La ética del género humano, la identidad terrenal como su destino, la comprensión, la incertidumbre, la condición humana como objeto del aprendizaje, la construcción de un conocimiento pertinente para abordar tanto problemas globales como locales, y que sea constantemente sometido a revisión para no caer en cegueras. Esos son las principales características que deberían contemplar las prácticas y las políticas educativas según propone el filósofo francés Edgar Morin en su obra Los siete saberes necesarios para la educación del futuro, editada por la Unesco y que se ha convertido en un material de referencia para educadores. Con la idea de extender la llegada de la obra también a un público más joven, la organización internacional generó el proyecto La vía de los siete saberes, que se basa en el uso educativo de herramientas recreativas digitales. De esa forma, el proyecto apunta a “fortalecer en las jóvenes generaciones la cultura del desarrollo sostenible, la convivencia y la solidaridad, promoviendo transformaciones sociales basadas en el diálogo, la inteligencia colectiva, la comprensión mutua y la ciudadanía global”.

La vía de los siete saberes tuvo su primera aplicación concreta en Panamá, mediante un proyecto piloto en una institución de enseñanza técnica, con el impulso del Centro Internacional de Desarrollo Sostenible (Cides) de ese país. Además del espacio virtual, la aplicación fue trabajada en clases presenciales. En Uruguay, ayer fue presentado públicamente con la idea de que en un futuro pueda aplicarse en el país, en una actividad en la que, por ejemplo, participaron integrantes de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y de Plan Ceibal.

El proyecto es liderado por Luis Carrizo, un uruguayo consultor de Unesco, quien en la presentación destacó que se espera que se convierta en una herramienta de acceso abierto y universal, con todas las tecnologías posibles. Según contó, la plataforma fue testeada por el propio Morin, quien accedió rápidamente a colaborar con su desarrollo. Nicolás Pereyra, de la editorial EDU y director de desarrollo tecnológico del proyecto, agregó que se combinaron pedagogía, videojuegos y experiencias previas de realizaciones de textos educativos. Además, dijo que en el desarrollo de la aplicación participaron diversos profesionales y que los docentes panameños que la utilizaron con fines pedagógicos se apropiaron de ella rápidamente.

Carrizo contó que más allá de estar accesible en dispositivos digitales, durante el proceso de diseño concluyeron que el acercamiento a los jóvenes también tenía que buscarse por medio de la narrativa de la plataforma. Por ello, pensaron en que la historia de todos los tránsitos posibles por la aplicación sea protagonizada por cuatro jóvenes que viven situaciones con las que los usuarios pudieran sentirse identificados. Por ejemplo, en una de las secciones se parte de que los jóvenes están reunidos en un fogón en el que discuten sobre los siete saberes a partir de diferentes consignas. En otras secciones también se pueden generar propuestas en distintos formatos para la mejora de espacios escolares, de las comunidades y del planeta, o se accede a una sección dedicada a la reflexión a partir de citas de varios autores, entre ellos Morin. Además, en la plataforma también se puede participar en trivias de múltiple opción, consignas de verdadero o falso, y hay una sección en la que se comparten curiosidades, siempre a partir de los siete saberes.

Laura Motta, integrante del Consejo Directivo Central de la ANEP, destacó que la aplicación puede ser una herramienta útil para que la clase se convierta en un espacio de intercambio de conocimiento en el que se construya el saber. Además, la consejera consideró que los postulados de la obra de Morin dialogan con los principios establecidos en el Marco Curricular de Referencia Nacional de la ANEP, elaborado para “la transformación de la educación”, donde se pone al estudiante en el centro de su proceso y se considera a la ética un elemento fundamental. Por su parte, María Dibarboure, integrante del Consejo de Formación en Educación, destacó la importancia de que los siete saberes entren en contacto con quienes están estudiando para ser docentes.

Juan Moreno, referente del Cides, destacó que la obra de Morin habla de la necesidad de rescatar el vínculo entre humanos, entre las personas y el planeta Tierra, y entre las generaciones actuales y las futuras. En la apertura, Guilherme Canela, integrante de Unesco, valoró que “muchos se están dando cuenta ahora de la importancia de los siete saberes” que el filósofo francés planteó hace varios años, y agregó que el ejercicio del derecho a la expresión aún es un debe para los niños y adolescentes. En ese sentido, destacó que Los siete saberes necesarios para la educación del futuro es una de las diez obras más descargadas del sitio web de Unesco, con más de 7.000 descargas semanales, y valoró que se esté pensando en un formato para que pueda llegar a los jóvenes.