El sorpresivo cierre de la empresa autopartista japonesa Yazaki, que provocó la pérdida de 1.200 puestos de trabajo, causó preocupación y puso en el centro del debate la amenaza de una incipiente crisis industrial en el país.
La noticia cayó como un balde de agua helada en plena transición de gobierno y el presidente electo, Yamandú Orsi, fijó su posición al respecto: “Hay un problema de fondo acá. Lo dije y lo sostengo. Me lo decía la gente de Yazaki y lo sostienen otros actores. Tuvimos una reunión con la cámara empresarial y nos plantearon lo mismo. Hay un tema de competitividad empresarial en Uruguay, que es el elemento que complica muchas veces”.
Yazaki, instalada en Uruguay desde 2007, informó a fines de enero su decisión de finalizar sus operaciones en el país, con el argumento de que, debido a los “altos costos de producción de la operación en Uruguay”, trasladará sus plantas industriales a Paraguay y Argentina.
La noticia causó alarma ante el riesgo de que otras empresas puedan seguir el mismo camino y, como era de esperarse, el tema de la competitividad y el atraso cambiario volvieron a encender el debate y quedaron en el ojo de la tormenta. Expertos consultados indicaron que, a pesar de que este tema suele asociarse al tipo de cambio, es mucho más complejo y abarca múltiples dimensiones económicas y estructurales.
La economista Gabriela Mordecki dijo a la diaria que no existe una respuesta única para definir la situación del país en esta materia. “Es una situación compleja, no es que solamente moviendo una variable vamos a resolver el problema de la competitividad”, remarcó.
En la misma línea, Ignacio Gervaz, economista y socio de la firma AIC Economía, subrayó la importancia de considerar la infraestructura y los costos logísticos como elementos clave para mejorar la situación. “La competitividad debe ser vista por los responsables de la política pública de forma integral. No solamente se trata del tipo de cambio, sino también de otros elementos que hacen a la vida de las empresas y las personas [...] La infraestructura cumple un rol clave, más en países como Uruguay, que es netamente exportador y vive del comercio exterior”, señaló.
Por su parte, la presidenta de la Unión de Exportadores, Carmen Porteiro, resaltó, en conversación con este medio, la necesidad de reducir costos, promover la absorción tecnológica en las empresas e impulsar la digitalización de los procesos. En ese sentido, subrayó que la primera ronda de reuniones que mantuvo el sector con las futuras autoridades dejó una impresión positiva y destacó la “disposición” del gobierno electo a “escuchar al sector privado”.
Sin “respuesta única”
Para Mordecki, profesora e investigadora universitaria, el concepto de competitividad se maneja de distintas formas, por lo que no existe una “respuesta única” para encuadrar la situación del país en esta dimensión. “Una dimensión es la de competitividad-precio, que se mide a través del tipo de cambio y compara los precios en dólares de un país con los de sus socios comerciales. Pero la competitividad es un concepto más amplio que depende de la eficiencia de las empresas, los costos laborales y las condiciones institucionales del país”, sostuvo Mordecki.
Por su parte, Porteiro señaló que Uruguay tiene “varios factores” que mejorar en materia de competitividad y coincidió con los otros especialistas en que este tema es “multifactorial”. Además del tipo de cambio, dijo que la exportación de productos está sujeta a diferentes tasas que incrementan los costos de salida. “Tenemos que trabajar en temas de tarifas portuarias. Creemos que hay un factor bastante decisivo para los próximos años en cuanto a la absorción de la tecnología. Es necesario que las empresas absorban los avances tecnológicos y el aumento de la productividad que eso conlleva”, subrayó.
Tipo de cambio
Con relación al tipo de cambio, Mordecki señaló que Uruguay enfrentó una situación de “atraso cambiario”, especialmente con Argentina en 2023, cuando la diferencia de precios en dólares favorecía al país vecino. Sin embargo, esa situación ha cambiado: “En Argentina se aplicó un plan económico que hizo que el dólar cayera primero y que luego se quedara estancado. Con respecto a la inflación, y sobre todo en los primeros meses, se mantuvo alta, pero luego su efecto se fue corrigiendo”, añadió. Sin embargo, debido al efecto de las elecciones y al triunfo de Donald Trump en Estados Unidos, la “tendencia de estancamiento” del tipo de cambio acá se revirtió, por lo que el país “corrigió bastante” con Argentina su competitividad-precio.
Mordecki considera que la temporada turística es un reflejo de ese cambio, al haber habido una mayor afluencia de argentinos. “Veremos los números, pero seguramente el gasto, por lo menos, debería haber mejorado con respecto a años anteriores”, planteó. Esto contrasta con el panorama en relación con el otro país vecino: “Brasil tuvo momentos de depreciación del real, lo que encareció a Uruguay en dólares respecto de nuestro principal socio comercial. Actualmente, el tipo de cambio en Brasil se estabilizó por debajo de los seis reales por dólar, lo que equilibra en parte la situación, pero estamos en general caros en dólares con respecto a Brasil”, explicó la especialista.
Por otro lado, Mordecki consideró que hay que analizar por sector para ver lo que sucede en otras partes del mundo. En referencia a la empresa japonesa que cerró su planta en Uruguay, dijo que las condiciones institucionales y los costos laborales en Paraguay son mucho menores. “Pero eso no quiere decir que nosotros nos tenemos que parecer más a Paraguay para poder tener competitividad en ese sector. Uruguay da muchas ventajas a las empresas para que se instalen en el país”, añadió. Asimismo, enfatizó que existen otras razones para elegir a nuestro país, como la estabilidad institucional, el nivel educativo de los trabajadores, el puerto, la ubicación geográfica y la apertura en materia de relaciones internacionales.
El papel de la infraestructura
Otro de los elementos a considerar es la infraestructura. Gervaz, que está especializado en gestión y funcionamiento de infraestructura, explicó que este aspecto es “fundamental” para mejorar la competitividad de un país, ya que facilita el acceso a los recursos y optimiza el movimiento de mercancías y personas, lo que reduce los costos logísticos y mejora las condiciones para las empresas.
“La infraestructura mejora las condiciones en las que las empresas acceden a los recursos, pero también el traslado de los productos. Si las rutas están rotas, los camiones no pueden movilizarse. Otro aspecto es el puerto o los pasos de frontera. Todo esto es clave para reducir los tiempos de viaje para las exportaciones e importaciones”, observó. El especialista consideró que Uruguay ha implementado obras importantes en los últimos años en materia de infraestructura, por lo que ha habido una “política transversal a distintos partidos”.
“La infraestructura vial ha sido una de las áreas más beneficiadas en los últimos 15 años”, comentó en referencia a las inversiones realizadas por diversos gobiernos para mejorar las rutas y carreteras, así como a los proyectos en el ámbito ferroviario y portuario. Sin embargo, a pesar de los avances, Gervaz consideró que aún existen desafíos importantes, especialmente en la mejora de la infraestructura portuaria y ferroviaria. “El desafío está más que nada en el movimiento de cargas vinculado a las inversiones que se puedan hacer en el puerto de Montevideo como uno de los principales ejes de entrada y salida del comercio exterior en Uruguay. Creo que ahí hay mucho por mejorar todavía”, destacó.
Planta de Yazaki en Colonia.
Foto: Ignacio Dotti
Evaluación del actual gobierno
Consultada sobre la gestión del gobierno actual en materia de competitividad, Mordecki sostuvo que la política monetaria de la administración de Luis Lacalle Pou tuvo como “principal objetivo” la reducción de la inflación. “El Banco Central priorizó la reducción de la inflación, y si bien se lograron buenos resultados en ese sentido, [...] el tipo de cambio se continuó apreciando [...] y nos fuimos encareciendo en dólares con respecto a los países de la región y del mundo”, afirmó.
“Hay que tener mucho cuidado con ese tipo de políticas, porque muchas veces tienen este efecto negativo sobre la competitividad. Fue una cuestión de prioridades; se priorizó la inflación y se obtuvo realmente un resultado importante, dado que la inflación ingresó dentro del rango después de muchos años en que eso no sucedía. Además, se mantuvo; no fue una cosa circunstancial”, analizó.
Porteiro valoró los esfuerzos del gobierno para controlar la inflación. “La inflación local es un factor que celebramos y destacamos, porque colaboró en tener, por lo menos, una de las variables [que afectan a la competitividad] anclada. Recordemos que en función de la inflación también se determinan los Consejos de Salarios. Entonces, tener la inflación en niveles bajos para nosotros es sumamente importante”, añadió.
Acciones futuras
Para Gervaz, mejorar la infraestructura debe ser un objetivo prioritario para Uruguay no sólo en términos de proyectos aislados, sino como parte de una estrategia nacional integral que coordine los esfuerzos de distintos sectores y niveles de gobierno. “Es necesario repensar la planificación y el mantenimiento de la infraestructura existente para asegurar su sostenibilidad y efectividad a largo plazo”, planteó. Asimismo, consideró que el próximo gobierno debe ampliar el ferrocarril e impulsar la movilidad en Montevideo y en la zona metropolitana. “Montevideo ha crecido de forma desordenada, el transporte es ineficiente y la movilidad interurbana es un problema para los ciudadanos [...] También hay que ver cómo se van a mantener las obras que se han hecho en los últimos años”, concluyó.
A modo de balance, Mordecki sostuvo que la competitividad de Uruguay dependerá de un equilibrio entre estabilidad macroeconómica y políticas que fortalezcan la productividad y la inversión. “No es sólo el tipo de cambio lo que define la competitividad, sino una combinación de factores estructurales y de política económica”, afirmó.
La economista recordó que en los anteriores gobiernos del Frente Amplio la política monetaria que se impulsaba provocaba que cayera el tipo de cambio. “En esos momentos el gobierno intervino en el mercado para que el tipo de cambio no cayera tanto. Es verdad que no tuvo el resultado esperado en cuanto a la inflación, por lo que en el futuro habrá que ir viendo, momento a momento, cuál es la situación. Es necesario ser menos ortodoxo en la política, ver momentos en los cuales sí se puede intervenir y evitar que el tipo de cambio se deprima tanto; también es fundamental mantener el foco en contener la inflación dentro del rango”, añadió.
Asimismo, sostuvo que existen varias herramientas, como la ley de inversiones, el otorgamiento de zonas francas, entre otros incentivos, para impulsar el establecimiento de las empresas. “El futuro gobierno tendrá que reestudiar los beneficios. Tenemos muchos años de aplicación de leyes que van en ese sentido, por lo que habrá que decidir qué es lo que hay que mejorar. Habrá que poner otras condiciones no sólo para que se instalen, sino para cuando se quieran ir. Las autoridades nuevas conocen el problema y seguramente están pensando en cómo mejorar la institucionalidad, las leyes, generar otras, ver las condiciones para poder atraer empresas; eso es clave porque Uruguay es un país pequeño y precisa de empresas extranjeras que aporten sus capitales para generar empleo y actividad económica”.
La visión del sector exportador
De cara al futuro, la presidenta de la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU) reveló las prioridades del sector para el próximo gobierno. Estas incluyen cinco pilares: la inserción internacional, la gestión sostenible, la estabilidad macroeconómica, la reducción de los costos de producción y logísticos, y el acceso a nuevos mercados. En este sentido, la UEU conformó un grupo de trabajo para identificar las barreras arancelarias, sanitarias y de inversión que dificultan la expansión de las exportaciones uruguayas.
“La digitalización es un camino que ya está en marcha, y en la medida en que se sigan reduciendo los requerimientos regulatorios físicos, vamos a ver mejoras significativas en la competitividad”, señaló. Aclaró también que están “muy satisfechos” con la primera ronda de reuniones que mantuvieron con las futuras autoridades. “Creemos que hay buena disposición a encarar temas de fondo, a repasar y a trabajar. El consenso es que obviamente el sector exportador es clave para el desarrollo de Uruguay, que tiene que crecer a tasas más altas. En función de eso, hay disposición a escuchar al sector privado, a hacerlo partícipe y a direccionar los recursos hacia aquellas iniciativas que vayan a mover más la aguja para el crecimiento del país”, concluyó.