El Consejo de Formación en Educación (CFE) tiene previsto comenzar a trabajar este mes en los programas de las materias que conformarán la malla curricular de los nuevos planes de estudio de sus carreras, con miras en que se puedan aplicar a partir del año que viene. Los cambios se están trabajando en las carreras de Magisterio, Profesorado y Educación Social. El que está más avanzado es el de los futuros maestros, pero según dijo a la diaria la directora del CFE, Ana Lopater, “todavía se está a tiempo para que lleguen todas las carreras” definidas para 2019.

Según Lopater, una de las principales novedades que trae esta reforma es el énfasis en derechos humanos: se busca que “egrese un educador, en cualquiera de las carreras, que esté realmente motivado para defender el derecho a la educación de sus estudiantes, que tenga una mirada inclusiva, que contemple la diversidad”, aseguró la directora. Asimismo, el plan presenta una grilla curricular semestralizada y creditizada: “Se mide el trabajo del estudiante, todo lo que haga a partir de ahora va a estar creditizado, porque actualmente los estudiantes de formación en educación hacen muchas cosas que no se les toman en cuenta”. El último borrador prevé un núcleo equivalente de contenidos en todas las carreras, lo que elimina una propuesta anterior de núcleo común, en el entendido de que no es lo mismo enseñar pedagogía a un futuro profesor que a un maestro de primera infancia. Además, los estudiantes van a poder elegir 20% de su trayecto por medio de optativas.

Según el calendario original, los nuevos planes deberían haber empezado a aplicarse este año, pero la implementación se pospuso hasta 2019 para que los colectivos pudieran analizarlo a su interna. Sin embargo, a esta altura del año el panorama no es tan claro. Marcelo Díaz, integrante de la Federación de Estudiantes de Formación en Educación del Uruguay (FEFEU), dijo a la diaria que no se ha debatido sobre el tema, algo que les “preocupa” y en lo que próximamente trabajarán; hasta el momento no tienen postura. El gremio que ha analizado más detenidamente el nuevo plan es el Centro de Estudiantes de Magisterio (CEM), aunque todavía no “hay ningún pronunciamiento colectivo”, ya que se están dando los primeros acercamientos a las modificaciones planteadas este año, aseguró la representante del CEM Martina Rodríguez, quien resaltó que el centro de estudiantes no integró la Comisión de Carrera correspondiente porque no era “un espacio real de participación”.

Para Lopater “se ha hecho un trabajo muy participativo con las comisiones nacionales de carrera y la Comisión de Enseñanza y Desarrollo Curricular –que son las que han estado en este proceso de construcción de los planes–, en las que hay representación de los estudiantes, profesores, egresados y coordinadores académicos; todos trabajando en conjunto”, y agregó: “Es un complejo importante de actores, a veces no es tan fácil que se pongan de acuerdo; hay que mediar, hay que negociar y en ese trabajo estamos”. Ayer comenzó la Asamblea Técnico Docente (ATD) del CFE, por lo que los representantes de los docentes volverán a los ámbitos compartidos con una opinión más actualizada.

Según Lopater, los nudos de la negociación entre las partes “están en lograr que los profesores dejen de estar muy centrados en la disciplina y puedan mirar el plan en su conjunto, que puedan aterrizar en las propuestas concretas, teniendo en cuenta que es una propuesta global, una formación integral que pone al estudiante en el centro. A veces es difícil que el docente, en una defensa muy acérrima de sus horas tal como las tiene hoy, de los contenidos que da hoy, deje de hacerlo”.

Pedagogía versus contenido

El CEM está debatiendo a su interna la postura respecto del nuevo plan de magisterio, pero Rodríguez –a título personal– explicó que “lo controversial es que cambia en cuanto al contenido, pasa a ser aprendizaje por competencias, el aprender a aprender, y desaparecen los campos disciplinares. Hay un enfoque desde lo didáctico y, por ejemplo, no tendríamos más matemática sino matemática para la formación de maestros”. Según la estudiante, en el nuevo plan “hay un exceso de cómo enseñar y un vaciamiento de contenido puro. Lo que ha salido en estas últimas charlas con compañeras es eso: podemos aprender cómo enseñar, pero la base es saber qué enseñar”.

El actual plan 2008 propone una mayor carga disciplinar; sin embargo, también le encuentran problemas como “la carga horaria, la modalidad liceal o la diferencia que hay entre lo escrito y los hechos: es bastante bueno en cuanto al perfil crítico que plantea para el docente y el espíritu transformador y reflexivo, pero se diferencia con lo que realmente se imparte. Pero tampoco encontramos que esta nueva versión sea la solución”, afirmó la futura maestra.

Según Lopater, “las estudiantes plantean esto desde la defensa exclusiva de las horas de la asignatura; hay que apuntar a una formación integral. No sé qué plantean particularmente los estudiantes del Instituto Normal porque no han hablado con nosotros, pero muchos profesores, por ejemplo, quieren mantener el programa que están dando tal cual está y no se dan cuenta de que estamos buscando un cambio grande en la carrera”.

Centrarse durante la formación en el contenido es “en definitiva, decir que un docente enseña por saber mucho de la disciplina, y no es así”, sentenció Lopater. A su entender, “también hay que saber enseñar: esa es la diferencia entre un profesor, un maestro o un educador social con un licenciado que se prepara para ser investigador. Pueden trabajar en un campo profesional similar, pero la orientación que tienen es distinta; en el caso de los educadores, es aprender para enseñar”. Consultada sobre si esta postura iba a verse reflejada en una reducción de los contenidos específicos de las asignaturas, la directora del CFE comentó: “Hay que ver los programas, hay que llegar a los 130 créditos máximo en el tronco específico de cada carrera, además, va a haber optativas en el núcleo específico”, y señaló que en disposibilidad de horas “es muy poco menos de lo que tienen hoy y en algunos casos es lo mismo”.

La directora afirmó: “Tampoco es cierto que haya una reducción en el área de teoría de la educación. El núcleo equivalente tiene componentes de la ciencia de la educación que tenemos hoy y agrega –para propender a la formación integral del estudiante– los derechos humanos”. Además, resaltó que se tuvo en cuenta el planteo de los estudiantes sobre el exceso en la carga horaria: “Buscamos racionalizar el tiempo del estudiante en el centro educativo, por eso no se puede superar las 25 horas [semanales]. No es fácil hacerlo, porque hay profesores muy acostumbrados a sus unidades curriculares con muchos contenidos. Hay que racionalizar, porque entendemos la formación inicial como un primer eslabón de la vida profesional”.