En la última asamblea en la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales, realizada a fines de julio y donde hubo unos 500 futbolistas, estaba tan fresca la necesidad de mejorar la forma con la que se atienden las urgencias en las canchas de fútbol, que el tema se apoderó de la reunión: Mateo Vista y Agustín Rodríguez, jugadores de Cerrito, chocaron entre sí en un partido, el protocolo sanitario falló y los futbolistas estuvieron esperando la ambulancia fuera del Parque Palermo, a la intemperie, más de media hora. Pese a no estar en el orden del día, ese tema fue lo principal de aquella asamblea. Los futbolistas agremiados exigieron soluciones a la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), amenazaron con un paro y las soluciones llegaron: hoy en día hay ambulancias en todos los escenarios donde se jueguen partidos de fútbol profesional, es decir, de Primera y de Segunda División.

Sin embargo, en aquella asamblea otro de los puntos, que podría haber sido una reunión en sí, fue la implementación de un fondo de retiro. El hecho ocurre por primera vez en la historia y tiene el objetivo principal de atender la salida de los futbolistas del mundo profesional y la inserción en el mundo laboral. Porque trabajo para todos en el fútbol de manera digna no hay, o simplemente porque la persona elige o quiere elegir para dónde rumbear, o hay una cuestión de emergencia que atender, otras urgencias. Es que el porcentaje de los futbolistas que pueden vivir de sus ahorros es ínfimo. Esa fantasía de unir al futbolista con el dinero es un prejuicio hasta de clase. Lo que intenta la Mutual con este movimiento es abordar económicamente ese momento de transición una vez que el deportista abandona la carrera o la carrera lo abandona a él.

Sergio Piojo Pérez, directivo de la Mutual, señaló a la diaria algunos emergentes específicos de ese tiempo de transición entre la carrera del futbolista y lo que pasa después; el cambio de vocación, dejar una vocación y empezar a enarbolar otra, cambiar la actividad laboral, pero, primero que nada, el corte abrupto de los ingresos. Desde hace algunos años el gremio de futbolistas ha trabajado en el desarrollo académico de sus socios y en el desarrollo de oficios a través de convenios con Inefop. Dice Pérez: “Tenemos un estimado de que se retiran entre 25 y 30 jugadores por año. En función de eso se calculó cómo se iba a financiar el fondo y cuánto dinero iban a recibir. Por ejemplo, una base de 12 salarios mínimos. El salario bruto de un jugador de la B es de 39.594 pesos. Esto aumentaría por franjas según la cantidad de años como profesional, de 12 a 15 sería el salario bruto de la B por 12 meses; de 15 a 19 aumentaría un 15%, y de 20 en adelante otro 15%. Tenemos previsto que los jugadores que se retiren en 2025 empiecen a cobrar el fondo de retiro en julio de 2026”, explicó el exfutbolista.

Los beneficiarios, en principio, serían los futbolistas que hayan finalizado su carrera profesional a partir de 2025, con contrato en algún club afiliado a la AUF o en federaciones afiliadas a la FIFA, con un mínimo de 144 meses de contrato profesional (12 años). Hay además un mínimo de actividad en Uruguay de 72 meses de contrato profesional (seis años). El fondo alberga también a futbolistas extranjeros con un mínimo de tiempo con contrato en Uruguay de 84 meses (siete años). En este marco de generación de oportunidades académicas y de generación de oficios que brinda el gremio, quedó establecido que una de las obligaciones de los futbolistas sea haber participado en alguna instancia de capacitación avalada por la institución.

Para aplicar este mecanismo se creará una comisión técnica integrada por un futbolista activo, un directivo de la MUFP y un profesional recibido de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración. Eso podría suceder a mediados de setiembre. Para todos estos temas, y para armar el modelo económico, la Mutual ha contado con el economista y exfutbolista Diego Riolfo, que trabaja junto con Jerónimo Vilaro, también economista, e Ignacio Mota, licenciado en Administración.

El modelo dice que el fondo de retiro será administrado por un fideicomiso de administración (figura jurídica que blinda el fondo y da garantías a todas las partes). Ese fideicomiso es el que marcará los lineamientos del fondo. El fondo podrá recibir donaciones, pero fundamentalmente se forma con ingresos ordinarios y extraordinarios de la institución, aportes de personas físicas o jurídicas, públicas o privadas, aportes personales de socios activos, y, lo más importante –en los tiempos que corren de definición del tema de los derechos de televisión–, el porcentaje fijo de lo generado por derechos de imagen. “Son cosas que se van a resolver en conjunto con los futbolistas: el monto total a pagar, las modalidades de pago, las diferentes franjas en función de los años jugados. Es decir, todo esto son las bases de la discusión, que claramente va a sufrir variables cuando tengamos con precisión los montos a recibir y las fechas de pago”, agregó Pérez a la diaria.

Estadio Jardines del Hipódromo. (Archivo, agosto de 2025).

Estadio Jardines del Hipódromo. (Archivo, agosto de 2025).

Foto: Gianni Schiaffarino

Voces sobre el tema

Uno de los jugadores más experientes, aún activos en primera división, es Damián Frascarelli, que, nacido en 1985, tiene 40 años, es surgido en Miramar Misiones y de recordados pasajes por Peñarol. Volvió al país luego de una larga estadía en Ecuador. Juega en River Plate, vive en Ciudad de la Costa con su esposa y sus hijos y se prepara para sus últimos días como futbolista profesional. Es uno de los que podrían ser beneficiados con el fondo de retiro. Frascarelli dijo a la diaria que estuvo “en la votación, que fue histórica. Todos los que salimos de la burbuja de ser futbolista, o los mortales que vamos a tener que laburar después de dejar de jugar... es difícil el rumbo que puedas tomar. Son pocos los privilegiados que se retiran y agarran de entrenador o en una función importante; entonces, independientemente de lo que hagas, tener un año para adelante de esa ayuda es muy importante. Es importante lo que se logró”, señaló el arquero.

Federico Rodríguez partió del equipo darsenero para defender los colores del merengue de Aires Puros, La Luz, que está en Segunda División. Surgido de Bella Vista, jugó en Peñarol luego de hacer unos cuantos goles con la camiseta del papal. Después, en su larga carrera, anduvo en Italia, en Suiza y en Perú. En Uruguay, además, vistió los colores de Wanderers, Boston River, Danubio, Deportivo Maldonado, Cerrito, Albion y Progreso. Nació en abril de 1991, todavía le quedan goles por hacer y camisetas por vestir. Señaló a la diaria que el fondo “es algo que se hace en muchos países y está bueno que se haya podido implementar acá. Va a ayudar mucho en ese período de transición, de buscar trabajo, de ver qué hacés, de insertarse en otro mercado laboral, o mismo en el fútbol, pero son menos puestos, es otro tema. Además, es un reconocimiento a haber dedicado tantos años de manera profesional al fútbol, una retribución, porque parece fácil, pero no lo es, hacer carrera, jugar hasta los 35 o 40 años. Hay que poner muchas cosas, no sólo jugar bien”.

Ejemplo a seguir

La medida que se trata de instalar en Uruguay tiene varios ejemplos en otras partes del mundo. Sin ir más lejos, en Argentina existe el Fondo Final de Carrera, asignación que se les otorga a los futbolistas que se retiran desde 2013.

Allí los beneficiarios son jugadores que tengan contrato profesional registrado en la Asociación del Fútbol Argentino; a diferencia de Uruguay, donde las categorías profesionales son dos, Primera y Segunda División, en Argentina se cubren cinco categorías: Primera División, Primera B Nacional, Primera B Metropolitana, Federal A y Primera C. También, a diferencia de Uruguay, el mecanismo solidario también incluye al fútbol femenino. El fondo rige a partir de los 20 años de edad y es requisito indispensable tener generados, como mínimo, seis años de contrato.

.