Nacional quiso pero no pudo, intentó pero le faltó el gol, jugó bien pero no le alcanzó para sumar de a tres y mirar la vuelta de los octavos de final de otra manera.

Cuando se bajó el telón en el Gran Parque Central las sensaciones fueron encontradas, como cada vez que se tiene un buen partido pero no se logra el objetivo. La historia tendrá otros 90 minutos en San Pablo, donde se definirá por puntos o por penales: el que gane pasará; si igualan –no importa el marcador– desde los 11 pasos, será cara o cruz.

1. Un partido de copa

Si en los libros de Historia hubiese que dejar claro cómo es un partido de Copa Libertadores, este que jugaron Nacional y San Pablo en el Gran Parque Central entra en los manuales. Primero, por las camisetas y sus historias; después, por la disposición táctica y la estrategia aplicada: líneas juntas, poco espacio, eso llevó a la necesidad de abrir la cancha porque por el centro era imposible; intensidad en las pelotas divididas, contragolpes cuando se pudo. Como tercer punto también se debe agregar el clima de las tribunas. Por algo la Libertadores es el mejor torneo de clubes del mundo.

En esa dinámica hay que resaltar el despliegue de Christian Oliva. Se paró de 5 a la antigua, delante de la línea de cuatro defensiva. Aclarar su posicionamiento es un decir, porque el volante cubrió toda la mediacancha. Taponeó bien el pase filtrado, barrió hacia los costados cuando los laterales lo necesitaron, incluso presionó y se fue arriba cuando pudo. Todo eso lo hizo corriendo, lógicamente, pero también con un muy buen sentido de lectura del juego, pudiendo anticiparse a pases o movimientos de los paulistas y recuperar la pelota cuando nadie lo esperaba.

La foto del primer tiempo fue por ahí. Fricción, pocas jugadas claras. Al principio la pelota la tuvo San Pablo, pero ni siquiera probó a Luis Mejía, luego impuso el ritmo Nacional y generó más sensación de peligro, con un duelo particular entre Ruben Bentancourt y el zaguero ecuatoriano Robert Arboleda. Si bien el bolso jugó en tres cuartas canchas, faltó el puntillazo final para sacar del estado de alerta al arquero Rafael y darle trabajo de verdad.

2. Segundo tiempo intenso

Los primeros 15 del segundo tiempo también van al libro de los partidos de copa. El local salió del descanso enérgico y presionó, el trío de volantes copó la mitad y se hizo de la pelota, con eso empezaron las proyecciones por las bandas y la cancha pareció cuesta abajo hacia la calle Jaime Cibils; San Pablo, bastante sorprendido, pero sobre todo molesto por no ver la guinda, hizo lo que todos los visitantes del continente hicieron en alguna ocasión en las copas: reventarla para cualquier lado y a otra cosa.

Pero, claro, San Pablo queda en Brasil, y cuando los brasucas pueden pararse y jugar con dominio, aquel cuesta abajo hacia un lado se volvió a nivelar y todo regresó a la paridad inicial. Este rato en que Nacional se vio superado coincidió con una especie de ahogo (o cansancio) de Oliva: por algo pasan las cosas. Más allá de esto, Diego Polenta y Seba Coates neutralizaron toda cercanía paulista.

Dos chances se perdió Nacional: una, un cabezazo forzado de Sebastián Coates, que si lo agarraba con más aire inflaba las redes; a los 75 lo tuvo Didí Zabala, pero erró un gol increíble abajo del arco: la pifió.

Fueron los cambios los que sacudieron el tricolor. Ingresaron tres incorporaciones de una, el colombiano Diego Herazo, el Diente Nicolás López y Nicolás Rodríguez, y Nacional abandonó el 4-1-4-1 para pasar a un 4-4-2 donde se leía “hoy hay que ganar”, porque faltaban diez minutos y había que echar el resto.

Pese a los intentos ofensivos, a Nacional le faltaron siempre 100 gramos para el kilo. No hubo último pase, no tuvo estocada final, tampoco manos a manos claros. El partido se fue diluyendo con el visitante haciendo tiempo en cada pelota que se iba afuera o con jugadores que parecían sentidos. Obvio, era un partido de Libertadores.

3. Se define en Brasil

Es corta la bocha. Si hay que pensar en la definición del mano a mano, que será el jueves que viene en el Morumbí de San Pablo, el 0-0 parece poco. Jugó bien Nacional, pero no pudo ni supo ganar. Allá irá a buscar lo que tiene que buscar.

Detalles

Estadio: Gran Parque Central

Nacional (0): Luis Mejía; Leandro Lozano, Sebastián Coates, Diego Polenta y Gabriel Báez; Christian Oliva, Lucas Sanabria (82’ M Pereyra) y Alexis Castro (76’ Nicolás Rodríguez); Antonio Galeano (63’ J Recoba), Didí Zabala (76’ Diente López) y Ruben Bentancourt (76’ Diego Herazo). Entrenador: Martín Lasarte.

San Pablo (0): Rafael; Rafinha, Robert Arboleda, Alan Franco y Welington; Damián Bobadilla y Luiz Gustavo; Lucas Moura (85’ Michel Araújo), Luciano (76’ Rodrigo Néstor) y Ferreira (46’ Wellington); y Jonathan Calleri. Entrenador: Luis Zubeldía.

Goles: naninga.