La revista científica Nature junto con Science, son tal las publicaciones arbitradas de mayor relevancia mundial. Así como los animales luchan para dominar el territorio, los científicos se esfuerzan para aparecer en sus páginas (sobre todo porque el mundo académico actual le otorga más crédito a publicar un artículo en una revista arbitrada que a darles clases a 200 alumnos para que sean los científicos del futuro). Con tal demanda, no cualquiera publica en ellas. Así que es fácil comprender el entusiasmo del paleontólogo Andrés Rinderknecht y del biólogo Washington Jones, ambos del Museo Nacional de Historia Natural, por estar entre los autores del artículo “Un árbol genealógico mitogenómico para el enigmático mamífero sudamericano de Darwin Macrauchenia patachonica”, publicado esta semana en Nature. El aporte de los científicos compatriotas al trabajo de los investigadores Michael Westbury y Ross MacPhee consistió en preparar muestras para extraer ADN de fósiles de toxodonte y macrauquenia, dos mamíferos que vivieron en este territorio hasta hace unos 10.000 años y que formaban parte de la megafauna del continente americano. Rinderknecht explicó que ambos animales “son dos órdenes de mamíferos que están emparentados entre sí pero que no tienen ningún representante vivo en la actualidad”, por lo que el trabajo en que participaron apuntó a dilucidar su lugar en la línea evolutiva de los placentados americanos. Pero no es sencillo, porque debido al clima, los fósiles sudamericanos no permiten compartir sus secretos. “De todas las muestras que se sacaron de toxodonte y macrauquenia en Uruguay, Chile y Argentina, sólo de una del sur de Chile se pudo extraer ADN, y con esa se hizo el paper”, explica el paleontólogo. El trabajo permite afirmar con mayor certeza que las macrauquenias se separaron, entre 56,64 y 77,83 millones de años atrás, de lo que luego serían los Perissodactyla, que evolucionarían hasta dar lugar a caballos, rinocerontes y tapires, y arroja luz sobre estos mamíferos que intrigaron al naturalista Charles Darwin cuando visitó Argentina y Uruguay. La felicidad de Rinderknecht no se disimula cuando dice que su nombre y el de su colega Jones, desde el martes al mediodía, ya circula en papel en una de las revistas más prestigiosas del planeta.