Hasta la tarde de ayer, 86.938 niños de tres, cuatro y cinco años habían sido inscriptos en jardines de infantes y escuelas públicas del país. De ellos, 36.470 son niños que no estaban en el sistema: 13.865 se anotaron en el nivel de tres años, el primero para el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), 21.120 lo hicieron en el de cuatro años, cuando comienza la educación obligatoria, y 1.485 se anotaron en el nivel de cinco. Estos nuevos alumnos se suman a los que ya están, que son inscriptos automáticamente al siguiente nivel, y en consecuencia quedan unos 400 cupos en el nivel tres y 3.710 en nivel cuatro, mientras que hay un déficit de 570 cupos en nivel cinco. El consejero Héctor Florit resumió que las inscripciones van a un ritmo similar al de años anteriores, pero reconoció que el margen es escaso: “Una inscripción a tiempo permite ir ajustando, pero en febrero siempre se genera mayor dificultad”.
Según explicó a la diaria, a los 89.500 niños que están matriculados actualmente, para 2019 se sumarán unos 40 grupos nuevos, que permitirán ampliar la oferta a unos 1.075 niños. En principio los grupos nuevos son “casi todos de nivel tres”, comentó, pero hay “movilidad” en caso de que con los datos definitivos se necesiten crear grupos en otros niveles.
El lunes 12 de noviembre termina el período de inscripciones, y desde el CEIP existe preocupación por “minimizar las inscripciones de febrero”, que se habilitan los últimos días del mes pero generan “enormes dificultades”, explicó Florit. “Las inscripciones de noviembre habilitan todos los reajustes de cargos, de aulas, de materiales, de personal auxiliar, pero tradicionalmente en febrero hay unas inscripciones adicionales, que a veces son muy representativas en número, son algunos miles, y generan tensión entre la demanda y la disponibilidad de cupos”, expresó el consejero.
Esto, añadió, “supone una sobreexigencia del sistema que es difícil de atender”. A veces estas inscripciones tardías se deben a niños que estaban yendo a centros privados y se resuelve sobre la fecha que pasen a centros públicos, niños que vienen de estar en centros CAIF o, fundamentalmente en Montevideo, la situación nueva de niños migrantes. Florit consideró que todavía, para un margen de la población, la educación inicial tiene “escasa valoración”, pero reivindicó su importancia. “80% de los estudiantes que repitieron primer año son niños que tuvieron una escolaridad inicial de baja intensidad, de un solo año o con muchas faltas, es decir que no hacer educación inicial genera un handicap que afecta la trayectoria educativa a lo largo de los primeros años de primaria”, señaló.
En cuanto a los 40 grupos nuevos que se formarán en 2019, en Montevideo se ubicarán en los barrios La Teja, Casabó, Lavalleja, Maroñas, Mendoza, Manga, Puntas de Manga, Punta de Rieles, Bella Italia y Guaraní. Canelones tendrá nuevos grupos en Solymar, San Luis, Paso Carrasco, Barros Blancos y Pando; Maldonado en La Capuera, Piriápolis y la ciudad de Maldonado; y también se crearán en las ciudades de Paysandú y Salto, en La Paloma (Rocha), en la ciudad de Colonia, en Mariscala (Lavalleja) y en Florida, entre otras localidades. Florit informó que en algunos casos estos grupos se instalarán en aulas prefabricadas, en otros en salones recientemente construidos, y también en aulas liberadas por readecuaciones edilicias.
Las inscripciones se pueden hacer en cualquier jardín de infantes o escuela, y los padres pueden presentar tres opciones de centros educativos (una institución de jornada completa y dos de turno común). Las inscripciones se confirmarán a las familias a mediados de diciembre.