En un partido cargado con la ausencia de Ángel Di María, retirado de la selección, y de Lionel Messi por lesión, el conjunto de Lionel Scaloni ganó un partido parejo pero que terminó en goleada 3-0 sobre el final. Para los albicelestes anotaron en la segunda parte Alexis Mac Allister, Julián Álvarez y Paulo Dybala.
Si bien el resultado culminó abultado a favor de los locales, el trámite mostró más zonas de paridad que de ventaja. Chile fue mejor en el final del primer tiempo, pero fue poco en el resto. Argentina cambió tenencia por efectividad en el complemento y le rindió.
En el inicio Chile esperó, pero no fue pasivo en su totalidad. Mostró intensidad ante un rival de tenencia prolija y casi absoluta. Por el lado argentino se sabía que iba a proponer. No le fue fácil en la primera parte ante el buen repliegue defensivo de los dirigidos por Ricardo Gareca.
El planteo del último campeón de América cambió. Sin su líder y capitán, Lionel Messi, salió con dos puntas claras: Lautaro Martínez y Julián Álvarez. Ambos con buen desempeño en la presión, pero necesitaron ser asistidos con claridad, cosa que pasó poco.
La albiceleste se sintió incómoda con las rápidas transiciones que por momentos sacó la roja, que cuando todo estaba 0-0 tuvo un cabezazo en el palo que enmudeció al Monumental. Fue la más clara de la primera parte.
Las sensaciones en el final fueron que Chile terminó mejor, parado en cancha y con propuesta ofensiva.
Vistoso y efectivo
A aquella incomodidad que quedó en el ambiente del Monumental, Argentina contrarrestó con un gol tempranero de Mac Allister tras una combinación certera y veloz entre Rodrigo de Paul, Álvarez y Martínez.
Con la ventaja se asentó el tridente mediocampista argentino con Enzo Fernández, sumado a Mac Allister y De Paul, quienes comenzaron a mover el balón, involucrando a todos en una rotatividad con y sin pelota que comenzó a desesperar a los chilenos.
La visita no mostró ese costado atrevido de ir a disputar pelota y cancha. Aún así, tuvo algunos espacios, pero la zaga albiceleste se mostró implacable. Cuti Christian Romero ratificó su momento con rudeza cuando se necesitó y también prolijidad con pelota.
Cuando el ritmo bajaba por ambos lados, Julián Álvarez se animó a lo que no hizo en todo el partido su equipo: disparó de afuera de zurda. Travesaño, adentro y victoria bajo el brazo. En zona de descuento, Dybala, que entró con la 10, mandó zurdazo para cerrar la goleada.