Durante este año 75.313 niños de cuatro y cinco años de las escuelas públicas fueron evaluados a través del Inventario de Desarrollo Infantil (INDI). Esta herramienta que se utiliza para evaluar el desarrollo cognitivo de los niños, desarrollada por la Facultad de Psicología de la Universidad de la República e impulsada por la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), cumple cinco años en las aulas y permitió que docentes “empezaran a afinar el ojo en la observación de aspectos del desarrollo, y pudieran profundizar y utilizar la evaluación para mejorar aspectos de la vida de los niños a través de intervenciones más tempranas y oportunas”, comentó en diálogo con la diaria Alejandro Vásquez, responsable del proyecto por la facultad.
El INDI es una herramienta que forma parte de la plataforma Gurí y las maestras lo utilizan para evaluar a través de diferentes indicadores. Las docentes deben observar a sus estudiantes por alrededor de tres semanas y responder sobre una serie de indicadores que evalúan cuatro dimensiones: el desarrollo cognitivo (lenguaje, habilidades lógico-matemáticas, descentramiento, conocimiento general y funcionamiento ejecutivo del niño), el desarrollo motor (motricidad fina y gruesa), el desarrollo socioemocional (conducta prosocial, comportamiento internalizante –si se aísla o pasa solo– o externalizante –conductas de agresión, desafío o enojo–), y la disposición para el aprendizaje (que evalúa motivación, creatividad y adaptación a las rutinas).
Entre los resultados de la evaluación, Vásquez señaló la “gran” influencia que tiene el contexto socioeconómico en el desarrollo de las diferentes áreas que se evalúan. “Siempre los niños de quintiles más bajos son los más afectados; es un resultado esperado, pero no imaginábamos que estuviera tan presente en todas las áreas. Esto nos impone trabajar en reducir esa brecha socioeconómica, porque hace a la democracia en el desarrollo; las condiciones en que los niños crecen tendrían que ser más homogéneas”, puntualizó. El docente agregó que los datos muestran que “el área del desarrollo de la matemática es la más afectada por las diferencias socioeconómicas entre los niños”.
Otro aspecto interesante que lograron demostrar a través del INDI es que la edad en meses de los niños es una factor diferencial: “Los niveles de desarrollo de los niños más chiquitos, o sea dentro del mismo nivel pero con menos edad en meses, es bastante diferente y es algo que hay que considerar a la hora de hacer propuestas educativas”.
En retrospectiva, Vásquez cree que se logró avanzar mucho en estos cinco años; no sólo se universalizó el INDI en todos los departamentos del país en los niveles de cuatro y cinco años, sino que se avanzó para también cubrir el nivel de tres años: en 2017 comenzaron con el plan piloto para los más pequeños, y este año llegaron a 14.599 niños.
Sobre los desafíos a futuro, el coordinador dijo que deben hacer “un trabajo fuerte en generar reportes con mayor información, con mayor capacidad de transmitir el estado de los niños”, y que además deben mejorar la intersectorialidad para poder facilitar con los datos individuales y poblacionales la toma de decisiones políticas, así como también impulsar la formación de los maestros a medida que los reportes brindan más información.
Entre todos
El jueves 26 en la Facultad de Psicología se hizo una presentación sobre los resultados del INDI hasta ahora. En la mesa de bienvenida estuvo Alejandro Maiche, coordinador del programa de cognición del que depende el INDI; el psicólogo apuntó que este programa es “un círculo virtuoso, porque redunda en potenciar la formación en investigación mientras da respuesta a las necesidades del sistema”.
Pablo Caggiani, representante docente en el Consejo de Educación Inicial y Primaria de la ANEP, indicó que “las evaluaciones a nivel inicial han sido un problema, porque hasta ahora habían sido pensadas fuera del aula, fuera del campo educativo e impuesta sobre los docentes”. Parte del éxito del INDI, aseguró, está en que los investigadores hayan puesto “un pienso con los actores en los distintos proceso de implantación”.
Elizabeth Ivaldi, también representante docente pero en el Consejo Directivo Central de la ANEP, concordó con Caggiani y aseguró que la herramienta es observada con atención por los países de la región, ya que “los movimientos latinoamericanos de educación inicial sentimos esa injusticia de medir o valorar a nuestra infancia con parámetros de los niños del hemisferio norte”, algo que sucedía en Uruguay previo al INDI, cuando se usaba la Evaluación Infantil Temprana, un indicador canadiense. Sobre los resultados del INDI, detalló: “Lo importante es que nos da información a nivel macro para definir políticas educativas; a nivel meso para que tomen decisiones los niveles técnicos; y a nivel micro, el nivel de aula, donde está el niño real, para tener una mirada realmente personalizada”.