El economista y socio de CPA Ferrere Gabriel Oddone conversó con la diaria sobre el último informe de cuentas nacionales divulgado por el Banco Central del Uruguay (BCU), que arrojó un descenso del producto interno bruto (PIB) de 0,7% en el tercer trimestre y de 1,3% en el cuarto trimestre, lo que deja al país técnicamente en recesión. Además, evaluó el rumbo económico del gobierno y la reforma jubilatoria que por estos días se discute en el Parlamento.
¿Qué evaluación hacen del dato del PIB divulgado esta semana por el BCU?
Nosotros esperábamos que fuera un mal dato, pero fue peor. La economía se desaceleró más de lo que esperábamos. Técnicamente, la economía está en recesión; la caída del cuarto trimestre es más significativa que la del tercero y eso ya no cae dentro del margen de error. La economía tuvo una grave desaceleración y deja un efecto arrastre para el año que viene. Nosotros habíamos hecho una estimación de crecimiento para 2024 de 1,4% pero con este dato va a estar más cercano al 1%.
¿El único factor explicativo de esta caída es la sequía?
No. Vos ya tuviste en el tercer trimestre algunas señales de un escenario externo adverso. Los precios internacionales cayeron. A eso se agrega la sequía en el cuarto trimestre. Y la perspectiva es que para el año que viene tenés un escenario menos amistoso, con precios menos favorables. Este año hubo una caída de 900 millones de dólares en la soja, producto de la sequía. A la ganadería también la afecta, en la zafra de preñez. Entonces, hay un escenario menos favorable. La economía probablemente no se contraiga en 2023 pero va a crecer muy poco y el motor del crecimiento va a estar fuertemente asociado al aumento del consumo y al incremento del salario que está previsto. Al mismo tiempo, por todas estas situaciones el espacio fiscal en la rendición de cuentas va a estar más acotado. El gobierno va a tener que ser bastante cuidadoso porque tiene menos espacio fiscal, habría que ser prudentes.
Si el crecimiento va a depender del consumo y del salario, ¿el gobierno debería tomar otras acciones para mejorar estos factores?
Las actividades turísticas van a compensar la caída de las exportaciones de bienes, y además es probable que cuando empiece UPM, en mayo o junio, vamos a tener 1.300 millones de dólares anuales, entonces hay factores que compensan la caída de las exportaciones del sector agropecuario. El otro componente es el consumo, que venía recuperándose más lentamente. El compromiso del gobierno es llegar a recuperar el nivel de los salarios de 2019, lo que supone subir un 2%, porque hasta ahora ha recuperado sólo la mitad de lo que se había perdido. Por lo tanto va a tener que llegar a la ronda salarial con pautas salariales que garanticen esa recuperación. Ese compromiso el gobierno lo va a tratar de cumplir. Lo que va a terminar ocurriendo es que los acuerdos salariales seguramente terminen cerrando en torno al 9%, ahora, el gobierno va a tener que convencer a los agentes privados de habilitar acuerdos salariales del 9%. Es economía política.
¿Cómo ves el rumbo económico del gobierno?
Uruguay creció a tasas muy aceleradas en la primera parte de 2022, sin embargo este año la economía se va a desacelerar fuertemente. Como decía, existe un escenario internacional menos favorable, aunque no necesariamente negativo; y al mismo tiempo están los efectos que tendrá la sequía en sectores relevantes como los de la actividad agropecuaria.
Si uno hace doble click y mira no tanto cómo funciona la economía en promedio sino cómo performan los distintos sectores de ingresos, se encuentra que este año los ingresos de los hogares altamente integrados al mercado laboral formal van a mejorar porque los salarios van a estar aumentando, no obstante, los sectores de bajos ingresos, las personas más vulnerables que no necesariamente están integradas al mercado formal, o que están integradas a actividades que cambiaron mucho su forma de organizarse después de la pandemia, como el servicio doméstico, van a seguir en dificultades.
¿Qué evaluación hacés de la reforma jubilatoria propuesta por el gobierno?
En primer lugar, Uruguay necesitaba una reforma previsional, una reforma de sus sistemas jubilatorios; lo necesitaba porque era deficitario y creciente en el tiempo. Uruguay gasta 10% del PIB en transferencias a las pasividades, una cifra extraordinariamente alta. Por razones de finanzas públicas Uruguay tenía que procesar una reforma y así estaba planteado en la campaña electoral de 2019. Es verdad que luego lo que ocurre en la pandemia, y las consecuencias que tiene en Uruguay y en el resto del mundo, hace que esta reforma sea menos acuciante. La reforma que el gobierno ha puesto encima de la mesa fue un buen punto de partida para discutir cambios importantes; tanto paramétricos, lo que ha estado sucediendo en el mundo como el aumento de la longevidad de las personas que hacen que los sistemas de pasividades se prolonguen en el tiempo; como también cambios estructurales, porque el sistema está desorganizado, tenemos sistemas de prestación para colectivos muy chicos.
Creo que la reforma que puso sobre la mesa intenta atacar la mayoría de estos problemas. Y lo intenta hacer de una manera bastante razonable. Es verdad que no ingresa en atacar el problema del financiamiento, que es un tema pendiente y que Uruguay va a tener que recorrer rápidamente en su discusión, esto es, cómo se financia un régimen previsional, porque entre otras cosas, el exceso de gravámenes genera desestímulo a contratar mano de obra, y si hay desestímulo, la capacidad de recaudación del sistema se vuelve baja y se desfinancia. El mundo avanza hacia esquemas de prestación más generales donde los impuestos pasan a sustituir aportes o contribuciones específicas del trabajador. Esta es una discusión que esta reforma no puso arriba de la mesa y que seguramente deberemos acometer los próximos años. Luego que esto tiene implicancias sobre la distribución del ingreso en términos de que las personas menos favorecidas son las que van a contribuir, no me consta.
¿Afecta a Uruguay la caída de acciones del Deutsche Bank esta semana, que se suma a lo sucedido con el Credit Suisse?
Cualquier evento financiero agudo de estas características siempre es una mala noticia, porque genera un escenario más restrictivo y con el dólar fortaleciéndose, es un escenario no muy amistoso y más riesgoso para un país como Uruguay. Pero en el corto plazo Uruguay está preparado, por su fortaleza financiera, no es un escenario dramático.
¿Te han hecho alguna invitación política, te han propuesto integrar algún grupo político?
Tengo conversaciones con personas de distintos partidos políticos, toda la vida lo he hecho, en mi actividad profesional siempre he conversado sobre la situación económica del país y las perspectivas, pero no hubo ningún planteo concreto sobre nada. Lo digo con toda certeza. Y yo no lo estoy buscando tampoco.