Merecía mejor suerte, pero no fue así. Esto es fútbol y gana el que convierte más que el rival, y Corinthians hizo uno de dudosa validez en el segundo tiempo: nunca se sabrá, ni siquiera con la más alta tecnología de la Conmebol, si tenía razón el árbitro asistente que denunció que la pelota había estado afuera en el tiro de esquina. El paraguayo Ángel Romero terminó batiendo en el segundo caño a Lautaro Amadé para sentenciar el partido cuando aún quedaba mucho tiempo.
No es consuelo, y sí observación de los hechos y de las proyecciones que podría hacer cualquier inteligencia artificial o real, que Racing hizo un partido bueno y logró estar en competencia los 90 minutos ante un equipo infinitamente más capacitado individualmente que el albiverde en cuanto a la capacidad técnica y el brillo de muchos de sus rivales, que tenían en cada línea a uno o dos seleccionados de distintas representaciones de América y uno de Europa, Memphis Depay.
Así, en desventaja teórica y ventaja práctica –se jugó una hora y 20 minutos con 11 de Racing y diez de Corinthians por la temprana expulsión de Félix Torres–, la oncena uruguaya jugó como podía y como debía, y no debería haber perdido.
No se lo esperaban
Racing sorprendió en Itaquera con un procedimiento de juego que le resultó muy bueno en los primeros 20 minutos, en los que metió una presión alta sobre la salida del elenco paulista, llegó a convertir un gol que fue anulado por una mano no intencional del delantero racinguista Santiago Ramírez y propició la tempranísima expulsión del zaguero internacional ecuatoriano Félix Torres por una violenta falta contra el joven Thiago Espinoza, lo que dejó al equipo de Sayago con un futbolista más.
El elenco de Cristian Chambián siguió proponiendo el mismo partido, buscando tener la pelota y esperando la posibilidad de generar un ataque de peligro, aunque sin desnudar su esquema de neutralización, en particular en su campo.
El juego no cambió cuando estaban 11 contra 10. Apenas si modificó el escenario esperado de un equipo corinthiano que ponía contra su arco a Racing. Después de la media hora, el local empezó a soltarse en ofensiva como si tuviera los 11 jugadores que habían empezado y comenzó a generar acciones de peligro sobre el arco del argentino Amadé.
El equipo brasileño empezó a afincarse en el campo rival con la técnica y enorme capacidad de sus futbolistas –muchísimos de ellos internacionales en sus selecciones– y fue de alguna manera copando el campo contrario y, de este modo, sumando posibilidades de ataque del timão. Fue y fue Corinthians, en los últimos cinco minutos, como si se estuviese terminando el partido y no el primer tiempo, y Racing aguantó bien el temblor. Estuvo impecable el cuarentón Gastón Bueno fajándose con la flor y nata de los delanteros internacionales, incluido el neerlandés Depay. También se destacó el chuiense Lucas Rodríguez jugando como activo eje central.
¡Fuera!
Con los planes ligeramente ajustados, pero con una propuesta casi idéntica a la del inicio del partido, Racing salió a jugar el segundo tiempo proponiendo encontrar la pelota en la cancha de Corinthians. Así fue como, en los dos o tres minutos iniciales, propició jugadas que, de no ser por los cierres defensivos del rival, pudieron haber sido de peligro.
Todo estaba bien hasta que a los ocho minutos, en un tiro de esquina de Depay, después de una estación intermedia, Romero lo tomó en el segundo caño y fusiló a Amadé para marcar el gol de apertura de Corinthians.
El asistente marcó que la pelota, en la trayectoria del tiro de esquina, se había ido afuera, cosa que pudo haber sucedido, pero el VAR, sin tener una prueba gráfica testimonial concluyente, dictaminó que la pelota no había salido toda y que, por lo tanto, el gol era válido.
Después del gol volvió a cambiar el partido porque Racing debió buscar un recurso válido para intentar empatar. Se colocó con mayor amplitud en el campo contrario, pero esto significó que dejara espacios para que Corinthians pudiera lanzar precisos contragolpes. En contraste, el equipo uruguayo no conseguía buenas conexiones y rebotaba rápidamente en el muro corinthiano.
Cuando estaban llegando a los 20 del complemento, ya con forzados intentos de Racing de jugar en la cancha de los paulistas, llegó una jugada de gran peligro: un enorme remate de Felipe Cairus que Hugo Souza, el arquero brasileño, sacó casi del ángulo.
Casi simultáneamente, cuando Racing ensayaba un par de cambios más –ya habían entrado el artiguense Alejandro Severo y Alex Vázquez, después entraron Matías Fonseca y Agustín Pereyra–, Lucas Monzón, otro de excelente gestión, sintió un tirón justo cuando estaba cabeceando en el área contraria y Racing debió hacer una nueva variante que alteró su zona defensiva justamente cuando buscaba promover la acción ofensiva.
Lo buscó y lo mereció Racing. Podría haber empatado en una jugada en la que un tiro de Severo sacudió las manos de Souza en su estirada, el rebote lo agarró Fonseca y la sacaron en la línea, y otra vez llegó Agustín Pereira, que se la llevó por delante sin que la pelota pudiera traspasar la línea de gol.
Siguió insistiendo Racing y aguantando Corinthians, que terminó ganando y alejándose de su rival al cierre de la primera rueda del grupo C de la Copa Sudamericana. Huracán está primero con siete puntos y lo siguen América de Cali con cinco, Corinthians con cuatro y Racing está último sin triunfos ni puntos.