Uruguay estrenó la camiseta Nike para la Copa América. Celeste con vivos negros y blancos y short negro. Aunque la que combinaba con el short azul también fue válida durante años. No así la camiseta roja, aunque era alternativa, que por su parte sí identificó a una generación que habitó la selección de la B, un hermoso pretexto que generó durante años un intercambio con un combinado similar de Paraguay.

La camiseta alternativa de Uruguay será blanca y la de arqueros debería ser negra por Ladislao, pero Nike presentó esos raros colores estridentes. Esas camisetas rojas de las selecciones de la B las vistieron algunos que después supieron también vestir la otra, la celeste con la que todos y todas soñamos alguna vez: Eusebio Ramón Tejera, Júpiter Crescio, Omar Pedro Méndez, Celmar Aguilera, Obdulio Trasante, Héctor Tuja, Luis Romero, Richard Morales, Walter Pandiani y José María Franco.

La roja también es dosmilera, pero es como el color de la alerta, el color del mal tiempo, el color del peligro. Eran tiempos rojos, aquellos, un fútbol brilloso de bijouterie, de un nuevo prometedor Forlán que repetía el mandato de cracks de la familia, e incluso era el más crack, pero un fútbol uruguayo donde las marcas de las camisetas tenían que ver con quien tomaba las decisiones. La inclusión de marcas como NR o como L’Sporto fueron estandartes de la empresa de televisión que nos muestra el fútbol uruguayo desde hace demasiado tiempo. Lo cierto es que habitamos una especie de nueva democracia en la que la Mutual de futbolistas es independiente de quien tiene los derechos de la televisión, aunque quien tiene los derechos de televisión dejó de pagarle al gremio desde que son independientes los derechos de imagen de los jugadores que transmite todos los fines de semana.

Por otro lado, aprovechando que los llamados que antes no existían o estaban camuflados tienen lagunas, la Asociación Uruguaya de Fútbol le compró directamente a Nike, quien terminó por quedarse con el premio previo a la Copa América entre ofertas con Adidas, la misma Puma y la norteamericana Under Armour. Durará hasta que termine el torneo sudamericano y ahí sí se abrirá una nueva licitación en la que esas marcas y tal vez otras compitan por vestir a Uruguay. Habrá que ver cuánto pesa la gloria y el recuerdo de la gloria con la marca. Lo cierto, una especie de nueva democracia permite que Nike vista a los uruguayos en la Copa América y que los jugadores las muestren honrados en sus redes sociales como quien muestra una buena pilcha y no un estandarte de cierto mando.

Ahí está la Nike, celeste calada, justa al cuerpo, un celeste mañana de verano rochense, un celeste del este, celeste campo adentro, un celeste de elecciones que no es el celeste de un partido, sino el celeste de un cielo plural. El logo de Nike que diseñó Carolyn Davidson representa el ala de Niké, diosa de la victoria en la mitología griega, pero ni Obdulio, ni Carolyn, ni Phil Knight ni Bill Bowerman, que la fundaron en 1964 como Blue Ribbons Sports, imaginaron que la celeste querida iba a quedar tan linda.

Es tan linda y es tan uruguaya que no se había puesto a la venta y ya tuvieron que poner un comunicado oficial avisando que todo lo que estaba en el comercio era trucho, San Trucho. En las respuestas al comunicado, la gente los amenazaba con comprarlas en China en unas horas. “Sobre estas imitaciones, la AUF tomará las acciones legales necesarias en defensa de sus activos comerciales”, advirtió el escrito divulgado en redes sociales.