Llevo más de 40 años batallando por la calidad informativa del fútbol y el deporte realizado y gestionado fuera de Montevideo, pero comunicado desde la capital. Es una lucha absolutamente desigual en la que, a pesar de ello, junto a un importante núcleo de comunicadores, periodistas, aficionados y especialistas, pugnamos por darle al fútbol del interior el lugar que entendemos que se merece, y que sea tratado con ecuanimidad y justicia.
En definitiva, hay un público foco principal o secundario que en cualquier caso involucra a más de la mitad de la población de Uruguay, dado que a la población de los 18 departamentos que participan activamente en la Organización del Fútbol del Interior (OFI) se suman decenas de miles de habitantes de Montevideo que son o han sido consumidores activos de Nuestro Mundial.
Es absolutamente determinante aprovechar este momento de buena y activa difusión en redes para poner las cosas por su nombre. Se precisa también de cierta elasticidad en la organización, cierta laxitud que nos corra un poquito del protocolo y nos permita asir de otra manera nombres o circunstancias con las que precisamos conectar para familiarizarnos.
Si sos un desconocedor del fútbol del interior pero asimismo un potencial seguidor, no es posible que conectes con Soriano Interior o que entiendas que Guichón es Paysandú Interior.
Es preciso entenderlo
Sí, es cierto, soy un estudioso y un apasionado del fútbol del interior, y entonces para unos cuantos receptores y actores termino representando a un especialista en la materia, lo que me halaga y me responsabiliza.
Pero asimismo soy un estudioso y un apasionado del fútbol de la AUF o la FIFA. De hecho, en más de 40 años de ejercicio de esta profesión he participado en tantos campeonatos, finales, decisiones y partidos comunes y corrientes dentro de todas las organizaciones que de una manera u otra están vinculadas al fútbol del país donde nací, me crie y crecí.
He cubierto decenas de Uruguayos, de campeonatos del interior, más de una decena de copas América, siete copas del Mundo. Fui, por concurso, el primer jefe de prensa de la selección uruguaya, tengo orgullosamente el premio Ariel Delbono que brinda la OFI en el fútbol del interior, y desde hace años la FIFA me ha honrado con ser el representante uruguayo en la elección de los premios del año. Mal no me fue.
Entiendo por qué me encasillan como especialista del fútbol del interior y es porque he empujado en los medios de difusión nacional para informar y ponerlo en la vidriera básicamente de cientos de miles de montevideanos que por ausencia de información desconocen y, por ende, no les importa cuando la globa circula más allá del arroyo La Paz o hasta el arroyo Carrasco, por no hablar de la Barra del Santa Lucía.
Pasaron 70 años de torneos y campeonatos -desde el primer torneo del Litoral en 1922 hasta 1992, cuando se convirtió, más que en un torneo de selecciones departamentales, en un campeonato de ciudades y pueblos- en los que los nombres no estaban en discusión. Soriano, el primer campeón del Litoral, era Soriano, Paso de los Toros era Paso de los Toros o a los sumo Santa Isabel, su primer nombre hasta 1929, Cerro Largo era Cerro Largo, y Florida, Florida.
Mundial de ciudades y departamentos
En 1991, para felicidad y justicia para las ciudades que no eran capitales, se ampliaron los cupos en el torneo de selecciones y se habilitó que cada departamento fuera representado con dos sectores, la liga capital por un lado, y quien ganara la clasificatoria o quisiera inscribirse en el torneo si era la única liga del interior de ese departamento; ahí pasó claramente a ser un torneo, más que de departamentos, de ciudades o de agrupaciones de ciudades y pueblos.
Aquello pasó a ser en los medios capitalinos un fárrago de capitales e interior, que ya si antes no se entendía nada, desde ese entonces la comunicación y la difusión empeoraron aún más.
Pongámosle que OFI, por su protocolo y disposición administrativa, no los puede llamar de otra manera en el papelerío oficial, pero inmediatamente después hay un escalón de difusión en que el pueblo o los pueblos deben llevar su nombre y no otro.
Atrapado en las redes
Las redes sociales han pasado a ser un buen motor y dinamizador de la actividad. Lo que antes no sucedía -tener buena difusión institucional- esta vez parece que está pasando, y se anuncian partidos, se proveen resultados y tablas de posiciones, se motiva a seguir el campeonato.
Insisto, es comprensible que en la documentación oficial, formularios y demás, diga Fulano Capital y Mengano Interior, pero no hay posibilidad alguna de extensión y buena difusión si a Paso de los Toros lo llaman Tacuarembó Interior y le ponen un escudo rojiblanco, o si a Vergara la denominan Cerro Largo Interior cuando el pueblo donde Serafían J García desarrolló su obra es de Treinta y Tres, y además con su enseña albinegra está jugando cada noche por Vergara.
Nadie puede sentir el más mínimo compromiso o adhesión por un colectivo que en vez de su nombre lleve el de Sector interior, y con apellido prestado del nombre del departamento, cuando además a veces ni corresponde administrativamente a ese departamento.
Choca con aquello que sabemos, aprendimos y dominamos de llamar a nuestras selecciones por su nombre, y choca además con los emisores que por lo pronto y por definición saben que la selección de su ciudad se llama como su ciudad y no capital o interior.
No parece complejo ni difícil coronar esa buena gestión de comunicación que está teniendo OFI en redes y en las transmisiones de liberar e instar a sus CM y periodistas a llamar las cosas por su nombre. Ganamos todos, los que sabemos de la magia inigualable de Nuestro Mundial, los que se acercan y quedan prendidos y prendados de nuestras noches de verano, y los que no entienden cómo a un campeón del Uruguay, la portuaria Nueva Palmira, la pueden llamar una y otra vez Soriano Interior. ¿Cambiaron los mapas?