Con la clasificación en el bolsillo pese a perder 1-0 con The Strongest, Peñarol retorna de Bolivia con la paz interior de volver a estar entre los ocho mejores del continente, algo que no sucedía desde 2011, también con Diego Aguirre como entrenador.
La Fiera mostró absoluta felicidad por el objetivo cumplido: “Estoy muy contento. Era un partido complicado, teníamos una ventaja que nos permitía hacer un planteamiento un poco más cauteloso o defensivo, porque vinimos a clasificar. Ese partido de Montevideo nos dio el aire que te falta acá; la clasificación se consiguió en el Campeón del Siglo”.
En Bolivia, la altura siempre es una condición para analizar la forma de plantear los encuentros: “Tuvimos algunos días de trabajo que fueron importantes, pero igual nos costó, la pelota era muy rápida y no pudimos jugar como queríamos. Si bien fue un planteamiento más defensivo, buscábamos jugar y nos costó, acá es difícil. Físicamente hubo una buena respuesta”, aseveró el entrenador.
Ahora Peñarol espera por Flamengo o Bolívar; los de Río de Janeiro tienen ventaja 2-0 por el partido de ida; la vuelta es este jueves en La Paz. Aguirre comentó: “No se puede elegir, son dos equipos muy difíciles, aunque nosotros también lo vamos a ser para ellos. Estaremos prontos para enfrentarlos con todas nuestras fuerzas y tratar de seguir avanzando. Ilusionarse es válido, pero ahora tenemos que intentar pasar la siguiente fase y para eso vamos a trabajar. Si lo logramos, sería extraordinario. Es muy complicado y hay que ir con mucha humildad, tranquilidad y confianza. Estamos creciendo como grupo”.
El entrenador carbonero, como hincha que es, habló del vínculo con la gente: “Es lindo generar esta ilusión y ver que podemos volver a ser protagonistas de la Copa Libertadores después de mucho tiempo. Hubo gente que vino en ómnibus desde Uruguay para alentar, tres días de viaje de ida y otros tantos de vuelta. Para esos incondicionales es la clasificación”.