Uruguay se estrenó con victoria contundente ante Panamá por 93-60 en el inicio de las Eliminatorias rumbo al Mundial 2027. El encuentro se jugó ante 3.759 personas en el coliseo Roberto Durán de la capital panameña.

En lo previo se presentaba como un juego difícil pero muy necesario en las aspiraciones celestes de llegar al campeonato del mundo. En la primera rueda, donde Uruguay jugará de local y visitante en el grupo contra Panamá, Argentina y Cuba sería ideal ganar cinco encuentros para arrastrar un buen caudal de puntos a la segunda fase, donde se definen los boletos mundialistas.

El equipo de Gerardo Jauri ganó y gustó. Se llevó el encuentro con sobriedad, buen básquetbol y sosteniendo todo lo bueno que realizó en la Americup. Como frutilla de la torta, debutó en la selección mayor Joaquín Taboada, que a sus 18 años ya milita en el San Pablo Burgos, de España.

Tarea cumplida y confirmación del proceso. El domingo se repetirá el duelo ante los panameños, esta vez en el Antel Arena, a las 21.40.

Para enmarcar

El primer tiempo de Uruguay fue perfecto, respaldado en números y en juego. El equipo de Gerardo Jauri salió dispuesto a imponerse desde el primer minuto, limitando al rival con una defensa intensa que trasladó el dinamismo al ataque. Jugaron los doce jugadores del plantel y todos cumplieron dentro de su rol.

Se notó que el colectivo celeste estaba mucho más aceitado que su rival de turno. El proceso que tuvo un punto altísimo en la Americup sigue su curso, más allá de bajas claves como las de Bruno Fitipaldo, Agustín Ubal o Emiliano Serres.

Joaquín Rodríguez, Santiago Véscovi y Lucas Capalbo fueron permanentes generadores de ventajas ofensivas. Uruguay tiró 10 de 15 en triples en el primer tiempo, si bien es una barbaridad, los lanzamientos fueron bien concebidos, a pie firme, de lugares donde los tiradores suelen embocar.

En el básquetbol los porcentajes marcan tendencias, puede incidir el momento, la confianza, la mano caliente, pero nada es casual. La celeste generó buenas ofensivas y aprovechó licencias enormes de la defensa rival. En asistencias, la ventaja fue 16-3 y en puntos de contraataque 10-2; diferencias muy marcadas con números que respaldan lo que se vio en cancha.

Panamá fue un equipo apático, con lanzamientos desde el pique, sin asociación colectiva. El que la tenía se la quemaba, y así le fue. Con el correr de los minutos y la diferencia en el marcador, el malhumor de los basquetbolistas hizo que las incidencias individuales aumentaran.

Lo mejor de la selección locataria fue a través de los rebotes de ataque (6-2 en puntos de segunda oportunidad) y los posteos de jugadores de talla alta con respecto a los internos uruguayos. Todo a corpulencia y fuerza, insostenible en el tiempo.

Luciano Parodi con 16 puntos (4/6 en triples) fue el mejor del primer tiempo, bien secundado por Nicola Pomoli que anotó 11. La primera mitad de Martín Rojas en intangibles como rebotes y cortinas fue impecable y Nicolás Martínez tuvo momentos interesantes cortando por línea final. Los de Jauri se fueron al descanso largo 55-32 arriba.

El pie en el acelerador

Uruguay nunca aflojó en la intensidad. La mejor forma de respetar al rival es jugar a fondo en todo momento. Incluso, la diferencia de goles puede representar el boleto mundialista, por tanto, no había nada para desaprovechar.

Jauri rotó el plantel y dosificó minutos teniendo en cuenta que el domingo habrá un nuevo partido ante Panamá, con viaje mediante. Pero más allá de los nombres nunca cambió el estilo de juego, la confianza ni la forma de encarar el partido. Nicola Pomoli tomó el ritmo anotador en varios pasajes del tercer cuarto donde la celeste llegó a estar más de 30 puntos arriba.

En los últimos minutos, Akil Mitchell y Ricardo Lindo maquillaron en algo el resultado para los panameños que estuvieron lejísimos de lo esperado. Parodi con 23 puntos y Pomoli con 16 fueron los goleadores uruguayos.