En 2009, el actual Instituto de la Comunidad Sorda del Uruguay comenzó el proceso para que el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) lo reconociera como un instituto universitario. Después de casi diez años de trámites, la cartera les concedió la habilitación como instituto de enseñanza terciaria, con un nivel de tecnicatura. “Es un paso importante después de 28 años de trabajo para la institución en sí, para la comunidad sorda, pero principalmente para los profesionales intérpretes. En general, se asume que la lengua de señas es un idioma universal, pero no es así. También se presume que la lengua de señas enseña los gestos que acompañan el pensamiento en español, y tampoco se trata de eso: aprender lengua de señas es aprender otra lengua”, aseguró a la diaria el director del instituto, Cándido Bogliacino.

“El intérprete es un profesional equiparable a un escribano o a un traductor público, por ejemplo; ambos son depositarios de la fe pública. O sea, el intérprete es un puente lingüístico y cultural entre dos personas o grupos de personas que no se entienden entre sí y tienen que confiar en que lo que dice ese intérprete es verdad. Hasta ahora sigue siendo una profesión nueva, estamos recorriendo el camino que hicieron en los últimos 50 años las licenciaturas en Trabajo Social, Enfermería o Psicología”, comentó Bogliacino.

La mayor diferencia que tiene la tecnicatura del instituto con respecto a la que ofrece la Universidad de la República (Udelar) desde 2009 es el ámbito de trabajo donde se desarrolla la carrera. El instituto funciona dentro de la Asociación de Sordos del Uruguay (Asur), algo que consideran el “valor agregado que ofrecen”. Esto permite que estudiantes que cursan allí “tengan la opción de conocer las variantes de la lengua, porque ni las personas de todas las edades ni las de todas las regiones hablan igual, al igual que ocurre con cualquier lengua, como el español”, y la ASU las nuclea a todas.

El campo laboral en el que se desarrollan los intérpretes es muy amplio y aún hay una oferta de trabajo que supera la cantidad de profesionales. “El área de mayor demanda es la educación: Secundaria, UTU y la Udelar son los que demandan mayor cantidad de intérpretes. Además, están la televisión, el Poder Judicial y el Legislativo, el Ministerio del Interior y la Administración de los Servicios de Salud del Estado”, detalló Bogliacino. Agregó que la demanda de técnicos es mayor en el interior, donde al momento de tomar hora hay algunos departamentos que deciden aceptar a idóneos en lengua de señas uruguaya, que es el título intermedio de la carrera, que dura cinco años.