Para mí, la UTU representa un lugar donde es tan valioso el conocimiento adquirido día a día de parte de los profesores, como las experiencias de interacción vividas y compartidas con mis compañeros y el entorno. En nuestra UTU, como en tantas otras, nuestros grupos se componen de personas de diversas edades: desde 17 años a 80, diferencia que nos ayuda a conocernos intercambiando ideas, también fomentando la integración por medio del respeto y la amistad, que es fundamental para la motivación, alcance de metas y el desarrollo de la pasión por el arte.
Mediante el arte generamos autoconocimiento y les damos valor a las formas que van tomando nuestras ideas en libertad. La sensación de logro y concreción orientada en un medio que nos disciplina y forma como individuos en sociedad.
De forma natural vamos moldeándonos, aceptando la diversidad de personalidades, de tiempos y de mentalidades, diversidades físicas e intelectuales, aprendiendo a no juzgarnos y afianzando el sentido de propiedad y unión, de empoderamiento del espacio como un lugar cálido donde aprendemos y nos manifestarnos en conjunto.
Mi motivación para ir a la UTU comienza por sentir a mis compañeros como pares, potenciándome al ayudarlos a progresar en su propio crecimiento estudiantil y personal. Al mismo tiempo, compartimos esto a diario en la institución, lo que genera una motivación colectiva para afianzarnos en diversos proyectos en común, la seguridad a nivel grupal e individual, tanto en el taller de cada uno (pintura, escultura, talla en madera, serigrafía, etcétera) como al vernos en las materias integradas de bachillerato.
El papel de los profesores y de los trabajadores de la institución es crucial para completar la idea de mancomunarnos y sentirnos dueños de nuestras potencialidades, en base al estímulo y el apoyo moral.
Al ser una UTU que afianza el arte y denota el interior de cada uno, resulta ser también una semejanza a la catarsis para progresar. El sentido de pertenencia que nos genera la institución como medio donde desarrollamos nuestra personalidad de forma directa e indirecta hace que cuidemos las instalaciones del lugar para las futuras generaciones. Esta es una oportunidad brindada a nuestras posibilidades como ciudadanos y estudiantes.
Desde hace varias generaciones somos muchos los agradecidos con la formación y la apertura mental al conocimiento brindado por la ayuda de todos al moldearnos mediante compañerismo.
Artículo escrito en el marco de un ejercicio de los talleres de periodismo que estudiantes de distintos liceos y escuelas de UTU están realizando en la diaria.
Claudia Guelvenzu, estudiante de la escuela técnica de UTU Dr. Pedro Figari.