En un partido de trámite mucho más ajustado de lo que la cátedra esperaba y transmitió a la opinión pública, Argentina se convirtió en semifinalista en los penales, después de haber empatado 1-1 en los 90 minutos.

En la definición desde los 12 pasos la selección albiceleste venció 4-2 porque el Dibu Emiliano Martínez estuvo excepcional conteniendo la mitad de los penales que le tiraron.

Messi erró el tiro en el inicio de la tanda, pero Dibu Martínez emparejó al atajarle el suyo a Mena. Después Julián Álvarez puso en ventaja a los argentinos al patear de maravilla y Martínez volvió a atajar de manera excepcional; Yeboah en el tercero ecuatoriano por fin la pudo mandar a las redes, pero Montiel no erró; después Caicedo acertó, y Nicolás Otamendi convirtió en la quinta ejecución y puso a los argentinos en las semifinales.

Fue un juego interesantísimo porque Ecuador estuvo a la altura del partido y logró desnudar algunas carencias del medio hacia atrás de la selección argentina, que contó con una escasa pero determinante participación de Messi, que pudo jugar todo el partido después de su problema muscular.

Un arranque inesperado

Los primeros minutos fueron claramente dominados por Argentina, que tuvo la posesión de la pelota y la intención de llegar a campo rival, pero la primera jugada de gol fue de los ecuatorianos, que después de un saque lateral consiguieron, a través de Enner Valencia, peinar la pelota para Moisés Caicedo, que casi queda cara a cara con Emiliano Martínez, y sólo un oportunísimo cruce del zaguero argentino Cristian Romero salvó la inminente acción de gol.

Llegando al cuarto de hora, apareció la que hasta el momento era la jugada más peligrosa y otra vez fue para Ecuador. La generó por la izquierda con un largo ingreso de Jeremy Sarmiento y un bonito enganche para quedar frente a Dibu Martínez. El arquero salvó de gran manera y en el rebote Kendrick Páez la tiró afuera.

Se empezaron a repetir los ataques ecuatorianos, casi siempre por la banda izquierda, donde Caicedo, Sarmiento y Valencia superaban a Nahuel Molina.

No obstante, en la primera que en 20 minutos de juego generó Messi, Argentina quedó de cara al gol, pero la jugada fue bien resuelta después de dos instancias por la defensa ecuatoriana. Esa acción de la figura argentina puso en evidencia, al mismo tiempo, su escasa participación anterior y su enorme capacidad que le permite, en una jugada, generar y propiciar peligro para los rivales.

Al rato, otra vez la tocó Messi, otra vez inventó una acción de extremo peligro que no pudo resolver Enzo Fernández. Sin embargo, en el tiro de esquina que generó llegó el gol argentino por aquello de que dicen que dos cabezazos en el área es gol; esta vez la pelota fue al primer palo, la peinó Alexis Mac Allister y en el segundo palo entró Lisandro Martínez solo para anotar el primer gol. Iban 35 minutos y cambió el sentido del partido. Ecuador sintió el golpe y quedó congelado, y aunque al final de la primera parte llegó cerca del arco argentino, no pudo recuperar su ritmo ni su posicionamiento.

Tanto va el cántaro al agua, que al final se rompe

En la segunda parte el equipo del español Félix Sánchez otra vez intentó posicionarse en campo rival, pero encontraba el ritmo suficiente para poner en peligro a los argentinos. Un par de tiros de esquina fueron arrimando, y justamente esa jugada, con una ejecución seca, cerrada y a media altura, terminó en penal de Rodrigo de Paul, que Enner Valencia no pudo cambiar por gol porque su ejecución dio en el caño derecho. De la sensación de empate el elenco de la mitad del mundo pasó a recibir otro golpe anímico y emocional.

Pero volvió a intentarlo Ecuador y se arrimó al área con peligro. Tuvo la pelota y las ganas, y colocó dos delanteros más, Kevin Rodríguez y Alan Minda, y casi de inmediato al nacido en Alemania, John Yeboah, y Ángel Mena, quedando con cuatro delanteros cuando faltaban más de diez minutos para el final. Luego el director técnico catalán sumó otro delantero centro, Yordi Caicedo.

Cargó muchísimo Ecuador y a los 47 Kevin Rodríguez, después de una aguda peinada, puso el empate ecuatoriano que mandó el partido a los penales. Antes de eso incluso lo podría haber ganado el elenco tricolor, que tuvo dos situaciones de gol más en lo que quedaba de juego.

Después, los penales son otra historia. Argentina sigue adelante y ahora tendrá a Canadá (nuevamente) como rival.