Con goles en el segundo tiempo de sus goleadores Matías Arezo y Maximiliano Silvera, Peñarol propició la primera derrota en cuatro años de Defensor Sporting en la Copa AUF Uruguay y se metió por primera vez en la final del torneo más amplio del país. Esta edición 2025 de la Copa, la primera que llevará a su campeón a la Libertadores, tendrá un nuevo campeón porque Defensor, ganador de las tres ediciones anteriores, ya quedó fuera de la definición.

A la Copa le faltaba incrustar uno de estos partidos semifinales para ir metiéndose en la historia de un torneo llamado a ser el segundo en importancia del fútbol uruguayo, y que además es sin dudas el más amplio y federal, permitiendo que todos los estamentos del fútbol del país puedan entrar en competencia. No por el juego, no por lo estimulante de la contienda, sino por el peso de los rivales y el sello de jerarquía que otorgan futbolistas, hinchas y club.

Fue muy controvertido el arbitraje, que tuvo errores de apreciación para los dos lados y poco aporte o discutible uso del VAR, pero no fue por eso que ganó Peñarol, que dio el golpe en el momento justo, el del primer gol. Después pudo administrar la victoria con las variables tras la expulsión por doble amarilla de Diego Abreu y la subida al marcador del segundo gol, que estuvo visiblemente viciado de nulidad.

Pero aunque eso seguramente haya tenido peso en el partido, no se puede deslizar que fue el motivo de la victoria del aurinegro, que tuvo oficio y peso para hacer la diferencia y meterse por primera vez en la final de la Copa.

Defensor estuvo limitado por algunas ausencias trascendentes para el ensamble del colectivo y la estrategia: no estuvieron Nahuel Furtado, por lo que Lucas Agazzi debió dejar el extremo derecho para pasar a marcar el lateral, ni José Pepe Álvarez, cuya falta restringió la posibilidad de desborde por la otra banda. De todas maneras, se adueñó de los primeros minutos de juego, llevando la pelota al campo de Peñarol, en una muestra no menor, procurando asociaciones seguras y efectivas en sucesiones de pases que intentaban llevar el esférico a la situación que le diera mayor efectividad.

Justamente apoyándose en esa premisa de mover la pelota para el futbolista mejor ubicado y proyectar mayores posibilidades efectivas de ataque, a los 11 la viola dio el primer aviso. Después de muchísimos toques de un lado para el otro, por la derecha, después de un enganche, la pelota quedó para el centro de zurda de Agazzi y el anticipo ofensivo de Abreu –en un movimiento propio de su padre– y se fue apenas rozando el caño izquierdo de Brayan Cortés.

Un posible penal por doble sujeción con la pelota en juego en un córner que partió de Defensor, y una barrida en plancha de Abreu sobre Diego García generaron en la tribuna la duda acerca de si había videoarbitraje, porque ambas jugadas parecieron pasibles de una revisión de la decisión arbitral.

Durante media hora la intención del juego violeta predominó sobre el césped del Parque Viera, aunque se fue apagando el énfasis ofensivo sobre el área mirasol. Se fueron a vestuarios con un tiempo lánguido y sin emociones fuertes.

Arezo, el delantero determinante

El partido se abrió a los dos minutos del segundo tiempo cuando una excelsa combinación entre Nacho Sosa llevando el equipo para adelante y una pared final entre Leo Fernández y Arezo terminó con una ajustada y preciosa definición del centrodelantero, que le cruzó la pelota a Kevin Dawson para hacer explotar a los hinchas de Peñarol.

El gol fue antecedido por dos cambios de jugadores que entraron después del entretiempo para dar su aporte en Peñarol: Eric Remedi y Maximiliano Silvera. Pero la temprana anotación de Arezo no fue la única variable neta y objetiva del partido: siete minutos después, Defensor duplicaría su dificultad por la expulsión de Abreu.

Todo se puso definitivamente cuesta arriba para Defensor cuando, antes de llegar a la hora de partido, Peñarol, a través de Silvera, volvió a anotar un gol. No debió haberse subido al marcador por la notoria posición adelantada de Arezo, que participó netamente en la jugada y propició el rebote de Dawson para que, entrando por la izquierda, el futbolista que en la pandemia explotó en Cerrito remachara el arco defensorista para anotar el 2-0.

Dos goles abajo y con un futbolista menos en la cancha, Defensor igual intentó dar la cara y se acercó al arco del chileno Cortés cuando la lluvia empezó a arreciar en el Viera, pero ya nada era posible para los de Parque Rodó, que abandonan su reinado.