En un partido picado, en una noche fresca y con un resultado frustrante para los líderes del grupo A del Intermedio, River Plate derrotó como visitante a Defensor Sporting por 1-0, con gol en el primer tiempo de Joaquín Lavega y dejó en duda el liderazgo y la posible condición de finalista en el torneo de su vencido.

Ahora Defensor no sólo deberá esperar el resultado del partido del domingo entre Peñarol y Fénix, sino que además como sea llegará en condiciones de vulnerabilidad al último y decisivo partido ante los aurinegros la semana que viene. Defensor sigue liderando con 11, pero Fénix tiene 9 y Peñarol 8. Ambos se enfrentan en el Campeón del Siglo.

Lo buscó por todos lados el equipo de Punta Carretas, pero River Plate aprovechó la que tuvo y después defendió como pudo y cuanto pudo, con dos oncenas que están y estarán cambiadas por distintas situaciones, y la viola en particular por el periodo de pases que lo va desangrando fecha a fecha.

Para River Plate es un triunfo que remueve y suma, y aunque en el Intermedio ya no juega nada, suma para todas las tablas y se entusiasma.

El juego comenzó con un dominio muy marcado de Defensor, que inclusive antes de los cinco minutos iniciales llegó a marcar un gol inválido por posición adelantada, pero posteriormente River Plate, con tantas novedades, empezó a emparejar un poco las acciones. El equipo dirigido por el fernandino Francisco Palladino tiene cada vez más juveniles en su oncena con todos los pro y los contra que ello conlleva.

Lo que Defensor no se esperaba

Después del cuarto de hora, cuando Defensor amenazaba con que el gol no tardaría en llegar, hubo un rabioso, rápido y furioso ataque de River Plate que, por cuatro veces consecutivas, como si fuera una ráfaga de intentos de gol, hizo en segundos sobre el arco de Kevin Dawson. En tres de ellas atajó la pelota, pero hubo una instancia en la que pareció que la pelota atravesaba por completo la línea de gol, y así fue de acuerdo a lo que se vio técnicamente en el VAR y entonces Joaquín Lavega, el juvenil sub 20, colocó el 1-0 para River Plate. Iban 17 minutos cuando se estableció el resultado definitivo del partido.

Era bastante impensado, de acuerdo al desarrollo inicial del partido, que los albirrojos se pusieran en ventaja, dado que el juego hacía prever justamente lo contrario por la buena postura que estaban teniendo en campo los violetas.

El juego estaba picado por el partido en sí mismo, pero además se sentía el peso del antecedente del último partido entre estos rivales en el Franzini, donde todo terminó en un lamentable lío con golpes y agresiones que terminó a nivel judicial. 

Defensor ataca, River se defiende

A pesar de las reiteradas intentonas violetas, fundamentalmente por el flanco derecho con el muy interesante tándem de Anderson Duarte y Nicolás Ojito Rodríguez, se fueron a los vestuarios con River en ganancia y Defensor procurando hasta último momento dar vuelta esa situación. 

Para la segunda parte, la tendencia de ataque defensorísta se siguió manteniendo casi minuto a minuto, siempre con Anderson Duarte como determinante, pero con una buena proyección de toques ofensivos de buena parte de los violetas. 

El Chino Álvaro Navarro, el novel técnico violeta, buscó rápidas alternativas para intentar ganar por los dos lados, y por ello cambió a Duarte hacia la izquierda y dio ingreso a Nicolás Wunch para que ocupara la franja derecha.

El partido fue levantando más presión aún, con el juego casi en forma permanente en campo de River Plate y algunas contras muy aisladas de los darseneros.

En River ingresó Norman Rodríguez por el juvenil lateral derecho Nicolás dos Santos y Francisco Palladino ordenó una línea de cinco defensas.

De ahí hasta el final, Defensor atacó y River aguantó, aguantó y aguantó hasta que se quedó con los 3 puntos que le vienen de maravillas para la tabla anual y para la del descenso.

Para Defensor, una frustración que le pone en cuestión su liderazgo de la serie A, que ahora queda en dependencia de lo que suceda el domingo entre Peñarol-Fénix, pero con la tranquilidad de haber hecho lo posible para que el resultado fuera otro, como dijo Álvaro Navarro al terminar el partido. Según él, su equipo había tenido 14 llegadas al arco contrario, “pero cuando no entra, no entra, porque este es el fútbol”.