San José, que derrotó en el estadio Casto Martínez Laguarda a Soriano 4-0 e hizo un pleno de seis puntos con un global de 5-0, y Lavalleja, que en Minas pudo definir la serie semifinal con Salto ganando el partido y la llave 2-0 después de haber empatado en el estadio Dickinson en la ida 0-0, serán quienes definirán el campeonato del interior, nuestro Mundial, reeditando una épica y recordadísima serie final de tres años atrás cuando, en los penales y después de haber cruzado victorias como visitantes, San José consiguió alzar una vez más la Copa Nacional de Selecciones, torneo que lleva ese nombre desde 2004 pero que antes, en 1951-1953 y 2003, se había jugado ininterrumpidamente 51 veces como Campeonato del Interior.
Hay un marco histórico forjador y lanzador: apenas años después de que se jugara el primer campeonato de selecciones, el Sudamericano –hoy Copa América–, y antes de que el fútbol uruguayo llegara a Europa, o que se jugara una Copa del Mundo, en Paysandú, ya el doctor Alberto Blas Langon estaba creando la Confederación de Fútbol del Litoral y ya se estaba jugando el primer campeonato de selecciones de nuestro país.
Primero fue el Litoral, después inmediatamente el Sur, el Norte y el Este. Antes de que hubiese una competencia modélica y soñada en el mundo, ya teníamos el germinador de nuestro Mundial. El campeonato del interior, nuestro Mundial, es eso y mucho mucho más.
La primera de las dos finales, a diferencia de lo que pasó en 2022, se jugará en Minas el próximo fin de semana, y la revancha será en el Casto Martínez Laguarda de San José, donde se consagrará el campeón.
Un golazo de mediacancha
La selección de San José, que en Mercedes había ganado 1-0 en la ida, remató con una goleada 4-0 su clasificación a la final. Pero no todo es tan lineal como parece: en el primer tiempo el elenco mercedario estuvo buscando emparejar la serie, y cuando parecía que se iban a los vestuarios con la serie abierta y a un gol de diferencia, un tiro libre –centro del zurdo Diego Rodríguez– fue interceptado por el mercedario Nicolás Brun, quien al intentar evitar el cabezazo de gol de Zanoni terminó venciendo a su propio golero, Pablo Bacciarini, y marcó el tanto josefino.
En la segunda parte, a los 20 minutos, hubo un borbollón con empujones y golpes que determinó la expulsión de los mercedarios Bacciarini y Carlos Zabala y del maragato Julio Rodríguez, que, a diferencia de sus rivales, no estaba jugando, sino que estaba entre los suplentes.
Con el juego 11 contra nueve y la diferencia a favor de los locales, se hizo más liviano el juego, pero no aún en el resultado, que se extendió a 4-0 recién en los últimos cinco minutos con un gol del floridense de 25 de Agosto Rolando Barrios y un golazo –tal vez el mejor del año– de Mateo Antúnez, que con la pelota en su campo, después de conducir unos metros y apenas entrando al círculo central, sacó un derechazo medido que recorrió 50 metros por el aire para meterse en la valla de Santiago Ferreira, que entró tras la expulsión de Bacciarini. Un golazo para completar la fiesta josefina, festejando el pase a la final del campeón del Sur y la gran campaña del elenco de Heber Noya, que después de un mal comienzo con dos derrotas y un empate lleva 15 partidos invicto entre el Sur y la fase nacional del torneo.
Un golazo de veterano
El Pelo Andrés Berrueta entró al campo para rematar el juego. Había tenido una jugada que le había sacado lascas al caño. El goleador de este ciclo brillante de la selección tricoserrana, que se incorporó al equipo de Gerardo Cano ya avanzado el campeonato después de haber jugado poco en el campeonato de la Liga Minuana de Fútbol de 2024, con sus 43 años, picó al área contraria en la última jugada del partido. La pelota quedó en el área, Marcelo Martínez pudo haber definido, pero por suerte decidió extender la pelota al Pelo, que, como el césped es nuevito y sintético, debió haber sentido que tenía que definir como en un fútbol 5, y amagó, una vez, dos veces, dejó a los defensas salteños sentados, y en la jugada final del partido anotó el segundo gol de Lavalleja para que el partido terminara 2-0.
El equipo de Cano, que llegó a su tercera final en los últimos cuatro campeonatos –lo que marca un momento singular y excepcional del fútbol lavallejino–, no la tuvo nada fácil dado que, como había sucedido en la ida en el Dickinson salteño, Salto fue dominador del juego, y de no ser por una excepcional gestión de su arquero, Valentín Melgar, que en los últimos partidos volvió a ganarse la titularidad, pudo haber cambiado la historia.
Fundamentalmente en el primer tiempo, Salto llegó muchas veces con mucho peligro sobre el arco de Lavalleja, pero Melgar, o la definición poco ajustada de sus delanteros, impidió que los rojiblancos litoraleños abrieran el marcador.
En la mitad del segundo tiempo, cuando la definición no estaba clara y se podía llegar a proyectar que hubiera penales, Lavalleja consiguió la apertura del marcador e hizo explotar la nutrida tribuna del Juan Antonio Lavalleja. Fue un gol de tiro libre de Lucas Velázquez, cuyo remate pegó ligeramente en la barrera salteña e hizo que el golero, Nicolás Sánchez, que iba sobre su derecha, nada pudiera hacer cuando su destino cambió a la izquierda.
Después de eso, Salto siguió buscando el gol que lo llevara a la definición por penales, Melgar siguió atajando, y en la última de todas, en el minuto 99, apareció Berrueta –y su sabiduría de juego y calidad– para hacer el golazo que cerró la noche y la clasificación.
La gloria endomingada
En Uruguay, desde que nos escolarizamos y antes también, todos los días jugamos finales del mundo: en los recreos, en las veredas, en los canteros, en los parques y en las canchitas jugamos, reímos, sudamos, sufrimos y nos ilusionamos con perseguir esa victoria, que es nuestro Mundial de cada día.
Está claro que las competencias de nuestros pueblos no son como las de la FIFA, ni las de la Conmebol, o hasta la propia AUF profesional. Pero, sin embargo, el corazón, el motor de todo, sí es idéntico: la emoción. No hay nada más para estos jugadores, entrenadores, dirigentes, hinchas que lo que el siguiente fin de semana comenzarán a diseñar: su lucha por ser campeones de Uruguay, que para ellos, para nosotros, es un poco ser campeones del mundo, porque es nuestro Mundial.
La definición, como todas las últimas desde hace años, se resuelve a dos partidos, y el finalista de mejor puntaje en la instancia semifinal es el que elige dónde se define. San José, con puntaje perfecto, supera a Lavalleja (por cuatro puntos), y entonces, como es lógico, elige que el campeonato se decida en el Casto Martínez Laguarda, por lo que el encuentro de ida se jugará en el Juan Antonio Lavalleja de Minas este fin de semana.
Aún no se sabe si el encuentro –que, como todo el campeonato, será televisado– se juega el sábado –lo más lógico para los futbolistas, ya que muchos de ellos los lunes cumplen funciones laborales fuera del fútbol– o el domingo, porque este fin de semana se desarrolla una nueva edición del festival Minas y Abril, y aún no está determinado, por la logística y la seguridad, cómo coexistirán la final de la Copa Nacional de Selecciones y los escenarios multitudinarios del festival.
La copa se define a dos partidos. Si al cabo del final del segundo encuentro están igualados, hay alargue de 30 minutos, y si persiste la paridad habrá penales, de acuerdo al sistema FIFA, porque, al fin y al cabo, es nuestro Mundial.
Colonia y Salto: la final de juveniles
Salto, por puntos, y Colonia del Sacramento, por diferencia de goles, consiguieron ser los finalistas de la Copa Nacional de Selecciones sub 18, que tendrá su primera final el próximo fin de semana en el Alberto Suppici de Colonia, y se decidirá una semana después en el Dickinson de Salto.
Los salteños consiguieron la victoria como visitantes en Rosario, en la cancha de Estudiantes el Colla, donde pudieron vencer a la rojita de la Federación de Colonia 2-1. Mucha gente en el parque 5 de Octubre con la esperanza de ver a sus juveniles llegar a la final después de haber empatado 1-1 en Salto. No pudo ser para la selección de los pueblos colonienses; cayó ante el muy buen elenco salteño, que venció 2-1 y ahora deberá volver a viajar al departamento de Colonia para definir el título, pero esta vez a Colonia del Sacramento.
Los capitalinos colonienses tenían la difícil tarea de dar vuelta un resultado adverso ante Tacuarembó, que en el Goyenola había ganado 3-2, y en el Suppici lo consiguieron al aplastar 5-1 a los tacuaremboenses. Las finales de juveniles son como las de mayores, a dos partidos, y si hay igualdad en el segundo alargue y persiste el empate global, hay definición por penales.