El modernoso Arena de Múnich recibió la final de la Liga de Campeones, la conocida Champions, y allí París Saint-Germain vapuleó a Inter de Milán 5-0. Conducido por el español Luis Enrique, que consiguió su segunda orejona a nivel personal, los parisinos lograron su primer título de Champions luego de varios intentos y una final pérdida en 2020.
En un marco cargado de color, el estadio de Múnich, casa del Bayern, se fue copando. Las ganas desmesuradas de los parisinos en el camino a su primera conquista se fueron mezclando con la de los milaneses, que buscaban aumentar su palmarés.
El paquete se completó con el show musical previo a cargo de la banda estadounidense Linkin Park, y la previa se coronó con el ingreso de la orejona, la copa más preciada, acompañada de dos argentinos exjugadores de cada equipo: Javier Zanetti por el Inter y Javier Pastore del PSG.
El panorama era por demás atractivo. No estaba Real Madrid, el monarca máximo de esta competición. Ahora el choque fue más entre pares, con historias distintas pero de importancia muy alta en ambos casos. Fue su primer cruce por competencia europea, lo cual ya marcó el inicio de un nuevo historial.
Gianluigi Donnarumma, arquero de París Saint Germain y Yann Bisseck, de Inter de Milán, el 31 de mayo en Munich.
Foto: Kirill Kudryavstsev, AFP
Avalancha parisina
En cancha, la intensidad fue altísima. Sobre todo por parte del equipo de Luis Enrique, que comenzó con presión alta y agresiva en busca de la recuperación e impedir, así, la salida de Inter.
En cambio, los negriazules –que jugaron de amarillo– mostraban la carnada para luego tirar. Se dejó dominar en un bloque defensivo bajo para desde allí salir disparado a posibles transiciones rápidas en ataque.
Pagó mejor lo primero. En un clima favorable a PSG, en una combinación dentro del área milanesa, el marroquí Hakimi –sí, el lateral derecho– llegó como centrodelantero y mandó fácil la pelota hacia la red.
La embestida francesa fue a más cuando el joven delantero Desiré Doué definió con rebote incluido para aumentar la ventaja. La única herramienta aislada que se le apareció a Inter fue por las alturas, pero sin precisión.
Los empujes de Inter no bastaron para generar chances claras. Siempre estuvo cómodo el equipo ganador, y logró poner el 3-0 otra vez por Doué tras una corrida y asistencia excelente del mejor del equipo: Vitinha.
El cierre fue agobiante para el equipo italiano, que no tenía con qué responder. A ello se agregó la intensidad en el ataque continua de PSG, que sumó dos goles más para poner un histórico 5-0; el georgiano Khvicha Kvaratskhelia y Senny Mayulu fueron los autores.
La previa nos dejaba la sensación de paridad, presunción que el equipo de Luis Enrique destrozó en los primeros 20 minutos al ponerse dos goles arriba y planteando un juego superador.
La consagración parisina fue a lo grande. Luego de intentos varios y fallidos, con presupuestos exuberantes y nombres galácticos, logró hacerlo de una forma básica, minimalista. El conjunto por encima de todo, crédito absoluto para el entrenador español.
Desire Doue, Joao Neves y Marquinhos, festejan el tercer gol de París Saint Germain, el 31 de mayo en Munich.
Foto: Ina Fassbender, AFP
Enrique I
La máxima motivación de Luis Enrique era poder conseguir la copa por primera vez con este equipo. Y vaya si la coronación valió: arrasó en juego y marcador ante un equipo que tenía títulos encima sin dejarlo actuar.
La carrera del español pasó por todo en diez años. De su primera Champions como entrenador con Barcelona, en 2015 –que también fue en Alemania, en Berlín–, a la pérdida de su pequeña hija Xana en 2019.
Todo lo resignificó para volver al campo cuando sentenció: “El fútbol es importante, pero la vida lo es aún más. Cuando has visto lo peor, ya no temes lo que pueda pasar en el césped”.
Tras intentos varios, el equipo francés lo logró y cortó una larga racha para los galos, que desde 1992 no conseguían un título de Champions, cuando el Olympique de Marsella alzó la orejona.
El fútbol está rendido a Enrique I, energía y motivación pura sobre la línea lateral del campo.