El aprendizaje automático o machine learning es una rama de las ciencias de la computación que genera programas por los que las computadoras logran estudiar una base de datos previa, aprender de ella y sugerir procedimientos. Es un área con “muchas aplicaciones, que aún no se está explotando en todo su potencial en Uruguay”, explicó a la diaria Alan Descoins, gerente de tecnología de Tryolabs, una empresa uruguaya de desarrollo de software especializada en tecnologías de aprendizaje automático.

Esta tecnología tiene múltiples aplicaciones y un desarrollo que “se ha exponenciado en los últimos años”, comentó Descoins. Se utiliza para la “visión por computadora”, que es la tecnología que utiliza la red social Facebook para señalar dónde están los rostros en las fotografías y a qué usuario corresponde. También es lo que permite el sistema de “recomendaciones” de plataformas como Netflix, Amazon o Mercado Libre. “Otro uso que tiene es la predicción de comportamientos con los datos que ya se tienen; los bancos lo utilizan, entienden los datos y toman acciones sobre esa base para sugerir préstamos o promociones”, ejemplificó. Uruguay está adoptando estas nuevas metodologías “de a poco”, pero aún “falta gente capacitada en el tema, de ahí el fuerte interés en que estudiantes de ingeniería se enteren de estas nuevas tecnologías”, explicó.

En este sentido, la Facultad de Ingeniería (Fing) de la Universidad de la República (Udelar), junto con Tryolabs, organizan una serie de charlas técnicas que se proponen ser “el puntapié para que los estudiantes se interesen en estas nuevas tecnologías, porque el machine learning es una muy buena oportunidad”, señaló Martín Fagioli, mánager comercial de la empresa de software.

“La formación en la Fing es muy buena, equivalente a la que reciben los ingenieros de la Universidad de San Francisco en Estados Unidos. En Uruguay la carrera se actualiza de a poco, y lo que se busca desde Tryolabs es abrir el conocimiento”, dijo Fagioli. Con este objetivo, la empresa da charlas de introducción a este tipo de tecnología, dirigidas a distintos públicos. También edita una revista con artículos sobre sus avances, y creó una beca de 60.000 pesos –que además ofrece una computadora y asesoría en los estudios– para financiar la carrera de grado de los alumnos que lo necesiten y que hayan alcanzado niveles de excelencia académica.

Según Descoins, Uruguay tiene un “gran potencial para convertirse en un importante exportador de software”. “Para eso hay que estimular el estudio”, destacó. Con respecto a la formación, comentó: “En la Udelar hay algunas materias optativas, específicas sobre el aprendizaje artificial, y existe la posibilidad de cursar maestrías cuyo eje sean estas tecnologías”. Sin embargo, destacó “la importancia de ser autodidacta: por el ritmo de avance de estos conocimientos hay que actualizarse constantemente, y para eso hay que saber a quién seguir en las redes y dónde buscar la información”.

A futuro

El potencial de estas tecnologías de aprendizaje artificial es infinito, porque tienen la capacidad de resolver múltiples problemas que no se podrían controlar con una programación más general. “Todas las industrias pueden usar el machine learning: hasta en el agro podría aplicarse por medio de tractores o cosechadoras que funcionen automáticamente, de tal manera que se reduciría la cantidad de personas que llevan a cabo tareas repetitivas”, aclaró Descoins, y agregó que en Uruguay “falta emprendedurismo para resolver ciertos problemas, pero las tecnologías están”.

Otro de los posibles usos que se alejan de la clásica atención al cliente sería el del área forestal. Fagioli sostuvo que “las empresas también podrían usar ese software para monitorear bosques con drones y así identificar automáticamente las zonas menos forestadas”.

El área de la educación también es uno de los terrenos a explotar en el futuro. “Es posible imaginar un chatbot [un programa que simula una conversación] que se convierta en un profesor personalizado para cada alumno. Hay muchos cursos online que podrían beneficiarse de esto, en vez de tener un profe que atienda a 20 alumnos, es posible contar con un sistema que pueda dar el curso y entender las debilidades y fortalezas de cada uno, haciéndolo con miles a la vez”, dijo Descoins. También señaló que “otro de los posibles usos para la educación sería el de generar un chatbot que solucione las dudas más clásicas con respecto a un tema”. “Se está mucho más cerca de eso que de los tutores automáticos, porque requiere simplemente sistematizar las preguntas y respuestas. Eso se podría hacer hoy, pero ¿quién lo financia?”, reflexionó.