El Banco Central del Uruguay (BCU) publicó este jueves los datos correspondientes al producto interno bruto (PIB) durante el tercer trimestre de 2023. Allí se reportó un crecimiento en el orden del 1% con respecto al trimestre inmediatamente anterior y una caída en relación al tercer trimestre de 2022 de 0,2%.

El informe destaca la caída de las actividades de la construcción y la energía eléctrica, gas y agua. En concreto, la construcción registró una baja de 8,6% del volumen físico del valor agregado en términos interanuales; por su parte, el sector de energía eléctrica, gas y agua experimentó una desaceleración interanual de 11,3%.

De igual manera, se afirma que ese desempeño negativo fue contrarrestado por una variación positiva de los rubros relativos al sector agropecuario, pesca y minería, y a transporte y almacenamiento, información y comunicación. Agropecuario, pesca y minería incrementó su actividad a nivel interanual en 9,6%, y transporte y almacenamiento, información y comunicación lo hizo de igual forma en 2,6%.

En cuanto a la demanda, se registró un crecimiento a nivel interno y una disminución a nivel externo. La demanda interna, por su parte, concretó tal desempeño a partir del incremento del gasto de consumo final en 3,3% interanual y de la formación bruta de capital en el orden del 9,1% interanual.

A nivel externo, la disminución de la demanda estuvo definida por la reducción del volumen físico de las exportaciones de bienes y servicios, en el orden del 9,2% con respecto al tercer trimestre de 2022, así como del crecimiento de las importaciones de bienes y servicios en un 5,0% interanual.

Para Florencia Zufiría, economista de CPA Ferrere, los datos observados no significan una sorpresa. La especialista consideró en diálogo con la diaria que era esperable este leve incremento respecto del semestre anterior, entendiendo que el país, entre otras cosas, superó la sequía que lo aquejó desde fines del año pasado. De todas maneras, explicó que el crecimiento es magro por otras incidencias, como lo es “la fuga de consumo hacia Argentina”.

Por su parte, Florencia Carriquiry, economista de Exante, se sumó a esta lectura, y resaltó a la diaria que en los trimestres anteriores y en parte en este las dificultades estuvieron marcadas por shocks, como la caída de los precios de los commodities, que agudizaron la baja de las exportaciones, así como la finalización de UPM 2 y obras asociadas, que impactaron en el sector de la construcción.

Silvia Rodríguez, economista de Cinve, valoró el dato como parte de una tendencia que se transforma en “una señal relevante”. Sin embargo, explicó a la diaria que se trata de algo que “hay que mirar con cuidado”, teniendo en cuenta que durante el trimestre anterior la serie desestacionalizada mostró la caída del PIB en 1,4%. “Lo que estamos haciendo es recuperar un poco de la caída del segundo trimestre”, reflexionó.

Carriquiry agregó que desde su punto de vista el crecimiento del PIB en este trimestre fue “un poco más moderado” de lo que se preveía hace algunos meses y que, por lo tanto, el promedio anual de este año estará más cerca de 0% que de 0,5% como venían manejando. Zufiría coincidió con esta estimación, apuntando que la cifra anual del PIB estará entre 0% y 0,5%. Rodríguez, en la misma línea, dijo que el crecimiento será “de mínimo y marginal” o incluso podrá haber “un estancamiento o una pequeña caída”.

Con miras hacia 2024

De cara a 2024 las economistas se mostraron algo más optimistas. Zufiría subrayó la posibilidad de un “rebote” de la economía como producto de la desaparición total de algunos efectos negativos transitorios que han afectado en este año. Carriquiry se manifestó en la misma línea y detalló que hay algunos factores que estarán “incidiendo menos o en igual medida”, por ejemplo, la situación hídrica; agregó que esto se complementará con impactos positivos, como el año en operación que tendrá la nueva planta de celulosa.

Rodríguez dijo que el efecto UPM 2 tendrá incidencia en el primer semestre de 2024, pero que luego “tenderá a estabilizarse” el empuje de su producción. Por otra parte, entendió también que se “puede esperar algún repunte” en el crecimiento del PIB en 2024, aunque lo catalogó como “moderado”. Apuntó a tener en cuenta el posible efecto de lo que pasa en Argentina y una temporada de turismo que se aproxima que, según entiende, “no va a ser maravillosa”.

Zufiría y Carriquiry coincidieron en una expectativa de crecimiento del PIB para 2024 en el orden del 3%. Igualmente, Zufiría fue cauta de acuerdo a la posible persistencia o a la aparición de nuevos elementos negativos como una de las cuestiones a tener en cuenta, y también se refirió a la situación de Argentina.

Ambas se detuvieron en el impacto que podrá tener la escena internacional, donde el precio de los commodities definirá en buena medida el cumplimiento de las expectativas. “Cómo evoluciona el resto del mundo también nos puede impactar”, resaltó Carriquiry.