La semana pasada se reunió el Comité de Política Monetaria (Copom) —integrado como asesores por las jerarquías del Banco Central y como decisores por los tres directores políticos— y resolvió subir la tasa de interés de referencia de 4,5% a 5%. Esto vendría a representar el precio del dinero, porque es lo que pagan los bancos por obtener liquidez a un día de plazo.

El análisis es que empezó a reactivarse la actividad y por ende, entre las dos prioridades de la política monetaria –asegurar liquidez y controlar la inflación–, se pretende dar más atención a lo segundo. Esto significa que parcialmente Uruguay comienza a dejar atrás la fase expansiva de la política monetaria, que atravesaron todos los países en pandemia en busca de que haya dinero circulante para enfrentar la crisis.

El BCU había informado esta decisión, y el lunes la autoridad bancaria divulgó la “minuta del Copom”, en la que pueden conocerse más detalles sobre lo ocurrido en la reunión de las autoridades.

Según se desprende de allí, el director del BCU en representación del Frente Amplio (FA), Ignacio Berti, no acompañó la medida de elevar la tasa de interés, que fue recomendada por los asesores técnicos y tuvo el respaldo de Diego Labat y Washington Ribeiro, presidente y vicepresidente de la institución, respectivamente.

Berti votó “negativamente a la propuesta de aumentar la tasa de política monetaria por entender que en la coyuntura actual de la economía uruguaya es conveniente priorizar el nivel de la actividad económica y el empleo”.

El análisis que había informado el BCU tras la reunión del Copom y que justificaba la decisión, sostenía que “a nivel local, la situación sanitaria ha mejorado de manera sustancial y junto con ello la actividad económica ha comenzado a mostrar signos de recuperación, donde los indicadores de avance exhiben fortalezas en varios sectores. Adicionalmente, durante el mes de junio se observa una reducción del desempleo”. Todas estas señales llevan a que “el Comité entienda necesario que la política monetaria comience a dejar su fase más expansiva para recorrer una senda gradual de adecuación de la tasa de interés y, por tanto, incrementar la tasa de política monetaria a 5%”.

Sobre esto opinó en Twitter el economista Javier de Haedo, exjerarca durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle Herrera y que asesoró en la última campaña al Partido de la Gente. Señaló que coincidía con la postura de Berti y explicó: “La recuperación de la economía no es tan fuerte aún. Obviamente, la comparación interanual no es relevante. Hay que comparar entre trimestres consecutivos”.

También en la red social, Gerardo Licandro, gerente de Asesoría Económica del BCU —que participó en el Copom—, señaló: “Por primera vez una minuta del BCU revela la votación sobre política monetaria. Otro avance en la transparencia institucional”.

Por su parte, el economista Aldo Lema planteó que “Uruguay aún debe avanzar en la independencia político-partidaria de los directores del BCU”, ya que “en los bancos centrales más prestigiosos (Inglaterra, Nueva Zelanda, Canadá, BCE, Fed, etcétera) a los gobernadores no se los presenta como ‘del partido X’”. Otra reforma que mencionó es “desfasar la duración en los cargos de los directores del BCU de los períodos de gobierno”.

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