El proyecto

Continuamos con la serie de columnas que analizan la evolución de Uruguay en los últimos 25 años, basada en 25 variables clave que abarcan desde la macroeconomía hasta los aspectos sociales que definen nuestro desarrollo. En esta segunda entrega, nos enfocamos en la equidad. Para ello, seleccionamos dos indicadores fundamentales: el ratio de ingresos y la pobreza infantil. A través de gráficos y explicaciones sencillas, buscamos ofrecer un análisis accesible que invite a reflexionar sobre el pasado reciente de forma de contribuir al debate público a pocos días de las elecciones nacionales. La versión completa se encuentra disponible en etcetera.uy.

La película

¿Cómo se mide la desigualdad de ingresos?

Una de las formas de medir la desigualdad de ingresos es a través del ratio entre los ingresos del decil 10 (el 10% de la población con mayores ingresos) y el decil 1 (el 10% con menores ingresos). Este indicador complementa el índice de Gini, que mide la desigualdad en la distribución del ingreso y que toma valores entre 0 y 1. Valores más bajos dan cuenta de una distribución más equitativa y, por el contrario, valores altos reflejan una mayor desigualdad. En Uruguay, el Instituto Nacional de Estadística (INE) releva y publica estos indicadores con periodicidad anual, utilizando datos provenientes de la Encuesta Continua de Hogares (ECH).

¿Qué sucedió con la desigualdad medida a través del ratio de ingresos durante este período?

El primer gráfico muestra la evolución del ratio de ingresos durante el último cuarto de siglo. Durante el mandato de Jorge Batlle (2000-2005), la desigualdad en Uruguay alcanzó sus niveles más altos, con el 10% más rico obteniendo ingresos 20 veces superiores a los del 10% más pobre. En este período, de inicio a fin, se observa un aumento de la desigualdad.

Posteriormente, durante las tres administraciones de gobiernos frenteamplistas, se observa una baja sistemática del indicador, con la brecha de ingresos entre el 10% más rico y el 10% más pobre reduciéndose prácticamente a la mitad. En efecto, el segundo gobierno de Tabaré Vázquez (2015-2020) culminó con una brecha de ingresos de 11 a 1. Este descenso representa, por tanto, una mejora en la distribución del ingreso.

Finalmente, durante el gobierno de Luis Lacalle Pou, la desigualdad medida a través de este ratio aumentó en 0,6 puntos, pasando de 11,1 a 11,7.

¿Qué es y cómo se mide la pobreza infantil?

En Uruguay, la pobreza infantil se mide como el porcentaje de niños que viven en hogares cuyos ingresos no alcanzan un umbral mínimo definido (llamado “línea de pobreza”). Este umbral se establece en función de las necesidades básicas alimentarias y no alimentarias de una familia. Este cálculo permite evaluar qué proporción de la población se encuentra en hogares considerados pobres y, por lo tanto, cuántos niños se encuentran viviendo en dicha situación.

Los datos suelen presentarse en tres tramos etarios: menores de 6 años, de 6 a 12 años y de 13 a 17 años, lo que permite identificar con mayor precisión las edades más afectadas por la pobreza. El INE es el encargado de publicar estas cifras, con una periodicidad anual o semestral. El segundo gráfico presenta el porcentaje de la población total de Uruguay en situación de pobreza, junto con el porcentaje de niños y niñas de 0 a 5 años que se encuentran en esa situación.

¿Qué sucedió con la pobreza infantil en el período analizado?

La evolución de la pobreza infantil en Uruguay, calculada para los menores de 6 años, refleja importantes cambios desde el 2000. Durante el mandato de Batlle (2000-2005) el país vivió una de sus peores crisis económicas, lo que impactó negativamente en la situación social. En concreto, la pobreza infantil alcanzó un máximo de 63,8% en 2003.

Con el cambio de administración, acompañado de un mayor crecimiento económico, se implementaron políticas sociales que priorizaron la reducción de la pobreza y la desigualdad. En este período, la pobreza infantil comenzó a descender de manera sostenida. Hacia el final del primer mandato de Tabaré Vázquez, en diciembre de 2009, había caído al 38,9%, marcando una mejora considerable.

El descenso de la pobreza infantil continuó durante el gobierno de José Mujica, con crecimiento y políticas sociales que reforzaron la asistencia social y la cobertura de derechos para las familias de menores ingresos. Para 2014, la pobreza infantil en menores de 6 años había disminuido al 21,7%, una reducción muy relevante para un período de cinco años.

El segundo mandato de Vázquez (2015-2020), por su parte, logró continuar reduciendo la pobreza infantil, aunque el ritmo de mejora fue sensiblemente menor en comparación con la década anterior. En 2019 la pobreza infantil se situaba en 18,3%.

A partir de 2020, por último, se registra un aumento en los niveles de pobreza infantil, inicialmente impulsado por los efectos económicos de la pandemia, pero que se mantuvo incluso después de que el PIB recuperara en 2021 el nivel que tenía en 2019. En 2023, concretamente, la pobreza en menores de 6 años alcanzó el 20,1%, según el último dato anual disponible, mientras que en el primer semestre de 2024 la cifra descendió levemente al 19,6%.