Peñarol consiguió meterse entre los cuatro mejores de América y en la semifinal de la Libertadores jugando el mejor partido que podía jugar con el objetivo de clasificar, que en este caso era infinitamente mejor que intentar ganar.
Desde que existen estos mecanismos de avance luego de dos partidos por puntos y por goles, ha cambiado el paradigma de cómo jugar las revanchas. El elenco de Diego Aguirre jugó el partido que debía, defendiendo, redoblando y frenando a un equipo de élite con capacidad y condiciones superiores de toda índole.
Peñarol, que en semifinales se enfrentará al Botafogo, demostró una enorme exposición de capacidad táctica y colectiva para mantener a Flamengo en cero y controlado. Jugó compacto pero heroico, firme y solidario, con esfuerzo y sustancial participación de todo el colectivo, pero específicamente del jovencito Damián García, que jugó de 5 pero fue un diez.
Washington Aguerre (8): Otra vez decisivo. Fue clave en las atajadas de los dos o tres momentos en que Flamengo estuvo a nada de convertir. Estuvo sobrio y dominante en toda su área.
Pedro Milans (7): Dale que te dale, corriendo y marcando como envenenado ante el desequilibrante Bruno Henrique. Como toda la línea de cuatro y el eje central, se ganó el sello de defensor uruguayo senior.
Javier Méndez (7): Excepcional, como siempre, le puso el cuerpo al partido y pudo llegar a todas, aunque más no fuera con la uña del dedo chico para apagar cualquier incendio.
Guzmán Rodríguez (8): Imponente. Firme, seguro, esforzado, concentradísimo y con pasta. Contra cualquiera de ese caras de tiquiti-tuquiti.
Maximiliano Olivera (8): Muy bien. El arquetipo del defensa uruguayo que juega en clara inferioridad técnica y de velocidad, pero se revuelve con enorme capacidad y termina siendo determinante como caudillo oriental.
Damián García (10): Es un gurí impresionante. Emociona. Tiene 20 años pero juega como el 5 más maduro del mundo. Hizo un partidazo impresionante. Emocionante. Fue el eje y la llave de la clasificación.
Eduardo Darias (7): Enorme despliegue, marcando, corriendo, yendo de un lado al otro. No pudo atacar, pero logró en inferioridad numérica y técnica
Javier Cabrera (6): Nada pudo hacer en ataque, y, sin embargo, muchísimo pudo hacer en acción de defender. Solidario y esforzado para perturbar el juego de Bruno Henrique, colaborando muchísimo con Pedro Milans.
Jaime Báez (6): No pudo destacar en su faceta habitual, y principal, la de delantero, pero se fajó de muy buena manera defendiendo y conteniendo el juego carioca por la derecha.
Leo Fernández (7): Sin alimentación, sin una pelota al pie, recuperó e intentó inventar con su creatividad. No pudo tener sus destellos mágicos e igual fue determinante.
Maxi Silvera (6): Impresionante desgaste, tuvo la tarea de correr y correr sin ver ni una pelota.
Los que ingresaron
Lucas Hernández (6):Entró con toda su jerarquía por la banda para hacer de lateral bis, pero para jugar a la pelota con capacidad y cuidado.
Leonardo Sequeira (6):Entró para correr y correr. No tuvo ni una para atacar.
Facundo Batista (6): Puso el cuerpo, atacó sólo cuando alguna pelota le pasó cerca. Estuvo a la altura. Esfuerzo, ganas y fortaleza.
Gastón Ramírez (6): Entró para rematar la clasificación. Su capacidad y experiencia suplieron cualquier diferencia física que pudiera haber con la pelota de aquí para allá.