La semana pasada Uruguay fue sede de un intercambio entre investigadores nacionales y sus colegas de otras partes del mundo sobre la enseñanza por proyectos, en el marco de la primera Escuela de Invierno de Educación y Tecnología. El viernes fue la jornada de cierre, abierta a todo público, en la que se presentaron tres paneles en los que se trataron distintas experiencias sobre formación en educación, la Red Global de Aprendizajes y distintas experiencias internacionales.

En diálogo con la diaria, Cristóbal Cobo, director de la Fundación Ceibal, sostuvo: “Es fundamental tener un sistema de monitoreo internacional, de forma de ver qué está ocurriendo en otros lugares; así se crea la Fundación como centro de estudios. Una de las cosas que parecían interesantes era generar espacios donde los académicos de acá pudieran tener un intercambio, no una charlita, sino que realmente pasaran una semana intercambiando experiencias para que puedan seguir ocurriendo cosas después”.

La jornada, denominada “Diálogos de innovación educativa”, fue organizada por la Fundación Ceibal y Antel, con el apoyo del Consejo de Formación en Educación (CFE) y la Red Global de Aprendizajes, e invitaba a cerrar una semana de “intercambio y reflexión sobre experiencias innovadoras en el mundo de la educación y la tecnología”. La Escuela de Invierno fue organizada por la Fundación Ceibal en conjunto con la Agencia Nacional de Investigación e Innovación, la Universidad Católica, Flacso Uruguay, la Universidad ORT, la Universidad de Montevideo y las facultades de Ingeniería y Ciencias Sociales de la Universidad de la República.

Cobo dijo que la experiencia “equivale casi a un posgrado por su intensidad: la gente queda con un mapa de redes académicas del mundo actualizado, les deja una diversidad de herramientas y metodologías con las que trabajar”.

La jornada incluyó el diálogo entre cuatro expertos internacionales y Cobo. Participaron Luci Pangrazio, de la universidad australiana de Deakin; Arnon Hershkovitz, de la universidad israelí de Tel Aviv; Monica Bulger, del instituto estadounidense Data & Society Research; y Taha Yasseri, de la Universidad de Oxford, en Inglaterra.

La representante de Australia comentó el trabajo en robótica que están comenzando a desarrollar en su país y señaló que el gobierno invirtió unos siete millones de dólares en una organización que estimula el desarrollo profesional con respecto a la enseñanza, de modo que los docentes puedan adaptarse a enseñar diferentes habilidades.

Por su parte, el docente de Tel Aviv remarcó la experiencia de un programa universitario que tiene como meta usar tecnología de avanzada para extender el involucramiento de las escuelas en la comunidad, y la creación, con ese fin, de una aplicación para turistas.

La experta estadounidense indicó que, a diferencia de Uruguay, el sistema en su país es fragmentado y cada Estado puede tomar sus propias decisiones, lo que lleva a que haya muy buenas escuelas pero estén aisladas, desperdigadas por todo el país, y aseguró que es algo que procuran cambiar. Desde la Universidad de Oxford se señaló la importancia de usar en educación herramientas colaborativas como Wikipedia, para generar nueva información y contrarrestarla.

“Estoy muy contento con el resultado del panel, porque si bien se mostraron cosas interesantes, hay discusiones que son muy parecidas a las uruguayas; por ejemplo, el pensamiento computacional en torno al que se está debatiendo en Australia está muy en la línea con el nacional, y los problemas de deserción de Estados Unidos también resultan bastante cercanos. Estos problemas hay que verlos de forma global, hay que levantar el periscopio y ver qué soluciones se han implementado en otras partes”, comentó Cobo luego de la charla.

Uruguay pudo ser organizador de un evento de esta magnitud porque, a diferencia de otros países de la región, tiene como punto fuerte la consistencia de sus políticas de educación y tecnología, que se han mantenido con el paso de los gobiernos, opinó Cobo.

En Uruguay

El director de la Fundación Ceibal dijo que “no se puede pensar en innovación de verdad y a largo plazo si no se hace una inversión en aquellos que se están formando para ser docentes”. En esta línea se desarrolló el panel inaugural de la jornada, moderado por el consejero del CFE, Luis Garibaldi. Expusieron Cecilia Echeverry, de CineEduca, un programa del CFE que busca formar a los estudiantes en el lenguaje audiovisual para generar oportunidades de desarrollo de la cultura audiovisual en todo el país; Gustavo Bentancur, quien expuso sobre la enseñanza de las ciencias naturales; y Laura Dodino, que presentó su experiencia en la enseñanza de matemáticas.

En el segundo panel se presentaron las experiencias de la Red Global de Aprendizajes, un proyecto que busca integrar nuevas pedagogías en diferentes institutos educativos del mundo. La coordinadora de la red, Claudia Brovetto, que además moderó el espacio, dijo a la diaria que “el valor de este panel es eso: mostrar que tenemos maestros y profesores que llevan adelante innovaciones, que enseñan en otro tipo de formatos otro tipo de prácticas”. “Uno de los pilares de las nuevas pedagogías es el trabajo en base a proyectos, y eso fue lo que presentaron los panelistas. Proyectos que vinculan contenidos académicos, curriculares, con necesidades vinculadas al contexto, a la vida extraescolar de los estudiantes y docentes”, explicó.

Entre otros, se presentó el proyecto de la escuela 127 de Salto, que trabajó durante todo un año en torno a la prevención del dengue. “[Los niños] Estudiaron el tema, hicieron una maqueta, un minirrobot usando los recursos tecnológicos, hicieron campañas de difusión, incluso elaboraron una especie de repelente casero. Uno puede ver ahí todos los componentes formativos en varias áreas curriculares y, además, lo que supone la motivación de resolver un problema de la vida real y comunicarlo a otros”, detalló la coordinadora de la Red Global de Aprendizajes.

También participaron en ese panel el liceo 71 de Montevideo, que presentó un proyecto sobre la contaminación del arroyo Miguelete, y el Centro Educativo Comunitario (CEC) de Maldonado, que trabajó en proyectos para fortalecer la comunidad: “Hicimos una jornada comunitaria en la que se hizo una comida, se trabajó en torno a los derechos humanos, vinieron distintos exponentes y la comida la organizaron estudiantes egresados del CEC que este año están cursando Gastronomía”, contó la directora de la institución, Sandra Rodríguez.

“Los proyectos son más motivadores. El formato de clase en el que hay un docente que sabe y que tiene la información para transmitirle al estudiante, que no sabe, en un esquema unidireccional, ya perdió vigencia. Esto ocurrió por muchas razones, entre otras, porque la información ya no la tiene una persona, está distribuida. Los estudiantes necesitan un docente que facilite, que ayude a priorizar y desarrollar el pensamiento crítico”, sostuvo Brovetto.