Era cuestión de inercia, pero tenía que cumplirla, mover los engranajes para ganar. Y Nacional ganó. No le sobró nada, pese a jugar mejor que Boston River, y se sabía que si los de Martín Lasarte ganaban se metían en la final del Intermedio, torneo que ha ganado en cuatro de sus seis ediciones.

Los tricolores se impusieron con tanto de Alexis Castro cuando prácticamente transcurría el primer cuarto de hora del partido. El gol le dio cierta tranquilidad, más allá de las noticias desde Jardines del Hipódromo de que Danubio, el único que podía pelearle la punta, iba ganándole a Liverpool.

Lasarte le busca la vuelta

El último partido por el grupo B no fue de los mejores del Nacional de Lasarte. No porque haya jugado mal, sino porque el bolso venía con su vara alta. Era su propia versión la que lo tenía con un presente goleador –y eso que tuvo bajas de delanteros importantes–: le hizo seis a Danubio y a Cerro Largo le endosó cuatro en el mismísimo Ubilla de Melo, aunque, hay que decirlo, en el medio de ambos partidos tuvo un pésimo empate ante Rampla Juniors, en un partido que hasta pudo perder. Lo cierto es que esas producciones goleadoras situaron al tricolor en un sitial del que este domingo estuvo lejísimo.

Lasarte parece tener el esquema 4-2-3-1, y también buena parte de los jugadores: el arquero es Luis Mejía; los cuatro del fondo son los mismos que jugaban con Álvaro Recoba, incluso el asiduo cambio parece ser el mismo: alternan Diego Polenta con Mateo Antoni; Christian Oliva es el motor del equipo y Lasarte ha hablado muy bien del volante que comparte campo con Lucas Sanabria; por afuera también tiene a los jugadores Antonio Galeano y Alexis Castro, pero parecen no convencerlo dos puestos: el de diez y el de nueve. Este último, lógicamente, es porque las lesiones le sacaron a los titulares, Gonzalo Carneiro y Rubén Bentancourt; el chiquilín Gonzalo Petit fue titular, pero no gravitó. El de enlace ayer lo ocupó Diego Zabala, pero también tiene ahí a Mauricio Pereyra y a Jeremía Recoba, incluso ha sido titular Gastón González y Castro se ha replegado al carril del diez.

Si Nacional hubiera tenido esas dos posiciones con jugadores más ensamblados el resultado podría haber sido a su favor, porque generar generó, pero le faltó la estocada final. Se habla de refuerzos para el ataque albo, pero de momento nadie ha llegado.

Un equipo sin claridad

“Tengan la pelota, tengan la pelota”, gritaba desesperado el técnico de Nacional. Parecía un grito al aire, porque nadie de los suyos acusaba recibo. O sí, pero no lo lograba plasmar en la cancha. Atrás, muy atrás quedaba lo que los tricolores demostraron en el gol del argentino Castro, en el que la tocaron varios en una transición rápida entre la derecha y el centro del ataque.

La salvaguarda de no tener la pelota era que Nacional estuvo firme defensivamente. No dejó espacios porque sus líneas trataban de estar cerca, los zagueros centrales estuvieron impecables por arriba, lo mismo que el panameño Mejía descolgando centros, y porque, más allá de lo zonal, en las referencias hombre a hombre Emiliano Gómez, Juan Manuel Gutiérrez y Leandro Suhr, que suelen ser los desequilibrantes del sastre, fueron bien marcados.

En esto de que Lasarte anda buscando el equipo, en el correr del segundo tiempo demostró vocación ofensiva para ir a sentenciar el trámite. Hizo variantes para sacudir la modorra, renovó el aire (y la técnica) en el centro de la cancha dándoles ingreso a Pereyra, primero, y a Recoba después. Esas variantes cambiaron un poco la cara y provocaron algunas chances que pudieron ser el 2-0, pero no fueron bien definidas, y cuando sí, el bueno de Santiago Silva no quiso saber de nada con ir a buscarla adentro del arco.

Va para campeón

El torneo de mitad de año tiene a Nacional como el máximo ganador. De seis metió cuatro: en 2017 le ganó a Defensor Sporting, al año siguiente venció a Montevideo City Torque –que todavía era Torque, a secas–, en 2020 se impuso por penales a Wanderers, mientras que en 2022 derrotó a Liverpool. Quiere uno más, pero lo tendrá que buscar ante el rival de todas las horas: Peñarol.