Una noche fría, por el invierno en sus últimos albores y también por las butacas vacías del Gran Parque Central, Nacional se floreó ante Racing y lo goleó 3-0 por la sexta fecha del Clausura.
Nicolás Diente López y Maximiliano Gómez inflaron las redes, cuándo no, el primero de ellos al facturar por duplicado. El primer tanto de López fue a los siete y eso condicionó el partido, mucho más cuando, promediando el primer tiempo, Racing se quedó con uno menos tras la expulsión de Juan Bosca –roja directa tras planchazo que advirtió el VAR–.
1. La calidad individual
Había instalada una idea de que, como Peñarol se había acercado a un punto en la anual, eso podía ejercer presión en Nacional, y la verdad es que, si fue así, duró cinco minutos. Apenas había empezado el encuentro y Lautaro Amadé, el arquero de Racing, había sido exigido por Nico López tras asistencia de Maxi Gómez.
Lo que empezaron a los cuatro lo confirmaron a los siete, porque qué dos: hay una combinación entre Gómez y López que sorprende, porque no es que se conocen de toda la vida; no, hace un rato que juegan juntos en Nacional, pero, sin embargo, parece que juegan con ojos cerrados, sabiendo uno lo que va a hacer o lo que espera el otro que haga. Esa inteligencia a la hora del juego es un montón, y si a eso se le suma el nivel de efectividad que ambos están teniendo, ya es imposible. Siete minutos, pase de punta de Gómez y gol del Diente llenándose el botín desde el borde del área grande.
Los tres nombres se repetirían bastante en la primera hora de juego, en la que el que más se destacó fue Amadé, que en varias oportunidades salvó que no le cayeran más goles a la escuelita. Nada pudo hacer a falta de poco menos de diez minutos para el cierre de la primera parte, cuando López fue el asistidor y Gómez quien definió con tiro suave ante la salida del arquero.
Si ya parecía juego terminado con el 2-0 más la expulsión de Bosca por planchazo, cuando López puso el tercero tras pase de Diego Romero se bajó la cortina. La bocha dio en el palo, pero como fue en el borde interno se terminó metiendo junto con el otro.
2. Aflojó con satisfacción
Nacional estaba para más y lo buscó, no es que se conformó con el 3-0, la calma, la anual, el buen rendimiento. No. Los tricolores se fueron arriba y buscaron aumentar diferencias; Luciano Boggio pudo ampliar, Exequiel Mereles anduvo cerca, entró Gonzalo Carneiro y quiso pero no pudo. El entrenador Pablo Peirano mandó a la cancha a Rómulo Otero y Mauricio Pereyra como para no bajar la intensidad, pero no cayeron más goles. En parte, por Amadé, que ya es flor de arquero en el medio local, uno de los mejores de la temporada.
Lo que sí sucedió con el devenir de los minutos y porque la pelota no entraba fue que los tricolores jugaron más tranquilos, controlando los aspectos básicos en defensa: Ignacio Suárez atajó una pelota en el tramo final del partido y ahí muchos se enteraron de que Luis Mejía estaba con la selección de Panamá.
También Peirano aprovechó para nivelar minutos y, precaución mediante, tras una molestia de Sebastián Coates decidió cambiarlo por Paolo Calione, tanto para resguardar al capitán como para darle minutos al juvenil de 19 años.
Nacional sigue con 4 puntos de diferencia a favor en la anual y no pierde pisada en el Clausura, aunque tiene un lote de equipos por delante, en parte por la quita de 3 puntos que recibió por los incidentes en el último clásico.
3. Que vuelva la gente
A propósito, este domingo Nacional cumplió la sanción de jugar a puertas cerradas, por lo que a partir del próximo partido su hinchada podrá ingresar al Gran Parque Central.