Por aspectos locales e internacionales, que repasaron distintos economistas en una reciente nota de la diaria Economía, el dólar viene acumulado en las últimas semanas una baja en su cotización en Uruguay. Tomando el mes de agosto, cayó 2,84%, y según informó El País, se trata de la mayor baja mensual en los últimos tres años.

Más allá de que el régimen cambiario es de libre flotación, es decir, el valor se define en función de la oferta y la demanda, el Banco Central del Uruguay (BCU) puede intervenir —comprando o vendiendo dólares— para incidir en el mercado, evitar grandes volatilidades y enviar señales a los agentes de qué nivel de tipo de cambio pretende. Esto ocurrió el martes, cuando luego de casi seis meses la autoridad monetaria compró 31,2 millones de dólares.

La lógica detrás de la operación es que al quitar dólares de circulación, el precio se estabilizará. Eso ocurrió, porque tras cinco jornadas consecutivas de baja en la cotización, el dólar interbancario cerró con una suba mínima de 0,07% en 42,464 pesos.

En las pizarras del Banco República, cotiza a 41,3 pesos a la compra y 43,7 pesos a la venta.

El lunes, según consignó El País, la Unión de Exportadores mantuvo una reunión con las autoridades del BCU ante la baja de la divisa, interpretando que esto afecta la competitividad de las ventas al exterior de las empresas locales. Según los analistas consultados por la diaria días atrás, el sector agroexportador viene mostrando dinamismo en función de los precios internacionales y no prevén que una baja leve del dólar impacte en sus negocios.

El economista Javier de Haedo opinó vía Twitter sobre la compra de dólares del regulador: “Sólo falta saber desde dónde vino la orden para que el BCU hiciera algo que no le gusta y es contrario a su política. En todo caso felicito al que la dio. Implica reconocer un error”. Esto relacionado a que había cuestionado la suba de la tasa de interés que definió el BCU días atrás. Esa decisión del regulador tenía dentro de las posibles consecuencias una apreciación del peso respecto del dólar, es decir, una baja de la divisa.

Por su parte, el economista Aldo Lema explicó: “Las intervenciones cambiarias pueden suavizar la volatilidad del tipo de cambio en el corto plazo, pero no afectan su valor (real) de largo plazo, que depende de fundamentos (diferencial de crecimiento vs socios, términos de intercambio, demanda interna, gasto fiscal, apertura)”.

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