Uruguay perdió con Colombia en semifinales de la Copa América en el Bank of America Stadium de Charlotte, y el partido tuvo de todo. Como la escritura, tuvo un caldo previo y un caldo posterior, el más espeso. La conclusión deportiva dice que la selección de Marcelo Bielsa cayó derrotada 1-0 con la selección que dirige su compatriota Néstor Lorenzo. Colombia jugará con Argentina el domingo por el título, y Uruguay enfrentará a Canadá por el tercer puesto el sábado.
Durante el partido, un codazo a Manuel Ugarte por el colombiano Daniel Muñoz, que es figura en la selección cafetera y se perderá la final por la expulsión, marcó el partido. Instaló un clima de reyerta y desencajó las estrategias de ambos conductores. El equipo colombiano se replegó en su campo, por momentos en su área, y con la capacidad futbolera de élite que tienen jugadores como Luis Díaz pudo respirar.
Uruguay nunca le encontró la vuelta, el mismo Marcelo Bielsa declaró posteriormente que “hubiera preferido que no se produjera la expulsión del jugador colombiano, porque lo que sucedió en el segundo tiempo, a partir de la forma en que tuvo que jugar su equipo para sostener el hombre de menos, fue una dificultad superior a la que tuvimos que enfrentar con 11”.
Sobre el final del partido, los 60.000 colombianos en Charlotte estaban de fiesta y 50 millones más en su país. En el medio de la cancha, Luis Suárez, que había ingresado en el segundo tiempo, increpó a Miguel Borja. El delantero de River Plate habría sobrado al uruguayo, lo que provocó su reacción y una serie de empujones y amenazas en un borbollón.
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Pero no es que aquello se haya trasladado a la tribuna, sino que la tensión previa y los hechos generados en la cancha y también en las tribunas provocaron que la fiesta terminara en un clima por demás hostil. “Todo empieza por una sobrada de [Miguel] Borja en la mitad de la cancha, que no tiene necesidad”, dijo Suárez en la zona mixta después del partido. Y prosiguió: “Es un profesional que tiene que demostrar grandeza en estos partidos. El otro día [contra Brasil] ganamos y saludamos a cada uno de los rivales. Es una falta de respeto. Tiene que valorar un poco al rival y la tristeza que tenemos del lado de enfrente, pero bueno… el de arriba está mirando todo y siempre vuelve”, dijo el goleador eterno de la celeste.
“Hicieron avalancha sobre nuestras familias”, dijo José María Giménez al referirse a los problemas que se desencadenaron entre jugadores uruguayos e hinchas colombianos en el sector donde se ubicaban las familias de los deportistas. Fue un caos: Darwin Núñez quiso tirar una silla y luego trepó como en el barrio porque le habían llovido proyectiles a su familia, que incluso ya estaba en el campo. Se sumaron otros jugadores junto a sus familiares. El tumulto se movió como una ameba.
Una imagen lamentable; la primera responsabilidad cae sobre la organización de la Conmebol, que una hora después del enfrentamiento entre jugadores uruguayos e hinchas colombianos publicó un tibio comunicado: “Nuestra labor parte de la convicción de que el fútbol nos conecta y nos une, a través de sus valores positivos”, y continúa diciendo que “no hay lugar para la intolerancia y la violencia dentro y fuera de la cancha”. Sin demasiadas argumentaciones sobre los tristes hechos tras el partido, exhortan a “tener una fiesta inolvidable” en los dos partidos que quedan.
El presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Ignacio Alonso, manifestó entre otras cosas que “los jugadores de Uruguay tuvieron una reacción instintiva y natural que fue la de ir a proteger a niños, señoras, familiares y hermanos que estaban sufriendo agresiones. Se dio con mucha racionalidad para lo que fue la situación”. El mismo Alonso estuvo involucrado junto a otros directivos de la AUF en problemas y discusiones en la cabina donde estaban ubicados.
La palabra de Sergio Rochet
Una de las figuras de Uruguay en la Copa América habló con la prensa en la zona mixta tras el partido y dijo sobre los hechos posteriores: “Pasamos un momento feo, que lamentamos. No es lindo ver que haya esos problemas y que esté tu familia a dos metros”, expresó el arquero, que además opinó que todo “se podía haber evitado”.
“La parte en la que están los familiares de los jugadores tiene que estar cubierta con otra seguridad, y más sabiendo la cantidad de público que había de Colombia”, agregó el exarquero de Nacional. “Cuando vimos a nuestras familias ahí, todos los jugadores intentamos subir y sacarlas de ese lugar, que fue lo que hicimos”, señaló.
Rochet dijo además que esperaba otra actitud de los futbolistas colombianos, porque “eran ellos los que estaban haciendo el problema y tendrían que haber ido a tranquilizar las aguas”. “Nosotros fuimos respetuosos y lo demostramos en la cancha. Un poco de empatía hubiera estado bueno, pero eso va por cuenta de ellos”, expresó.
“Estamos tristes por la derrota, por la forma en que se dio y por todo lo que se había creado. Había una ilusión muy grande. Ahora toca ponerle el pecho a la situación, hacer autocrítica, mejorar y levantar la cabeza, porque no hay que borrar lo bueno que se hizo”, concluyó el arquero.