Salió el ranking FIFA de setiembre y estamos un escaloncito más arriba que el mes pasado, en el puesto 15. No alcanza. Todavía estamos lejos del ranking definitivo de noviembre para que se acomoden todos los muñecos. Pero hay un detalle que no es menor: Uruguay jugará sólo cuatro partidos más y con uno de los coeficientes multiplicadores más bajos, el de amistosos, que opera por diez; los coeficientes de las clasificatorias mundialistas tienen un índice de 25 puntos.

Hoy por hoy, luego de ganarle a Perú y de empatar con Chile de visitante, Uruguay subió un puesto en el ranking FIFA y quedó en el 15º escalón, con exactamente 1673,65 puntos. No era una pavada ir por un triunfo ante Chile, que nos hubiese dejado un poquito más cerca del bombo 1.

¿Para qué sirve eso? Para lo que sirve todo ese numerito frío: saber en qué bombo vas a estar cuando toquen las pelotitas en Washington. No es la vida, pero sí define con quién no te tocará en la primera ronda. Influye en los rivales posibles, en el paisaje de viaje, y a veces en el destino del partido, porque jugar en el Azteca de México a 2.250 metros sobre el nivel del mar, o en Miami con 35 grados y 80% de humedad, no es lo mismo.

El ranking parece un papel frío, una tabla de números que podés mirar con indiferencia, pero es el primer partido del Mundial. Antes de tocar la pelota, antes de gritar un gol, antes de ese cierre inolvidable, ya estás jugando: eludiendo rivales con los que no querés cruzarte, pensando en viajes interminables, en horas perdidas literalmente al cambiar de huso horario, en estadios al espiedo por el horario de los partidos a temperatura máxima, humedad, calor, altura o ruido de tribuna.

Uruguay hoy mira desde el segundo bombo y se permite soñar con subir. Cada punto ganado en octubre, pero fundamentalmente en noviembre, no es un simple registro: es una llave que abre o cierra puertas, una guiñada que puede cambiar destinos, que puede poner a la celeste en la misma línea que los más crudos, o dejarla frente a un rival inesperado del otro lado del mundo.

En un Mundial que se estira por tres países, que huele a Estados Unidos, México y Canadá, que viaja de Toronto a Miami y de Los Ángeles a Nueva Jersey, el lugar en el sorteo es ya una estrategia, una primera batalla, un mapa de sueños y de riesgos. Y la celeste, como siempre, mira ese mapa con cuidado, con memoria y con ambición.

La escoba de 15

Uruguay aparece en el ranking FIFA de setiembre en el lugar 15. Con esa foto, caería en el bombo 2 en el sorteo del Mundial 2026. Traducido: la celeste podría cruzarse en la fase de grupos con algunos de los potentes del bombo 1 –son nueve, aunque no jugaremos ante Argentina ni Brasil, porque son de la Conmebol– o con los anfitriones –Estados Unidos, México y Canadá–, que tienen su lugar asegurado. Pero ojo: si en noviembre consigue victorias clave frente a Estados Unidos y México –y también importan los partidos de octubre ante Guatemala y Uzbekistán–, o si algunos equipos aún no clasificados no logran asegurarse su boleto, Uruguay podría trepar al bombo 1 y cambiar radicalmente su mapa de rivales y sedes.

Arriba, en el bombo 1, por el momento están España, Francia, Argentina, Inglaterra, Portugal, Brasil, Países Bajos, Bélgica y Croacia, más los tres anfitriones. Ese es el techo al que Uruguay todavía puede aspirar.

En el bombo 2, además de la celeste, conviven Italia, Marruecos, Alemania, Colombia, Suiza, Senegal, Japón, Dinamarca, Irán, Austria y Corea del Sur. Por ahora estos países son los que no tendríamos como rivales en el grupo que nos toque. Es un lugar que evita a los más pesados de la aristocracia futbolística, pero que no garantiza cruces fáciles.

El tercer bombo, según el ranking, es más variado: Ecuador, Australia, Panamá, Egipto, Paraguay, Argelia, Costa de Marfil, Túnez, Costa Rica, Camerún, Qatar y Uzbekistán. Todos equipos ya clasificados o muy cerca de hacerlo, pero con historia y capacidad para complicarte la vida.

El cuarto bombo es un cajón de sorpresas, donde se esperan los ganadores de la repesca intercontinental, los repechajes europeos y los equipos que entren raspando por ranking. Allí pueden aparecer Sudáfrica, Irak, Jordania, Jamaica, Ghana, Nueva Zelanda, y con ellos cualquier combinación capaz de cambiar un grupo de un soplido. Nadie puede asegurarte que sea liviano.

Andar volando

La planificación importa. La Copa arranca el 11 de junio en el estadio Azteca de la Ciudad de México con la ceremonia inaugural. México tendrá su fiesta, pero apenas 13 partidos se jugarán en su suelo. Canadá aportará 13 partidos más, con Toronto y Vancouver como epicentros. Los restantes 78 encuentros serán en Estados Unidos, que es el gran escenario de este Mundial. Allí estarán también las semifinales (Atlanta y Dallas) y la final, el 19 de julio, en el MetLife de Nueva Jersey. El partido por el tercer puesto será en Miami, otra ciudad que huele a fútbol latino.

En total son 16 sedes: 11 en Estados Unidos, tres en México y dos en Canadá. Boston, Filadelfia, Seattle, Los Ángeles, Houston, Kansas City, la Bahía de San Francisco, Nueva York y Nueva Jersey se mezclan con Monterrey, Guadalajara, Toronto y Vancouver en el mapa.

El formato también es nuevo: 48 selecciones, 12 grupos de cuatro equipos, con los dos primeros y los ocho mejores terceros pasando a los dieciseisavos de final. Cada llave de eliminación directa será un trayecto diferente y los que lleguen a semifinales jugarán ocho partidos en lugar de siete. Todo el recorrido importa: dónde debutás, tus rivales, tus viajes, el clima.

La celeste sabe que cada punto que gane antes del sorteo no es un registro frío: es una llave, un movimiento estratégico que puede cambiar su mapa de caminos, rivales y escenarios, porque en este Mundial, que será tan ancho como un continente, el ranking es ya un partido complicado en donde vale la máxima de que cuando no se puede ganar no hay que perder.

Parece muy complicado que de los países del bombo 1 no clasifique alguno de los europeos. Por ahora no es imaginable que Países Bajos, Bélgica o Croacia queden fuera, aunque sí lo están haciendo en los hechos algunos del bombo 2, como Alemania y otros con riesgos como Italia. Si quedara algún cupo en el bombo principal, lo terminaría ocupando Marruecos o cualquiera de los europeos que estén ahí y aseguren su clasificación.

Todo es móvil todavía, pero ya podemos ir haciéndonos la idea de que el Mundial está a la vuelta de la esquina.

Si el sorteo fuera ahora

Bombo 1

Estados Unidos* (anfitrión)

México* (anfitrión)

Canadá* (anfitrión)

España 1875,37

Francia 1870,92

Argentina 1870,32

Inglaterra 1820,44

Portugal 1779,55

Brasil 1761,6

Países Bajos 1754,17

Bélgica 1739,54

Croacia 1714,2

Bombo 2

Italia 1710,06

Marruecos 1706,27

Alemania 1704,27

Colombia 1692,11

Uruguay 1673,65

Suiza 1648,3

Senegal 1645,23

Japón 1640,47

Dinamarca 1627,64

Irán 1622,61

Austria 1601,86

Corea del Sur 1593,19

Bombo 3

Ecuador 1588,04

Australia 1583,49

Panamá 1529,71

Egipto 1519,18

Paraguay 1501,02

Argelia 1500,74

Costa de Marfil 1483,9

Túnez 1483,02

Costa Rica 1481,13

Camerún 1455,42

Qatar 1453,65

Uzbekistán 1453,31

Bombo 4

Sudáfrica 1448,65

Irak 1422,18

Jordania 1391,33

Jamaica 1377,22

Ghana 1340,84

Nueva Zelanda 1283,94

Repechaje Europa

Repechaje Europa

Repechaje Europa

Repechaje Europa

Repechaje Intercontinental

Repechaje Intercontinental