El viernes comenzó un nuevo desafío sudamericano en el que diez selecciones nacionales pelearán por ser la mejor de América en una final que se disputará el 2 de agosto. El partido inaugural tuvo a la selección uruguaya debutando ante la ecuatoriana.

Uruguay por su revancha

Para la celeste esta edición tiene tintes de revancha: hace tres años, cuando las uruguayas disputaron su séptima Copa América, jugaron solamente la primera ronda en grupo que compartieron con Brasil, Argentina, Venezuela y Perú, y terminaron en la cuarta posición con apenas tres unidades.

Como en cada competencia de fútbol femenino, el juego va acompañado de lucha. En aquel momento, las jugadoras reclamaban más tiempo y mejor espacio para los entrenamientos, sobre todo, centrándose en las condiciones de la liga local, porque de las 23 convocadas la mitad jugaba en Uruguay (en Peñarol, Nacional y en el fútbol de la Organización del Fútbol del Interior, como Stephanie Colo Tregartten y Zulma Daer, que pertenecían a Salto y Arachanas de Cerro Largo, respectivamente). El resto ya atravesaba su primera experiencia internacional: Sofía Olivera estaba en Urquiza de Argentina, Daiana Farías en Racing de Portugal, Laurita Felipe y Carito Birizamberri en River Plate de Argentina, Stephanie Lacoste en Real Oviedo de España, Karol Bermúdez y Luciana Gómez en Atlético Mineiro de Brasil, Pamela González en Granada de España, Mariana Pion en Libertad de Paraguay, Sindy Ramírez en San Lorenzo de Argentina y Esperanza Pizarro en Santa Teresa de España.

De esa convocatoria se repiten 12 jugadoras, mientras que algunas experientes, como Lorena González y Mariana Pion, tuvieron posteriormente sus últimas participaciones con el conjunto charrúa. Carolina Birizamberri, destacada jugadora en el millonario argentino, no ha sido citada en el último tiempo.

Las ausencias más llamativas son las de la arquera Josefina Villanueva y la delantera Sofia Oxandabarat, ambas jugadoras de Nacional, que ya no habían estado en los amistosos de junio. También hay bajas por situaciones sanitarias: Karol Bermúdez y Luciana Gómez se están recuperando tras ser operadas de sus rodillas en agosto.

Las celestes llegaron al torneo tras medirse en dos partidos amistosos frente a México. El primer encuentro quedó en igualdad 2-2, con goles de Lacoste y González. En el segundo turno perdieron 0-1 con gol en contra de Daiana Farías.

Las convocadas

Arqueras
Romina Olmedo, Defensor Sporting
Agustina Sánchez, Belgrano (Argentina)
Sofía Olivera, Gimnasia y Esgrima La Plata (Argentina)

Defensas
Stephanie Lacoste, Internacional (Brasil)
Daiana Farías, Cruzeiro (Brasil)
Carina Felipe, Pumas UNAM (México)
Stephanie Tregartten, Real Oviedo (España)
Fátima Barone, Belgrano de Córdoba (Argentina)
Alices Yannel Correa, Alhama (España)
Juliana Viera, East Caroline (Estados Unidos)
Sofía Ramondegui, Newell's Old Boys (Argentina)

Mediocampistas
Micaela Fitipaldi, Nacional
Sindy Ramírez, Racing (Argentina)
Ximena Velazco, Dux Logroño (España)
Cinthia González, Sevilla (España)
Pilar González, Talleres de Córdoba (Argentina)
Solange Lemos, Cruz Azul (México)
Ángela Gómez, Bahía (Brasil)
Keisy Silveira, Vilaverdense (Portugal)

Delanteras
Belén Aquino, Internacional (Brasil)
Esperanza Pizarro, Eibar (España)
Alaides Paz Bonilla, Belgrano (Argentina)
Wendy Carballo, Bahía (Brasil)

Cambiar para cambiar Uruguay

Tres años pasaron desde esa última Copa América y en este período mucho cambió sobre la consideración del fútbol femenino. La realidad de las mujeres que juegan al fútbol ha sido un tanto más difundida y ha evolucionado, aunque continúa siendo precaria en la mayoría de los casos.

Uruguay es el claro ejemplo: en 2024 se dio un hecho histórico, cuando hubo una convocatoria en la que la totalidad de las jugadoras estaban en clubes del exterior –situación que llegó para quedarse–. En la convocatoria actual hay solamente cinco jugadoras del medio local: Romina Olmedo (Defensor Sporting), Farías (Peñarol), Micaela Fitipaldi y Yamila Dornelles (Nacional) e Ilana Guedes (Liverpool).

En ese sentido, las jugadoras están habituadas a practicar en buenas condiciones: juegan en Argentina, España, México. Lograron el sueño de vivir del fútbol. Sin embargo, es una realidad que cuesta ver en la estrategia de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).

Esta vez, las futbolistas se reunieron en Uruguay un mes antes para tener una buena preparación en conjunto de cara al torneo. Las jugadoras aseguraban que las condiciones acordadas implicaban entrenamientos en el Complejo Celeste, pero luego se encontraron con reiterados cambios hacia la cancha del complejo de Danubio que se ubica al lado porque entrenaban categorías juveniles masculinas, algo que les resultaba incómodo, ya que accedían a los vestuarios del Complejo y para eso debían caminar varias cuadras en días de temperaturas extremadamente bajas.

Las jugadoras se plantaron y manifestaron su incomodidad con la situación. Además del reclamo por las canchas, también exigieron indumentaria para viajar identificadas, viáticos acordes a los trabajos realizados y a la competencia en cuestión, pero, al no recibir respuestas de la AUF, decidieron parar en uno de los entrenamientos previo al viaje.

“No llegamos a un acuerdo por las condiciones de la preparación y para ir a jugar la Copa”, manifestaron a la diaria en ese momento. Y publicaron un comunicado: “Hoy no entrenamos porque seguimos sin respuesta favorable a la mejora de nuestras condiciones. Esta medida no es en contra de esta pasión, sino por un derecho justo. Queremos representar a Uruguay en la Copa América, pero también merecemos un trato digno a nuestro esfuerzo y dedicación”, alegaron en ese entonces.

Tras el paro, al día siguiente tuvieron una jornada eterna de intercambio con la AUF, con la Mutual como intermediaria. Allí mostraron estar dispuestas a no viajar si no lograban acceder a los recursos que pedían. A la noche, cuando cada una se estaba organizando para volver a su país, la AUF accedió al pedido.

El pedido: un lugar digno para entrenar, viáticos, indumentaria oficial para viajar.

Forma de disputa

Son dos grupos de cinco selecciones. Ecuador y Uruguay integran el A junto con Argentina, Chile y Perú (estas dos últimas selecciones debutan este sábado desde las 18.00). En el B están Bolivia, Brasil, Colombia, Paraguay y Venezuela.

Las dos mejores de cada serie avanzan a semifinales, en las que jugarán primera del A contra segunda del B, y viceversa. Además, las dos terceras de cada grupo jugarán un encuentro para definir el quinto puesto. El resto se despide.

El certamen, además de la propia recompensa deportiva de lograr ser el mejor país del continente en fútbol femenino, otorga cupos clasificatorios a los Juegos Olímpicos de Los Angeles 2028 y a los Juegos Panamericanos de Lima 2027, para el cual las peruanas, como organizadoras, ya están clasificadas. Sin embargo, no es clasificatorio para el Mundial, que esta vez se organizará en Brasil en 2027, dado que la Conmebol, por primera vez, habilitó una competencia en régimen de todos contra todos de local y visitante, igual que las selecciones masculinas, para decidir quiénes, además de las brasileñas, son las representantes sudamericanas en el Mundial que se jugará entre 32 selecciones entre el 24 de junio y el 25 de julio de 2027.

Dónde ver la Copa América femenina. Todos los partidos se podrán ver por DirecTV, DSports, el canal de aire de TV Ciudad y AUF TV.