El dato

Entre 2004 y 2019, los ingresos de los hogares uruguayos crecieron de manera sostenida y con un marcado sesgo redistributivo, lo que benefició especialmente a los sectores más vulnerables. El 10% más pobre se benefició de un aumento anual promedio del 6,1%, frente al 2,3% del 10% más rico. Entre 2019 y 2024, aunque los ingresos promedio crecieron, lo hicieron a tasas más bajas y favorecieron desproporcionadamente a los sectores de mayores ingresos. Mientras el primer decil sufrió una caída anual del 1%, el último decil experimentó un incremento del 1,9% anual, lo cual evidencia un aumento en la desigualdad.

El contexto

¿Qué muestran los gráficos?

Los gráficos presentan la variación anual promedio del ingreso per cápita de los hogares, desagregada por deciles de ingreso, en dos períodos de tiempo: 2004-2019 (izquierda) y 2019-2024 (derecha).

Expresar las cifras como variaciones anuales promedio es necesario para comparar períodos de distinta duración, en este caso, la comparación es entre un período de 15 años (2004-2019) frente a uno de cinco (2019-2024). Esto se debe a que las tasas anuales eliminan el efecto del tiempo total transcurrido, lo que permite analizar cuánto creció o disminuyó el ingreso por año en promedio, independientemente de la extensión del período bajo análisis.

Estos valores están, a su vez, expresados en términos reales, es decir, ajustados por la inflación a efectos de capturar los cambios en el poder adquisitivo de los ingresos para diferentes grupos de la población. Cada barra representa la evolución del ingreso promedio anual de un decil, desde el 10% más pobre (primer decil) hasta el 10% más rico (décimo decil).

En efecto, el propósito es identificar los patrones de crecimiento en el ingreso de los hogares y analizar su impacto en la desigualdad.

¿Qué pasó con el ingreso de los hogares en este período de gobierno?

En promedio, entre el primer semestre de 2019 y el primero de 2024 los ingresos de los hogares en Uruguay crecieron, pero con marcadas diferencias según los deciles de ingreso, lo que refleja un aumento en la desigualdad.

En ese sentido, los datos muestran que el 10% más pobre de los hogares (primer decil) experimentó una caída del 1% anual en promedio en sus ingresos per cápita. Por su parte, los deciles dos al ocho exhibieron crecimientos marginales que oscilaron entre el 0,1% y el 0,4% promedio anual. En contraste, el 20% de mayores ingresos registró aumentos más significativos, con un crecimiento anual del 0,7% en el noveno decil y un nada despreciable 1,9% en el último. Estos resultados confirman un crecimiento promedio, aunque moderado, de los ingresos de los hogares a partir de la recuperación de la economía luego de la pandemia.

Sin embargo, el patrón distributivo muestra una concentración de los beneficios del crecimiento en los segmentos de mayores ingresos, particularmente en los deciles superiores, en los que el 10% más rico concentra gran parte del aumento.

Foto del artículo 'Gráfico de la semana | ¿Dos modelos? La distribución del ingreso en 20 años'

Foto: Ernesto Ryan

Este escenario explica, por un lado, el incremento en el índice de Gini, reflejo de que Uruguay hoy es un país más desigual que antes de la pandemia, y, por el otro, los limitados avances en materia de reducción de la pobreza luego de la crisis ocasionada por la pandemia.

¿Cómo se comportó el ingreso de los hogares durante las administraciones de gobierno frenteamplista?

Entre 2004 y 2019, el ingreso per cápita de los hogares en Uruguay experimentó un crecimiento sostenido, generalizado y con una marcada tendencia hacia la reducción de la desigualdad. Este período estuvo caracterizado por un modelo de crecimiento inclusivo, en el que los sectores más vulnerables fueron los mayores beneficiarios en términos relativos.

En efecto, se trató de un período de crecimiento generalizado, en el que todos los deciles de ingreso mostraron un aumento anual promedio, reflejando el impacto de un contexto económico favorable, con una economía en expansión, mejoras en los salarios reales y una mayor cobertura de políticas sociales. Sin embargo, el crecimiento se concentró en los deciles de ingresos más bajos, siendo el 10% más pobre el que tuvo el crecimiento más destacado, alcanzando un incremento anual promedio equivalente al 6,1%.

Este comportamiento refleja el rol de las políticas redistributivas, como el fortalecimiento de la red de protección social, el aumento del empleo y las políticas de ingreso diferenciales: salario mínimo nacional y jubilaciones y pensiones mínimas.

En contraste, el crecimiento de los deciles superiores fue progresivamente menor. Aunque todos los deciles registraron aumentos, los porcentajes van decreciendo a medida que avanzamos hacia los segmentos de mayores ingresos en la distribución. Concretamente, el 10% más rico tuvo un crecimiento anual promedio del 2,3%.

De esta manera, el patrón de crecimiento descrito permitió reducir las brechas de ingreso entre los distintos deciles, lo que disminuyó de manera sostenida los niveles de desigualdad: durante este período, el índice de Gini mostró una tendencia a la baja, en particular entre 2007 y 2013. Cabe destacar, por último, que este patrón de crecimiento inclusivo se mantuvo cuando la economía se desaceleró fuertemente entre 2014 y 2019. En este período, los ingresos de los hogares sufrieron el impacto de la pérdida del empleo.

Los autores agradecen a Mauricio de Rosa por el procesamiento de los datos.