Entre el 11 y 15 de junio, la III Conferencia Regional de Educación Superior para América Latina y el Caribe (CRES) reunió en Córdoba, Argentina, a cerca de 10.000 personas. Estudiantes, docentes, egresados y autoridades de la educación se juntaron con el objetivo de establecer las líneas de acción que las instituciones llevarán adelante en los próximos diez años, mientras que los documentos que surgieron en esta oportunidad serán la postura de América Latina en la próxima Conferencia Mundial de Educación Superior, que se celebrará en 2019 en París.

Organizada por el Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior de América Latina y el Caribe (IESALC), por la Universidad Nacional de Córdoba, por el Consejo Interuniversitario Nacional y por el Ministerio de Educación de Argentina, esta conferencia refrendó los acuerdos alcanzados en las dos instancias previas en Cuba (1996) y en Colombia (2008). La delegación uruguaya estuvo encabezada por el rector de la Universidad de la República, Roberto Markarian, que también asistió en su calidad de presidente de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo.

En el acto de cierre, las autoridades leyeron una declaración como preámbulo a un documento final oficial en el que se sigue trabajando. En ese discurso, además de “convocar a luchar por un cambio radical por una sociedad más justa, democrática, igualitaria y sustentable”, se solicita a los estados no participar en “tratados bilaterales o multilaterales de libre comercio que impliquen concebir la educación como un servicio lucrativo, o alienten formas de mercantilización en cualquier nivel del sistema educativo”.

En la declaración establecen que “frente a las presiones por hacer de la educación superior una actividad lucrativa”, los estados deben “regular y evaluar a las instituciones y carreras, de gestión pública y privada, cualquiera sea la modalidad, para hacer efectivo el acceso universal, la permanencia y el egreso de la educación superior, atendiendo a una formación de calidad con inclusión y pertinencia local y regional”.

También reclaman un incremento en los “recursos destinados a la educación, la ciencia y la tecnología”, aunque advierten: “Pensar que las tecnologías y las ciencias resolverán los problemas acuciantes de la humanidad es importante pero no suficiente. El diálogo de saberes para ser universal ha de ser plural e igualitario, para posibilitar el diálogo de las culturas”. Durante todas las conferencias, y explícitamente en la declaración, los participantes abogaron por los derechos de mujeres, poblaciones originarias y afrodescendientes. “Es por eso que creemos fehacientemente que nuestras instituciones deben comprometerse activamente con la transformación social, cultural, política, artística, económica y tecnológica que es hoy imperiosa e indispensable”, afirman.

Insumos

La organización del CRES tiene planeado sistematizar todos los debates que se sucedieron en la semana y así generar insumos para continuar con los diálogos a la interna de cada país. Según recoge la página de la Conferencia, el director del IESALC y coordinador de CRES 2018, Pedro Henríquez Guajardo, comentó: “Las contribuciones son un componente esencial de las propuestas temáticas. Todas las contribuciones se han registrado para su distribución futura. Analizaremos las críticas y observaciones, trabajaremos para catalogarlas, y todo este material se publicará”.

Se espera que la sistematización se termine en setiembre para publicarse antes de fin de año. Junto al libro que reúna los aportes de los participantes, se espera la divulgación de la declaración final oficial y un documento que establezca acciones concretas a seguir, que “deberán implementarse en cada institución a partir de enero de 2019”. En suma, Guajardo subrayó: “Los comentarios críticos y las contribuciones son bienvenidos. CRES es un proceso democrático. Creo que hemos demostrado a lo largo de estos días el carácter participativo de nuestros procedimientos, que han definido la esencia misma de esta Conferencia. De hecho, hemos demostrado que debemos abandonar el mito de cualquier iluminación académica especial”.

Participación

La conferencia se estructuró en ponencias y mesas de debate que giraron en torno a siete bloques temáticos, que se enfocaron en América Latina y el Caribe: el papel estratégico de la educación superior; la educación superior, diversidad cultural e interculturalidad; el rol de la educación superior de cara a los desafíos sociales; la investigación científica y tecnológica y la innovación como motores del desarrollo humano, social y económico; la educación superior como parte del sistema educativo; a 100 años de la reforma universitaria de 1918; y educación superior, internacionalización e integración.

Muchas autoridades hicieron uso de la palabra en diversas instancias durante la semana. Según el portal del CRES, el rector de la boliviana Universidad Indígena Quechua Casimiro Huanca, Mário Fuentes Terán, destacó la importancia de que las universidades clásicas reciban a los pueblos indígenas, y agregó: “También es fundamental que, si ingresamos a los indígenas, salgamos de los pueblos indígenas. No queremos el blanqueamiento de las mentes, queremos salir e involucrarnos con las comunidades y apoyar este proceso de debate que debemos tener como región. Nos estamos poniendo al frente con toda su fuerza, con toda la energía”.

En esta línea se pronunció también Girard Vernaza, rector de la Universidad Técnica Luis Vargas Torres de Ecuador, que señaló: “El mundo es diverso y plural, hay muchos grupos sociales y ningún grupo debe ser marginado”. Advirtió sobre la creación de propuestas segmentadas: “Queremos trabajar en un sistema de educación superior serio y responsable que pueda atender y comprender todos los segmentos de la sociedad. No creo que debamos pensar en crear, por ejemplo, universidades exclusivamente para negros o indígenas. El ejercicio de CRES debe ser inverso, en el que toda la diversidad se pueda unir con sus diferencias, contribuyendo al desarrollo de la región y del mundo”.