El dato

En los años 2021 y 2022 el gobierno definió administrativamente cambiar el criterio por el cual quedaban definidas las franjas del IRPF (técnicamente del IPC al IMS). Producto de ese cambio, el monto a partir del cual trabajadores y jubilados empiezan a pagar ese impuesto es aproximadamente $1.200 menor en trabajadores ($36.148 vs. $37.365) y $1.400 menor en jubilados ($41.312 vs. $42.702). Este cambio de criterio también afecta a todas las franjas superiores de IRPF y determina una mayor presión para quienes tributan en ellas. En 2022, esta medida implica aproximadamente una recaudación adicional de 50 millones de dólares sobre los salarios y 15 millones sobre las jubilaciones. Esto se da en un contexto de caída importante del salario real y jubilaciones.

Foto del artículo 'Gráfico de la semana | IRPF: el aumento “silencioso” del gobierno durante los últimos dos años'

El contexto

¿Hay planes de modificar el IRPF y el IASS?

Según trascendidos de prensa, el Poder Ejecutivo podría enviar este año modificaciones al IRPF y al IASS de acuerdo al crecimiento que presente la economía. Sin embargo, no han trascendido detalles sobre el eventual diseño distributivo de estas modificaciones. Tampoco si su magnitud será mayor, igual o menor a la recaudación adicional generada por los ajustes definidos administrativamente durante estos últimos años.

¿Qué piensan los economistas y la población en general en relación al IRPF?

Según un estudio realizado por las economistas Marisa Bucheli y Verónica Amarante, la mayoría de los economistas uruguayos (58%) considera que los impuestos directos como el IRPF deberían ser el gran pilar que genera mayores ingresos para los sistemas tributarios nacionales. Sin embargo, de acuerdo a datos de la Usina de Percepción Ciudadana, la mayoría de la población en general está en desacuerdo con esta afirmación (52%). Esto es un tema complejo, ya que en general la progresividad (“paga más quien gana más”) de los sistemas tributarios a nivel de los países más igualitarios se produce fundamentalmente a través de fuertes pilares de impuestos a la renta. Disclaimer: esta columna la escribe un economista.

¿Ha habido otros cambios administrativos en impuestos?

Sí, en particular en uno de los impuestos considerados más injusto por los economistas: el IVA. El gobierno en 2020 definió subir este impuesto administrativamente, eliminando la devolución de 2% vigente para compras con tarjetas de débito y medios de pago electrónico. El IVA suele ser un impuesto considerado injusto (“regresivo” en el lenguaje de los economistas), dado que los hogares de menores ingresos, que no tienen capacidad de ahorro, por lo general dedican todo o casi todo su ingreso a bienes y servicios gravados por dicho impuesto. Sin embargo, los hogares de mayores ingresos dedican una proporción menor de su ingreso a pagar dicho tributo.

¿El único impacto negativo de este cambio sobre los hogares fue aumentar el peso del IRPF sobre trabajadores y jubilados?

No. Desafortunadamente, esta decisión también tuvo impacto por el lado de las prestaciones que paga el Estado a través de organismos como el Banco de Previsión Social (BPS). Por ejemplo, las asignaciones familiares a los niños de hogares de trabajadores formales de bajos ingresos (no así las AFAM-PE que por ley ajustan por IPC), los montos máximos del seguro por enfermedad o las jubilaciones mínimas que afectan a aproximadamente 140.000 pasivos del BPS llevan hoy dos años de ajustes por debajo de la inflación. Esto se da además en un contexto de aumento en la pobreza infantil respecto a los valores pre pandemia.

¿Cómo funciona el mecanismo de ajuste de las franjas de IRPF?

Las franjas que aplican para la tributación del IRPF quedan definidas en sus montos de forma anual por los ajustes realizados al valor de la Base de Prestaciones y Contribuciones (BPC). Tradicionalmente, en un contexto de aumento de salario y jubilaciones reales (o sea que salarios y jubilaciones subían por encima de los precios), el criterio de ajuste de la BPC fue sistemáticamente mantener su valor en términos de los precios. Por ese motivo se ajustaba de acuerdo al Índice de Precios al Consumo (IPC). Sin embargo, la normativa permite que el Poder Ejecutivo defina ajustarla por el Índice Medio de Salarios (IMS). A partir de 2020 salarios y jubilaciones empezaron a perder poder de compra (crecieron menos que los precios). A partir del ajuste de enero de 2021, el Poder Ejecutivo definió cambiar este criterio, por lo que las franjas del IRPF gravaron ingresos más bajos que si se hubieran mantenido sus valores en términos de precios.