El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó este lunes los datos de la evolución salarial al cierre del año pasado, que da cuenta de una caída del poder adquisitivo de los asalariados por segundo año consecutivo. Esto se debe a que la inflación, que cerró el año en 7,96%, le ganó al índice medio de salarios (IMS), que a diciembre acumuló un aumento de 6,28%, es decir que en el año se verificó una caída del poder de compra de 1,56%.
En diciembre el IMS subió 0,24%, con lo que el año finalizó con una variación de 1,47 puntos porcentuales en relación con 2020, cuando había crecido 7,75%. En esa ocasión la caída del salario real había sido de 1,52%.
Según el informe oficial, el salario real mostró una caída en el sector privado de 1,35% y en el ámbito público de 1,92%. El año previo, 2020, la baja había sido de 2,25% y 0,22%, respectivamente.
Con los datos del INE de diciembre queda confirmado el ajuste de los jubilados, que por mandato constitucional se hace como mínimo por la evolución del índice medio de salarios nominal (IMSN). Este mostró en diciembre un incremento de 0,27% y en los 12 meses fue de 6,16%, que será el porcentaje definitivo del ajuste.
Los jubilados recibirán al inicio de febrero –por la pasividad correspondiente a enero– un ajuste de 5,87% correspondiente a la evolución del IMSN hasta noviembre. En marzo cobrarán la pasividad de febrero, ya con el ajuste de 6,16% y un retroactivo de 0,27% por lo restante del pago de enero.
El incremento para los jubilados también presenta una caída en términos reales, ya que es menor a la inflación en 1,8 puntos porcentuales. Lo mismo había ocurrido en 2020, cuando el ajuste fue de 5,58%. En 2019 también había existido un ajuste inferior a los precios –en 0,4 puntos porcentuales–, mientras que en los 14 años previos las jubilaciones habían aumentado en términos reales.
El director del Banco de Previsión Social (BPS), Ramón Ruiz, cuestionó en las últimas semanas la decisión sobre el porcentaje de ajuste de las pasividades y reclamó al gobierno que tenga una política diferencial, dando ajuste por encima del mínimo legal que es en línea con el IMSN. Además, criticó que, según el recibo que llegó a los jubilados en enero, se les descontó del aumento anual la partida de 243 pesos que se otorgó en junio a quienes cobran la jubilación mínima.
Este último asunto fue planteado por la representación de los trabajadores en la última reunión del directorio del BPS: “Por primera vez en 16 años de aumentos diferenciales para las pasividades mínimas se descuenta el aumento otorgado por entender que se trataba de un adelanto a cuenta del aumento de enero de 2022. Si bien estamos a la espera de un informe oficial del BPS que confirme esta medida, nos encontramos atentos a lo que sería un grave perjuicio para los jubilados y pensionistas de menores ingresos”, expresó Ruiz.