Cerro Largo recibió a River Plate en el estadio Ubilla de Melo para cerrar la última fecha del Torneo Intermedio, que dirimirá su ganador el domingo en el estadio Centenario cuando se enfrenten los dos equipos más tradicionales de nuestro fútbol. El partido fue duro de mirar, entre tantas luces del Mundial de Clubes.

El césped del Ubilla era un trazo pictórico de matices de verdes y amarillos. En la tribuna Eulogio Machado no había nadie, y una camioneta de policía en la esquina le daba un toque de wéstern norteño. Atrás de la tribuna vacía, un comercio de remates cerrados y unas luces como luciérnagas de los barrios que trepan el cerro. Por momentos la pelota se perdió entre esas luces, reventada al aire con desidia.

Danielo Núñez acalambró gritando todo el primer tiempo. Su voz aguardentosa no cesó entre el árbitro y sus propios jugadores, a los que les repitió que “estaban mirando”, pero el partido era inmirable. En el segundo tiempo cambió de vocero el banco local con Pablo Tiscornia, uno que jugó y dirigió en ambos equipos. Algunos de la 22 trajeron todos los trapos del pueblo. Un puñado de sufridos hinchas de River hicieron lo propio con las banderas que arrastraron un barrio. Se encargaron del griterío y la batucada, que no le sacó el frío a nadie.

El partido estuvo cargado de imprecisiones y pelotas perdidas. Trabado entre las áreas grandes, apenas tuvo las ocasiones que terminaron en goles raros que marcaron el score. A los 20 minutos del primer tiempo, un saque de costado de Facundo Bonifazi cayó en el área y Matías Mir anticipó a la defensa para marcar el primero del encuentro. River veía la misma película de todo el año. Pero encontró el empate en una jugada similar. Un centro de saque de costado por el Keke Almeida cayó en el área local y confundió a todos. Alan Di Pippa, casi sin explicación, pateó a propia puerta y marcó el empate.

El partido siguió en esa de pelotas que se perdieron en la oscuridad más allá de las tribunas y el halo de la iluminación. Ambos entrenadores movieron el banco de suplentes. Julio Ribas sacó a Juan Cruz de los Santos, que es el mejor de River, y era el más incisivo de la fecha. Entrado el segundo tiempo, una pelota que parecía perdida en el área de la visita derivó para Franco Rossi, que la peinó apenas para confundir a Fabrizio Correa, que salió despavorido, puso al arachán arriba en el marcador y pareció definir la contienda.

Pero River tendría una más. Di Pippa, que había hecho el gol en contra, cometió un penal alevoso que el árbitro no dudó en cobrar. El arquero Correa atravesó Melo para patearlo, empatar y repartir un punto para cada uno, que le queda corto a cualquiera. Se terminó el Intermedio, Cerro Largo se aleja del objetivo de las copas y River se hunde en el descenso.