“Cuando comenzamos esta administración dijimos que tenía que ser un hecho evaluar para transformar prácticas, y lo estamos haciendo”, aseguró ayer Irupé Buzzetti, directora general del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) en la conferencia “Inventario del Desarrollo Infantil [Indi]: evaluación en clave de derechos”, organizada por la Organización de Estados Iberoamericanos. Allí se comentaron los resultados del instrumento que se aplicó por primera vez este año en los niveles de cuatro y cinco años de educación inicial para evaluar aspectos de desarrollo de los niños y su disposición para la escolarización. El Indi fue creado por la Facultad de Psicología de la Universidad de la República (Udelar) y se utiliza para “conocer las áreas de fortalezas y debilidades a nivel de clases o jardines, información que puede facilitar la orientación de los recursos y actividades educativas. Asimismo, sin ser una herramienta diagnóstica, puede emplearse para identificar perfiles de desarrollo de los niños”, afirman los investigadores.

Se aplica dos veces al año: la segunda evaluación se completó ayer y se esperan las conclusiones para las próximas semanas, cuando se podrá saber si las prácticas puestas en marcha a partir de los resultados del primer semestre dieron frutos. Tras la primera aplicación se estimó que hay entre 500 y 550 niños que presentan un nivel “muy descendido” en las tres áreas de desarrollo (motor, cognitivo y socioemocional) y otro grupo de entre 1.000 y 1.100 niños con dos de estas áreas en un nivel de desarrollo “muy descendido” y una tercera con nivel “descendido”, es decir, con riesgo moderado.

A partir de esa evaluación se desarrolló una serie de dispositivos para trabajar con los niños: “Hay que intervenir inmediatamente para ver qué sucede con él, pueden ser situaciones propias del aprendizaje o de las dificultades del entorno. En este momento tenemos 470 maestros de apoyo que están en las escuelas, que tienen que trabajar con este tipo de niños, y en algunos casos maestros itinerantes cuando hay una especificidad propia como puede ser un trastorno de conducta, auditivo o visual”, detalló Buzzetti.

Según explicó a la diaria Pablo Caggiani, consejero del CEIP, los resultados del primer semestre del Indi “dispararon una serie de intervenciones que no sólo involucran a la escuela”. Agregó que contar con esta información “permite adelantar las intervenciones de las políticas públicas que ya se disponen, como el plan de salud visual o el plan de salud auditiva; además de seguir en una construcción de la política de primera infancia que implique el registro de los gurises y la construcción de su trayectoria”.

Caggiani consideró que los maestros “se apropiaron de un instrumento de evaluación del desarrollo”, en parte porque “les devuelve orientaciones para intervenir con sus niños en concreto; además de que hay un reconocimiento de los docentes, porque el desarrollo del Indi fue trabajado con ellos, y las respuestas que da también”.