La asunción de Donald Trump el 20 de enero dejó, entre muchas tantas cosas, una postal que ilustra con precisión uno de los rasgos distintivos de esta nueva era, asociado a la naturaleza misma del sistema económico. Se trata de la foto que reúne a Mark Zuckerberg (Meta), Jeff Bezos (Amazon), Sundar Pichai (Google) y Elon Musk (Tesla, X), los magnates tecnológicos más importantes del mundo, que ocuparon un lugar privilegiado entre el público que asistió a la ceremonia. Son los señores feudales del siglo XXI, si lo enmarcamos dentro de la tesis del exministro de Economía griego Yanis Varoufakis, que sostiene que estamos en los albores de un nuevo orden: el “tecnofeudalismo”.
Breve digresión sobre el nuevo orden mundial
“El capitalismo está muerto, en el sentido de que sus dinámicas ya no rigen nuestras economías”, sostuvo el controvertido economista en una de las entrevistas que realizó para publicitar su último libro.1 Paradójicamente, lo que lo ha matado ha sido el propio capital, aunque ahora bajo una nueva forma parasitaria que el autor ha denominado “capital nube”. “En el fondo de mi tesis existe una ironía que puede sonar al principio confusa, pero que queda clara en el libro: lo que está matando al capitalismo... es el propio capitalismo. No el capital que conocíamos desde el amanecer de la era industrial, sino una nueva forma, una mutación, que ha ido creciendo en las dos últimas décadas. Mucho más poderoso que su predecesor, que, como un virus estúpido y demasiado entusiasta, ha matado a su huésped”.2
En este marco, la privatización de internet permitió a las grandes tecnológicas evolucionar para dejar de operar como empresas oligopólicas y estructurarse en torno a feudos. Las plataformas ya no se mueven como los mercados, sino como sitios de extracción que nos mantienen a todos trabajando gratuitamente para alimentar ese capital nube, ya sea posteando en redes sociales, usando Google Maps o pidiendo comida o recomendaciones de series. “Poco nos debería sorprender, entonces, que esté surgiendo una nueva clase gobernante compuesta por los dueños de una nueva forma de capital basado en la nube que nos ordena reproducirlo dentro de su propio mundo algorítmico de plataformas digitales hechas a medida y fuera de los mercados de productos o trabajo convencionales”.3 Somos los siervos en esta nueva estratificación social, mientras que los capitalistas que solíamos conocer son ahora los vasallos que deben pagar pleitesía para poder moverse dentro de sus dominios.
En efecto, si aceptamos la nueva tesis de Varoufakis, que siempre logra encontrar nombres marketineros para empaquetar sus ideas, los “superricos” finalmente terminaron de subyugar el mundo y se lo repartieron en feudos. Por eso es tan ilustrativa la foto tomada durante el acto de asunción del presidente estadounidense. Es difícil discernir en qué dirección se mueve verdaderamente el poder entre estos singulares actores, pero ese no es el objeto de esta nota.
Amistades peligrosas
El objeto de esta nota es mucho menos ambicioso, incluso anecdótico, dado que pasa por describir el estado de situación de estos lazos de amistad a siete semanas de haber asumido el poder.
Es que el inicio del nuevo mandato de Trump ha sido, además de errático y alocado, sorpresivo para nuestros nuevos señores feudales, que en conjunto vieron su riqueza reducida en más de 200.000 millones de dólares. Esto es lo que se desprende de la última edición del índice de multimillonarios elaborado por Bloomberg,4 que marcó un cambio radical para este pequeño grupo de tecnofeudalistas en menos de dos meses.
Hay que recordar que sus ganancias exhibieron un salto extraordinario cuando se conocieron los resultados de las elecciones el año pasado, dado que la victoria de Trump disparó los índices bursátiles y los criptoactivos a registros históricamente altos, producto de la expectativa que generaba, entre otras cosas, la nueva ola de recortes fiscales y desregulaciones. A modo ilustrativo, Tesla ganó un 98% durante la semana posterior a las elecciones, marcando un pico histórico.5 No fue la única, obviamente.
Sin embargo, la cosa comenzó a revertirse rápidamente en línea con el despliegue de medidas que comenzó a impulsar descontroladamente el mandatario estadounidense, en particular los despidos masivos impulsados desde el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental y la imposición de aranceles a socios y rivales. Con relación a este punto, la novedad de esta semana fue la duplicación del gravamen correspondiente al acero y el aluminio canadienses, que ahora llegaría al 50%.
Según los datos de la plataforma, el S&P 500 (uno de los principales índices bursátiles) retrocedió 6,4% desde que Trump asumió el cargo, un fenómeno que fue particularmente intenso el lunes en el marco del desplome de los mercados que provocó la nueva amenaza del presidente. Lo paradójico, y lo poético, es que las empresas que más han acusado el impacto han sido las de sus socios tecnológicos. Según las estimaciones de Bloomberg, su pérdida combinada desde el 17 de enero (el último cierre de mercado previo a la asunción) asciende ahora a 1,39 trillones de dólares.
Elon Musk: -148.000 millones de dólares
Su patrimonio neto alcanzó su pico el 17 de diciembre, valorándose en 486.000 millones de dólares. Esta es la mayor fortuna registrada desde que se elabora este indicador. La mayor parte de las ganancias derivan de Tesla, dado que su valor casi se duplicó luego de las elecciones. Sin embargo, eso se diluyó desde aquel momento a esta parte. En parte esto fue producto del descontento de los consumidores, principalmente europeos, por el apoyo de Musk a los políticos de extrema derecha. Las ventas en Alemania, por ejemplo, cayeron más del 70% durante los dos primeros meses del año.
Jeff Bezos: -29.000 millones de dólares
Más allá de las rencillas que tuvo con Trump durante su primer mandato, el dueño de Amazon se acomodó rápidamente a la reconfiguración del escenario político. Entre otras cosas, donó un millón de dólares al fondo de inauguración de Trump en diciembre, y cenaron juntos el mismo día en que anunció que The Washington Post, de su propiedad, “priorizará las libertades personales y los mercados libres en su sección de opinión”. Desde el 17 de enero, las acciones de Amazon cayeron más de un 14%.
Sergey Brin: -22.000 millones de dólares
Otro que dio un giro para realinearse políticamente. Brin, cofundador de Google, había protestado contra las políticas migratorias de Trump en 2017, pero ahora parece haber cambiado de opinión. Las acciones de Alphabet Inc. cayeron en febrero, según reporta Bloomberg, en medio de las presiones del Departamento de Justicia para dividir la empresa asociada al motor de búsqueda. A este respecto, representantes de la compañía se reunieron la semana pasada con el gobierno para pedirle que adopte una postura regulatoria más laxa.
Mark Zuckerberg: -5.000 millones de dólares
De las llamadas “siete magníficas”, Meta fue la que registró las mayores ganancias al comienzo del año, dado que su valor aumentó 19% entre mediados de enero y mediados de febrero. Sin embargo, desde entonces, ese avance se esfumó; el índice Magnificent Seven está 20% abajo del máximo que alcanzó en diciembre.
Bernard Arnault: -5.000 millones de dólares
De los pocos que han sido consistentes con su pasado, Arnault ha sido y es amigo del mandatario estadounidense. Se trata del dueño del conglomerado que está detrás de marcas como Louis Vuitton y Bulgari. Más allá de su coherencia en el plano personal, que contrasta con la del resto, la dinámica de sus ganancias siguió el mismo patrón en los últimos tres meses: una fuerte ganancia seguida de una fuerte pérdida. Además, sus ventas podrían sufrir el golpe de los eventuales aranceles a los artículos de lujo europeos.
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Yanis Varoufakis. Technofeudalism: What Killed Capitalism. Melville House. ↩
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Yanis Varoufakis. “El capitalismo está muerto. El nuevo orden es una economía tecnofeudal”. El País de Madrid. ↩
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Yanis Varoufakis. Our New Cloud-Based Ruling Class. Project Syndicate. ↩
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“Bloomberg Billionaires Index. View profiles for each of the world’s 500 richest people, see the biggest movers, and compare fortunes or track returns”. Bloomberg. ↩
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“Billionaires at Trump’s Swearing-In Have Since Lost $209 Billion”. Bloomberg. ↩