con ventaja 51-40 para el aguatero. Hubo un número claro a favor de Aguada: la diferencia en triples (10 a 3).
Tras el descanso, Peñarol mostró su mejor versión defensiva, limitando al rival, que colocó sólo dos puntos en seis minutos. Adelante elevó los porcentajes desde más allá de los 6,75 y fue vertical para romper hacia el aro. El equipo de Signorelli se llegó a poner a una bola (53-50). Todo lo bueno que había realizado lo dejó escapar en un abrir y cerrar de ojos. Descuidar a Sims resultó lapidario y el rojiverde devolvió la tranquilidad con un parcial de 15-2. Aun así, algunos errores de Rudd regalaron anotaciones fáciles del carbonero, que encontró puntos en campo abierto para cerrar el tercero seis abajo.
El arranque del último parecía ser con fuga rojiverde cuando de la mano de Sims recuperó doble dígito en la renta. En ese momento salió sentido Luis Santos y volvió con cuatro faltas Jy'lan Washington. El foráneo, que venía siendo figura nominal, metió dos triples y Granger sumó otro para colocarse a mínima con parcial de 11-2. Peñarol desperdició un par de ofensivas pesadas para empatar o pasar. Agustín Zuvich puso un par de dobles importantes y otro actor de reparto como Federico Pereiras se soltó en ataque. Todo eso acompañado de Donald, que más que pato -otra vez- fue una bestia. Entre todos sus recursos ofensivos incluyó un triple con falta, la quinta de Washington. Fue la daga. El carbonero nunca asimiló el golpe y el rojiverde se fue de orejitas paradas para quedar a un triunfo del título.